Los pensamientos intrusivos se caracterizan por contenidos indeseables, recurrentes y a veces perturbadores que, como consecuencia, pueden crear fácilmente malestar, especialmente si están asociados a estados de ansiedad o a condiciones psicológicas particulares.
Para muchas personas, los pensamientos intrusivos constituyen una experiencia que puede ser incomprendida; de hecho, quienes los experimentan pueden preguntarse "¿Por qué me vienen estos pensamientos a la cabeza?" o "¿cómo puedo librarme de estos pensamientos?". Comprenderlos y adoptar estrategias eficaces para afrontarlos puede marcar la diferencia.
En este artículo, exploramos qué son, cuál es la relación de los pensamientos intrusivos con la ansiedad y otros trastornos, sus causas y las técnicas que podemos utilizar para evitar que interfieran en nuestro bienestar psicológico.
Qué son los pensamientos intrusivos
Los pensamientos intrusivos son pensamientos, imágenes o impulsos que surgen de forma inesperada y no deseada, y que pueden causar angustia. Es fundamental distinguir entre:
- lo que puede definirse como pensamientos intrusivos ocasionales, que son habituales y no patológicos,
- pensamientos intrusivos asociados a trastornos psicológicos.
Los episodios ocasionales son normales y les ocurren a muchas personas. Estos pueden consistir, por ejemplo, en una imagen repentina y desagradable o en un pensamiento irracional. Sin embargo, cuando se empiezan a volver persistentes y afectan de forma especialmente negativa a la calidad de vida, pueden relacionarse con cuadros clínicos como:
- Trastornos de ansiedad y estrés: estos estados provocan un aumento en la frecuencia de los pensamientos intrusivos, ya que la mente se encuentra sobrecargada e hipervigilante ante cualquier estímulo. Como consecuencia, tendemos a generar pensamientos relacionados con nuestros miedos y amplificamos los no deseados.
- Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): los pensamientos intrusivos son un componente central del TOC y a menudo se manifiestan como obsesiones. Los pensamientos intrusivos se vuelven más intensos y angustiosos porque se interpretan como peligrosos o moralmente inaceptables. Esto conduce a repetidos intentos de neutralizarlos (compulsiones), y se genera un ciclo continuo.
- Trastornos de la conducta alimentaria (TCA): las preocupaciones obsesivas sobre el cuerpo y la comida pueden incluir pensamientos intrusivos persistentes. Las personas con trastornos alimentarios, como anorexia nerviosa, bulimia nerviosa o adicción a la comida, suelen experimentar pensamientos intrusivos relacionados con la comida, el peso y la imagen corporal, que pueden influir significativamente en su comportamiento y en su bienestar psicológico.
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT): en las personas que han sufrido un trauma, los pensamientos intrusivos pueden adoptar la forma de flashbacks o recuerdos intrusivos del suceso traumático.
¿Cómo se manifiestan los pensamientos intrusivos?
Los pensamientos intrusivos pueden clasificarse en:
- Pensamientos repetitivos: ideas que surgen continuamente, aunque no sean deseadas.
- Imágenes perturbadoras: visualizaciones mentales que provocan sentimientos intensos de malestar o miedo.
- Impulsos repentinos: impulsos de realizar conductas inadecuadas e inapropiadas, sin intención real de actuar.
Estos pensamientos pueden producirse en distintos tipos de contextos, como en momentos de estrés o de descanso, por lo que son difíciles de ignorar.

¿Por qué ocurren los pensamientos intrusivos?
Los pensamientos intrusivos pueden estar causados por diferentes tipos de factores. Entre las principales causas se encuentran sin duda el estrés y la ansiedad; de hecho, cuando estamos bajo presión, la mente puede generar pensamientos intrusivos como respuesta a la intensidad de los estados emocionales que estamos atravesando. Al mismo tiempo, los traumas pasados no procesados también pueden aumentar el riesgo de pensamientos intrusivos recurrentes.
Por último, también es importante tener en cuenta la posibilidad de desequilibrios neuroquímicos como causa del fenómeno; de hecho, las alteraciones en los niveles de serotonina y dopamina pueden contribuir a la aparición de pensamientos intrusivos.
En cualquier caso, es sobre todo la ansiedad la que desempeña un papel crucial en lo que respecta a los pensamientos intrusivos. Estar en un estado de preocupación constante hace que la mente presente una mayor vulnerabilidad ante este tipo de pensamientos, lo que desencadena un círculo vicioso en el que la ansiedad alimenta los pensamientos intrusivos y viceversa.
¿Son peligrosos los pensamientos intrusivos?
Una duda habitual puede ser si los pensamientos intrusivos suponen un peligro para la persona: la respuesta es tranquilizadora, ya que no suponen un peligro en sí mismos. Ante todo, hay que tener en cuenta que tener un pensamiento desagradable no significa desearlo ni estar predispuesto a actuar en consecuencia. Además, los pensamientos intrusivos no constituyen un signo de locura, ya que son un fenómeno común, aunque resulten molestos.
Sin embargo, hay situaciones en las que es aconsejable consultar a un profesional, como un psicólogo o un psiquiatra, a saber, cuando los pensamientos intrusivos interfieren en la vida cotidiana, provocan ansiedad persistente o depresión y van acompañados de compulsiones o comportamientos repetitivos.
Ejemplos de pensamientos intrusivos
Algunos ejemplos de pensamientos intrusivos pueden ayudar a comprender mejor el fenómeno, debido a que pueden ser de diversos tipos, pero aún así no son representativos de los deseos o intenciones reales de la persona. Por ejemplo:
- Pensamientos agresivos: "¿y si hago daño a alguien?".
- Miedos irracionales: "¿y si me olvido de algo importante?".
- Pensamientos no deseados de naturaleza sexual: pensamientos inapropiados o no acordes con los propios valores.
Asimismo, a continuación vemos algunos ejemplos de pensamientos intrusivos relacionados con distintas temáticas.
Pensamientos intrusivos y sexualidad
Los pensamientos intrusivos y la sexualidad pueden estar relacionados. Estos pensamientos pueden involucrar fantasías sexuales inapropiadas o no deseadas, como por ejemplo pensamientos intrusivos sexuales con familiares. Aunque esto puede resultar muy desagradable, hay que tener en cuenta que tener pensamientos sexuales intrusivos no significa querer actuar según ellos. Los pensamientos intrusivos no son reales, es decir, no tienen porqué reflejar la verdadera naturaleza, intenciones o deseos de la persona.
Pensamientos intrusivos sobre la muerte
El miedo a la muerte, ya sea la propia o la de seres queridos, es algo que afecta a muchas personas. Los pensamientos intrusivos de muerte suelen ser pensamientos intrusivos desagradables y especialmente angustiantes si son recurrentes o vienen acompañados de imágenes vívidas. También pueden darse pensamientos intrusivos suicidas o relacionados con las autolesiones.
Pensamientos intrusivos relacionados con hacer daño
Los pensamientos intrusivos agresivos son aquellos que involucran imágenes o ideas de causar daño a uno mismo o a otros. Estos pueden ser muy perturbadores, ya que suelen ser completamente contrarios a nuestros valores y personalidad. Es común que quienes experimentan estos pensamientos se sientan culpables, asustados o confundidos, preguntándose por qué su mente podría generar tales ideas.
Estos pensamientos violentos pueden manifestarse de diversas maneras: imaginar un accidente, visualizar un acto de violencia o incluso concebir escenarios donde uno mismo es el que lleva a cabo el acto dañino. En estos casos, al igual que en los anteriores: la presencia de estos pensamientos no significa que la persona tenga la intención o el deseo de llevar a cabo tales actos. De hecho, la mayoría de las personas se siente horrorizada por estos pensamientos y haría todo lo posible por evitar que se convirtieran en realidad.
Pensamientos intrusivos en pareja
En una relación de pareja, podemos dudar del amor o tener pensamientos intrusivos de infidelidad, aunque estemos en una relación feliz. Estos pensamientos no necesariamente reflejan la realidad de la relación o los verdaderos sentimientos hacia la pareja.
También se puede dar el caso en que la persona con pensamientos intrusivos y TOC experimente obsesiones y dudas constantes sobre la autenticidad de sus sentimientos románticos hacia su pareja, lo que se conoce como TOC relacional.
Asimismo, en ocasiones, en una pareja heterosexual también pueden darse pensamientos intrusivos de homosexualidad. Este tipo de pensamientos son conocidos como egodistónicos por estar en conflicto o ser inconsistentes con la propia imagen o valores del individuo.
En el caso de que estos pensamientos u obsesiones puedan llegar a desestabilizar la relación y provocar problemas de pareja, puede ser recomendable consultar a un profesional experto, como una psicóloga o un psicólogo con experiencia en relaciones sentimentales.
Cómo controlar los pensamientos intrusivos
Gestionar los pensamientos intrusivos requiere conciencia y estrategias específicas. En primer lugar, es necesario reconocerlos y distinguirlos de los pensamientos funcionales. En segundo lugar, es importante tener en cuenta que su aceptación —es decir, aceptar que existen— conduce a una reducción de su impacto.
Cuanta más atención prestemos a estos pensamientos, más poder les daremos. Por lo tanto, es aconsejable no darles demasiada importancia y no intentar reprimirlos; de hecho, cuando intentamos reprimir un pensamiento, paradójicamente, tendemos a pensar aún más en él. Se trata de un fenómeno estudiado por el psicólogo Daniel Wegner, que ha demostrado que intentar no pensar en algo (por ejemplo, "no pienses en un oso blanco") conduce en realidad a un aumento de la frecuencia de ese pensamiento.

Cómo eliminar los pensamientos intrusivos
No siempre es posible eliminar por completo los pensamientos intrusivos, pero sí reducir su frecuencia y su impacto. He aquí algunas estrategias que pueden aplicarse para contrarrestarlos:
- Mindfulness: ayuda a observar los pensamientos sin identificarse con ellos.
- Meditación: favorece un estado de calma mental, lo que ayuda a reducir la ansiedad.
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): es un enfoque psicoterapéutico eficaz para reestructurar los pensamientos negativos y reducir la ansiedad.
- Ejercicios de relajación: técnicas como la respiración diafragmática pueden ayudar a reducir el estrés.
- Evitar la supresión: intentar no pensar en algo puede hacerlo más persistente, por lo que es mejor acogerlo y dejarlo fluir.
- Aceptación: reconocer que los pensamientos intrusivos son un fenómeno común y no definen quiénes somos.
Los pensamientos intrusivos son habituales y, aunque causan malestar, no son peligrosos. Sin embargo, cuando interfieren en la vida cotidiana, es esencial buscar ayuda profesional para tratar estos pensamientos de forma eficaz, mejorando el bienestar general.
Recuerda que si estás experimentando pensamientos intrusivos que te impiden disfrutar de tu vida con normalidad, nuestro equipo de psicólogas y psicólogos online está disponible para ayudarte.