Ansiedad anticipatoria: por qué siempre tengo miedo de que pase algo

Ansiedad anticipatoria: por qué siempre tengo miedo de que pase algo
Ilaria Bonvicini
Redacción
Psicóloga con orientación Psicodinámica
Unobravo
Artículo revisado por nuestra redacción clínica
PUBLICADO EL
30.9.2025
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La ansiedad anticipatoria es un fenómeno que todos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas. Se trata de esa sensación de inquietud o preocupación que sentimos al pensar en eventos o situaciones futuras. Es una respuesta natural de nuestro cuerpo, diseñada para prepararnos ante posibles amenazas, poniéndonos en un estado de alerta para enfrentar lo que viene.

En ciertas circunstancias, esta anticipación puede ser beneficiosa: nos permite planificar, prepararnos y reaccionar adecuadamente ante situaciones que requieren nuestra atención y acción. Sin embargo, cuando se vuelve constante o desproporcionada, puede ser perjudicial. En lugar de ayudarnos, nos paraliza, nos llena de temores infundados y puede afectar negativamente nuestra calidad de vida.

En este artículo abordamos qué es la ansiedad anticipatoria o “el miedo al futuro”, sus síntomas, causas y cómo afrontarla.

¿Qué es la ansiedad anticipatoria?

La ansiedad anticipatoria es una respuesta emocional de inquietud o preocupación que surge al pensar en eventos o situaciones futuras. Aunque es un mecanismo natural que nos prepara para posibles amenazas, puede volverse problemática cuando es constante, desproporcionada y afecta negativamente a nuestra calidad de vida.

La mente, en un intento de prepararse, a menudo magnifica o distorsiona la realidad, llevando a una preocupación excesiva y a veces paralizante sobre lo que aún no ha ocurrido.

A diferencia de una preocupación pasajera, la ansiedad anticipatoria implica un estado de alerta persistente donde la mente magnifica los posibles resultados negativos, generando un malestar que puede llegar a ser paralizante. A menudo se la conoce como “miedo al futuro”, aunque suele centrarse en la anticipación de escenarios adversos específicos.

Por ejemplo, la ansiedad anticipatoria en personas con agorafobia contribuye a que eviten lugares o situaciones que podrían causarles pánico, hacerles sentir atrapados, sin ayuda o avergonzados.

Si bien el miedo a lo que sucederá en el largo plazo es una inquietud más o menos habitual, no es exactamente lo mismo que la ansiedad anticipatoria, pero son términos que suelen estar relacionados. Lo que en psicología se conoce como ansiedad anticipatoria, en el lenguaje coloquial podría traducirse en “pensar que nos va a pasar algo —normalmente malo—”.

En cierto modo, el miedo al futuro es algo que todos podemos experimentar: muchas veces, lo que está por llegar es incierto e impredecible y eso hace que imaginemos todo tipo de escenarios y situaciones adversas. Es un mecanismo de protección que nos prepara para enfrentar posibles amenazas y a lo largo de la historia nos ha servido como especie para evitar multitud de peligros (imagina, por ejemplo, al hombre prehistórico evitando ser devorado por un tigre o aplastado por un mamut).

Ahora bien, la realidad es que en la actualidad nos enfrentamos a situaciones más mundanas que no siempre requieren estar en un estado de alerta. Cuando esta ansiedad anticipatoria se convierte en algo habitual y nos genera malestar, podemos hablar de una forma de trastorno de ansiedad generalizada, un trastorno psicológico que se caracteriza por una elevada tensión, ansiedad anticipatoria y una preocupación recurrente por eventos que aún no han ocurrido.

Un hombre con miedo al futuro y ansiedad
Foto de Nathan Cowley (Pexels)

¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad anticipatoria?

La ansiedad anticipatoria puede manifestarse de diversas maneras. Aunque los síntomas pueden variar de una persona a otra, existen algunas características comunes que suelen indicar la presencia de ansiedad:

  • Palpitaciones: las personas pueden sentir que su corazón late más rápido o más fuerte de lo normal, e incluso llegar a experimentar taquicardias por ansiedad. Esta aceleración cardíaca es una respuesta del cuerpo al percibir una amenaza, incluso si esta es imaginaria.
  • Sudoración excesiva: aunque no haya un esfuerzo físico, la ansiedad puede provocar que el cuerpo sude más de lo usual, especialmente en las manos, pies y frente.
  • Temblores: estos pueden ser leves o más notorios, y suelen presentarse en las manos o en todo el cuerpo. Son una manifestación física de la tensión interna que siente la persona.
  • Sensación de ahogo: puede surgir la sensación de no poder respirar adecuadamente o de que el aire no es suficiente, lo que a menudo lleva a respiraciones rápidas y superficiales.
  • Dolor en el pecho por ansiedad: opresión o molestia en el pecho, que puede variar desde una leve incomodidad hasta una sensación intensa y angustiante.
  • Dificultades para conciliar el sueño: el insomnio por ansiedad anticipatoria puede incluir pensamientos intrusivos y preocupaciones que mantienen a la persona en un estado de alerta, impidiendo un descanso adecuado.
  • Evitación de situaciones: el miedo a enfrentar ciertas situaciones o lugares puede llevar a la persona a evitarlos por completo, limitando sus actividades diarias y su interacción social.

Test de ansiedad anticipatoria

Identificar la ansiedad anticipatoria es el primer paso para abordarla. Existen diversos tests y cuestionarios diseñados por especialistas que pueden ayudar a determinar la presencia y severidad del trastorno de ansiedad, como el General Anxiety Disorder-7 (GAD-7).

Un test para la ansiedad suele incluir preguntas relacionadas con la frecuencia y la intensidad de los síntomas, así como situaciones específicas que desencadenan la ansiedad. Eso sí, es importante recordar que, aunque estos tests pueden ser una herramienta útil, es importante consultar a un profesional de la salud mental para obtener un diagnóstico preciso de ansiedad anticipatoria.

Un test puede ayudarte a saber si sufres de un trastorno de ansiedad
*No tiene valor diagnóstico y no sustituye al diagnóstico de un profesional

Causas de la ansiedad anticipatoria

“¿Por qué siempre pienso que algo malo va a pasar?”

Si bien pensar sobre lo que nos deparará el futuro, aunque sea en términos negativos, puede ser algo normal, no todas las personas tienen la misma tendencia a preocuparse o a anticipar futuras desgracias. Algunas personas son más propensas o vulnerables a la ansiedad anticipatoria.

Experiencias traumáticas

Una de las principales causas detrás de la ansiedad anticipatoria suele ser la experiencia previa de situaciones traumáticas o negativas. Si alguien ha vivido un evento adverso en el pasado, es probable que desarrolle ansiedad por pensar en el futuro, anticipando que situaciones similares puedan repetirse.

Por ejemplo, las personas que han sufrido o han sido testigos de un accidente de coche pueden desarrollar miedo a la muerte y ansiedad anticipatoria cada vez que tienen que montar en un vehículo.

Sobrecarga de información

El constante flujo de información negativa, ya sea a través de las noticias, las redes sociales o las conversaciones cotidianas, también puede alimentar la ansiedad y el miedo al futuro —así como fenómenos más concretos como la ecoansiedad—.

En personas más vulnerables a experimentar ansiedad, el bombardeo constante de noticias puede dar lugar a pensamientos como “cada vez que leo algo en redes, tengo miedo del futuro” o “ya no veo la tele porque solo ocurren cosas malas”.

Factores genéticos

La predisposición genética y la química cerebral son otros factores que pueden influir. Algunas personas son naturalmente más propensas a sentir ansiedad debido a su genética o a desequilibrios químicos en el cerebro. Además, hay ciertos rasgos de personalidad que generan una mayor tendencia a la rumiación y a enfocarse en las características negativas de los estímulos del entorno, lo cual también puede contribuir y alimentar esa ansiedad anticipatoria.

Factores ambientales y sociales

Por último, el entorno y las presiones sociales también juegan un papel importante. Vivimos en una sociedad que valora estar siempre preparado para todo, lo que puede traducirse en una mayor necesidad por querer anticipar y tenerlo todo bajo control, lo cual genera una espiral de ansiedad anticipatoria.

Hay personas que incluso llegan a creer que no tienen control sobre su situación y que cualquier esfuerzo para cambiar es inútil, lo cual resulta en una sensación de indefensión aprendida. En situaciones extremas, como la guerra o los conflictos armados, es frecuente que esta desesperanza aprendida se una al aprendizaje vicario

Algunas personas pueden incluso llegar a tener miedo a la ansiedad, es decir, sentir preocupación o temor intensificado de experimentar síntomas de ansiedad, lo cual suele contribuir a agravar y perpetuar el problema.

ejemplos de ansiedad anticipatoria
Foto de cottonbro studio (Pexels)

Ejemplos comunes de ansiedad anticipatoria

La ansiedad anticipatoria puede manifestarse en diversas áreas de la vida. A continuación mencionamos algunos ejemplos concretos que pueden ayudar a identificarla con más claridad.

Ansiedad anticipatoria en el trabajo

La ansiedad anticipatoria en el trabajo se refiere a la sensación de preocupación o temor que experimenta una persona antes de enfrentarse a una situación laboral específica. Esta puede surgir en diversas situaciones, por ejemplo ante la presentación de un proyecto importante o una reunión con el jefe, por miedo a recibir críticas sobre el desempeño. 

El sentimiento de ansiedad por el futuro laboral también es muy habitual, sobre todo en las personas que sufren precariedad, inestabilidad y condiciones laborales poco satisfactorias. 

Ansiedad anticipatoria en las relaciones sexuales

En el ámbito de la psicología sexual, cuando hablamos de ansiedad anticipatoria nos referimos a la preocupación o temor que siente una persona antes o durante una situación íntima o sexual. La ansiedad anticipatoria sexual puede surgir debido a experiencias pasadas negativas, miedos relacionados con el rendimiento, preocupaciones sobre la apariencia física, o temores de no satisfacer a la pareja. 

¿Es ansiedad anticipatoria o algo más?

Los tipos de ansiedad más comunes incluyen:

Aunque hay varios tipos de trastornos de ansiedad, todos comparten características de preocupación excesiva y miedo. De estos, el trastorno de pánico y el trastorno de ansiedad generalizada pueden considerarse entre los más graves debido a la intensidad de los síntomas y al impacto significativo que pueden tener en la vida diaria de una persona.

La ansiedad anticipatoria es uno de los síntomas clave que suele aparecer en todos estos trastornos. Por ejemplo, la ansiedad anticipatoria en los ataques de pánico es la que genera el miedo que hace que la persona tenga pánico al pánico (o miedo al miedo, literalmente).

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) también se considera actualmente un trastorno de ansiedad en el DSM-5. La ansiedad anticipatoria y el TOC son dos conceptos que están estrechamente relacionados, ya que las obsesiones en el TOC a menudo generan esa anticipación sobre posibles consecuencias negativas, lo cual hace que la persona lleve a cabo compulsiones para aliviar esa ansiedad.

Ansiedad anticipatoria: soluciones y tratamiento

¿Cómo controlar la ansiedad por el futuro? ¿Es posible gestionar la ansiedad anticipatoria? Saber cómo calmar la ansiedad es el principal objetivo de quienes sufren este problema y existen diversas soluciones para hacerlo:

  • La terapia cognitivo-conductual, que ayuda a reestructurar pensamientos negativos y a exponerse a la ansiedad hasta reducirla a límites tolerables.
  • Ejercicios para la ansiedad anticipatoria diseñados para relajar la mente y el cuerpo que incluyen técnicas de relajación y de respiración profunda.
  • Prácticas de meditación y visualización positiva para gestionar y reducir el miedo o la preocupación sobre eventos futuros (Franco Justo, 2010). El entrenamiento en atención plena, en concreto, permite centrarse en el presente y reducir la preocupación por lo que está por venir y la inquietud propia de la ansiedad anticipatoria.
  • En los casos más severos, puede ser necesario recurrir a la medicación para la ansiedad anticipatoria, siempre bajo supervisión médica.

Sin embargo, es vital recordar que cada persona es única, y lo que funciona para una persona puede no ser efectivo para otra. Así como es importante matizar que es normal tener pensamientos y preocupaciones sobre el futuro, así como barajar escenarios futuros negativos. Sin embargo, cuando estos pensamientos son dominantes y la ansiedad nos impide desarrollar nuestra vida con normalidad, es recomendable buscar ayuda profesional, como un psicólogo o psicóloga para la ansiedad.

Bibliografía
Este contenido es de tipo divulgativo y no puede reemplazar el diagnóstico de un profesional. Artículo revisado por nuestra redacción clínica

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