La sudoración es un mecanismo de termorregulación que nuestro cerebro activa cuando necesitamos disminuir la temperatura corporal. Experimentamos sus efectos, por ejemplo:
- Cuando tenemos fiebre.
- Cuando nuestro cuerpo es sometido a un intenso trabajo muscular.
- Cuando nos encontramos a altas temperaturas ambientales.
Los sudores nocturnos (o hiperhidrosis nocturna) pueden tener varias causas:
- Causas ambientales (temperatura alta).
- Causas médicas (los sudores nocturnos pueden presentarse, por ejemplo, con sofocos durante etapas de cambio hormonal, como la menopausia; pueden ser síntoma de problemas endocrinológicos o signo de abstinencia en el caso de adicciones patológicas).
- Causas psicológicas (el estrés y la ansiedad pueden contribuir a una sudoración nocturna excesiva).
¿A qué se deben los sudores nocturnos por ansiedad o estrés? Intentamos dar respuesta en este artículo, abordando sus posibles causas y remedios.
Principales causas de los sudores nocturnos
La sudoración nocturna, o hiperhidrosis nocturna, puede ser simplemente una reacción a un dormitorio demasiado cálido, pero también puede ser un síntoma de diversas condiciones. Es importante distinguir entre las causas ambientales y las médicas o psicológicas.
- Cambios hormonales: frecuentes en mujeres durante la perimenopausia y la menopausia (con síntomas de la menopausia como los sofocos). En hombres, los sudores nocturnos pueden estar relacionados con niveles bajos de testosterona (andropausia).
- Afecciones médicas: algunos trastornos autoinmunes, problemas de tiroides (hipertiroidismo) y ciertos tipos de cáncer (como el linfoma) pueden manifestarse con sudores nocturnos. La hipoglucemia en personas con diabetes también es una causa común.
- Medicamentos: ciertos fármacos, como los antidepresivos, los medicamentos para la diabetes y los bloqueadores hormonales, pueden tener como efecto secundario una sudoración excesiva.
- Estilo de vida: el consumo de alcohol, cafeína o alimentos picantes antes de dormir también puede aumentar la temperatura corporal y causar sudoración.
- Estrés y ansiedad: como exploraremos en detalle durante el artículo, los estados de ansiedad y estrés crónico activan la respuesta de “lucha o huida” del cuerpo y eso puede provocar un aumento de la sudoración, incluso durante la noche.
Sudores nocturnos por ansiedad y estrés
Sudar mucho por la noche puede ser uno de los síntomas psicosomáticos relacionados con la ansiedad y el estrés. Cuando un conflicto inconsciente no logra expresarse a través de las palabras y no es objeto de mentalización, puede encontrar la forma de expresarse a través del cuerpo.
Los sudores nocturnos vinculados a la ansiedad pueden aparecer en personas con niveles elevados de autoexigencia, preocupación constante por el rendimiento o miedo a la evaluación social. La sintomatología también puede surgir ante el mero pensamiento de tener contacto con otra persona y recibir críticas, sentir miedo al abandono, sentimiento de soledad y falta de afecto.
La preocupación y los estados de ansiedad encuentran en los sudores nocturnos una modalidad expresiva de un malestar emocional permanente.

La conexión entre la ansiedad y los sudores nocturnos
Los sudores nocturnos son una manifestación física de un malestar interno. El sistema nervioso, hiperactivado por preocupaciones y miedos, no se “apaga” durante la noche. Esto mantiene al cuerpo en un estado de alerta, liberando hormonas relacionadas con el estrés como el cortisol y la adrenalina, que aumentan la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal, lo cual provoca la sudoración excesiva.
Este fenómeno puede crear un círculo vicioso: la ansiedad causa sudores nocturnos, y el hecho de despertarse sudando puede generar más ansiedad sobre la salud o la calidad del sueño.
Los sudores nocturnos por ansiedad a menudo se acompañan de otros síntomas como:
- Pesadillas o sueños angustiosos.
- Palpitaciones o taquicardia.
- Dificultad para conciliar o mantener el sueño (insomnio).
- Tensión muscular.
Sudores nocturnos por ansiedad: síntomas
Los síntomas más comunes de la sudoración nocturna por ansiedad se expresan a través de la sudoración primaria que involucra:
- las zonas axilares;
- cara, cuello y pecho;
- ingles;
- palmas de las manos y plantas de los pies.
Al no tener causas térmicas, este tipo de sudoración se denomina “fría”.
A menudo , cuando se asocia a pesadillas o ansiedad intensa, la sudoración nocturna puede manifestarse junto con escalofríos, sensación de frío o palidez debido a una vasoconstricción periférica repentina. Esto se debe a que, durante la activación del sistema nervioso simpático, el cuerpo alterna entre picos de sudoración y reacciones de contracción vascular, lo que genera la sensación simultánea de frío y sudor.
Cuando la hiperhidrosis no es consecuencia de condiciones fisiológicas o patológicas, es fácilmente atribuible a episodios de nerviosismo intenso y a un ataque de ansiedad, y se puede manifestar junto con taquicardia por ansiedad, mareos, presión torácica y dificultades respiratorias.
Cuando experimentamos un trastorno de ansiedad, nuestro cuerpo se ve estimulado por las hormonas del estrés, y la ansiedad por los sudores nocturnos puede convertirse en un síntoma real que no debemos subestimar.
Sudoración excesiva por ansiedad: causas
La ansiedad y los sudores nocturnos y diurnos pueden aparecer:
- Como acontecimiento desencadenante de un ataque de pánico, poniendo a la persona en un estado de agitación, miedo y preocupación al percibir el síntoma como una señal de peligro.
- Como una manifestación secundaria respecto al estado de angustia experimentado.
En ambos casos, las causas de los sudores nocturnos se remontan a los efectos de las hormonas del estrés mediadas por el eje hipotálamo-pituitario-suprarrenal, responsable de los sistemas de respuesta neuroendocrina.
La amígdala, una estructura cerebral clave en la regulación emocional, participa en la detección de amenazas y en la activación de la respuesta de alarma. Cuando se mantiene hiperactiva, como sucede en el trastorno de ansiedad generalizada o en episodios de pánico, puede provocar reacciones fisiológicas intensas, como la sudoración, incluso sin una causa externa evidente.
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Sudoración nocturna por ansiedad: correlación con otros problemas psicológicos
Las personas que sufren de ansiedad social pueden experimentar hiperhidrosis repentina y profusa, percibida como una causa de vergüenza que, junto con otros síntomas físicos, con el tiempo puede llegar a conducir al aislamiento y estados de depresión.
La persona también puede pasar noches en vela debido al calor, el sudor y la ansiedad. Al igual que ocurre con el temblor de ansiedad y la ansiedad nerviosa las situaciones muy emocionales pueden desencadenar reacciones físicas como sudores nocturnos y diurnos en el cuello u otras partes del cuerpo.
¿Existe una correlación entre los sudores nocturnos por ansiedad y la ansiedad de rendimiento? La sudoración por ansiedad de rendimiento es muy frecuente y quienes la padecen pueden encontrarse dándole vueltas a situaciones futuras antes de dormirse y durante la noche. Así, la ansiedad, el estrés y la sudoración nocturna pueden dar lugar a otros síntomas como el insomnio, los picores y los sofocos.
Cómo gestionar los sudores nocturnos: remedios y tratamientos
Dependiendo de la causa, existen varias estrategias para aliviar o manejar los sudores nocturnos:
- Ajustes en el entorno: mantener el dormitorio fresco y bien ventilado. Usar ropa de cama y pijamas de materiales transpirables como el algodón o el lino.
- Cambios en el estilo de vida: evitar el alcohol, la cafeína y las comidas picantes cerca de la hora de dormir. Realizar ejercicio regularmente, pero no justo antes de acostarse.
- Técnicas de relajación: para los sudores relacionados con la ansiedad, prácticas como la meditación, la respiración profunda, el mindfulness o el yoga pueden ayudar a calmar el sistema nervioso antes de dormir.
- Terapia psicológica: la terapia, especialmente la cognitivo-conductual (TCC), es muy eficaz para aprender a calmar la ansiedad y romper el ciclo de preocupación que puede estar causando los síntomas físicos. Así como para aprender estrategias de autorregulación.
Terapia psicológica para tratar la ansiedad y sudoración nocturna
Cuando la ansiedad y el estrés provocan sudores nocturnos de manera frecuente o persistente, la hiperhidrosis puede ser incapacitante y conducir a la obsesión por sudar y exacerbar otros síntomas relacionados con los estados de ansiedad. Consultar un psicólogo para gestionar los síntomas de la ansiedad puede ser una solución eficaz.
Con el apoyo de una psicóloga o psicólogo con experiencia en ansiedad, se puede aprender a gestionar la ansiedad y adquirir una mayor conciencia personal y confianza en uno mismo para intentar dejar atrás síntomas como los sudores nocturnos inducidos por la ansiedad, que hasta hace poco mermaban la calidad de vida.
¿Cuándo deberías consultar a un médico?
Aunque los sudores nocturnos pueden ser inofensivos, es importante buscar atención médica si:
- Son recurrentes, intensos y perturban tu sueño de forma regular.
- Se acompañan de otros síntomas preocupantes. De hecho, como se indica en una actualización sobre la hiperhidrosis (Callejas et al., 2010), la presencia de fiebre, pérdida de peso, linfadenopatías (ganglios inflamados), cefalea o palpitaciones debe ser una señal de alerta para investigar a fondo la existencia de posibles causas secundarias.
- Comienzan después de iniciar un nuevo medicamento.
Un médico podrá descartar causas médicas subyacentes, ajustar tratamientos y, si es necesario, derivar a un especialista de salud mental para ofrecer un diagnóstico adecuado.