Ansiedad nerviosa: una compañera incómoda en el día a día

Ansiedad nerviosa: una compañera incómoda en el día a día
Redacción
Unobravo
Artículo revisado por nuestra redacción clínica
PUBLICADO EL
11.9.2025
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Quién no ha sentido alguna vez tal tensión nerviosa que parecía que el corazón se le iba a salir del pecho o esa sensación de mariposas en el estómago, manos sudorosas y la mente inmersa en un bucle en torno a la misma idea.

Sentirse hecho un manojo de nervios es natural ante acontecimientos que consideramos importantes como, por ejemplo, una exposición oral, un examen o una prueba deportiva. Pero si esa sensación de nerviosismo interno se presenta como una situación de amenaza o como un peligro real que amaga con arruinarnos cada momento, entonces quizás puede tratarse de lo que se conoce como “ansiedad nerviosa”.

En este artículo, exploramos qué es la ansiedad nerviosa, las causas de ese nerviosismo constante, los síntomas de la ansiedad nerviosa y su tratamiento.

¿Qué es la ansiedad nerviosa?

“Siempre estoy nervioso y con ansiedad”, “¿Por qué me siento nervioso sin razón?”

La ansiedad nerviosa es un término coloquial que se utiliza para referirse a la ansiedad en general. Se usa con frecuencia para hacer alusión a la sensación de nerviosismo, inquietud, angustia y preocupación con la que reacciona el organismo ante algunos acontecimientos.

La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones estresantes o desafiantes, que puede hacer que tengas la sensación de que tu sistema nervioso está alterado. Comprender las causas de este estado de nerviosismo y aprender a controlar la ansiedad nerviosa es fundamental para recuperar el bienestar psicológico.

En psicología, la ansiedad es una emoción que nos prepara para afrontar situaciones difíciles y se manifiesta tanto a nivel físico como mental (ansiedad adaptativa).

Pero, ¿qué sucede cuando esa ansiedad aparece de forma repetida en nuestra vida y en situaciones cotidianas?

Imagina despertar cada mañana con esa sensación de nerviosismo interior y una inquietud persistente que se apodera de ti incluso cuando todo parece estar bien. Esto es lo que les sucede a quienes padecen ansiedad desadaptativa, que es la causante de ese malestar, preocupación constante y nerviosismo en el cuerpo, como ocurre en el trastorno de ansiedad generalizada o el trastorno obsesivo compulsivo.

Aunque a esa relación de nervios y ansiedad se le llame familiarmente “ansiedad nerviosa”, es importante aclarar algunas de las diferencias entre nerviosismo y ansiedad.

nervios y ansiedad
Foto de Anna Shvets (Pexels)

Ansiedad y nervios

La ansiedad y los nervios van de la mano, pero es fundamental comprender qué existen diferencias.

El origen de los nervios suele ser identificable. Pongamos el ejemplo de una persona que se ha preparado unas oposiciones y va a examinarse. Es normal que exclame “estoy muy nerviosa” porque la oposición le provoca nervios.

En cambio, el origen de la ansiedad puede ser mucho más difuso. La persona siente miedo o una amenaza, pero probablemente no identifica su causa, por eso tiene esa impresión de estar siempre nerviosa y preocupada, sin saber muy bien por qué.

En el caso de la ansiedad, el “nerviosismo” también tiende a ser más intenso. Por ejemplo, una persona quizás sí identifica la causa: tiene el examen de unas oposiciones, pero el miedo que le provoca la ansiedad es tan grande que puede no presentarse al examen.

Cuando se trata de nerviosismo, aunque una persona piense “me siento nerviosa por dentro” la causa es por un factor externo (las oposiciones, si continuamos con el ejemplo de antes). Sin embargo, cuando se trata de ansiedad, el factor desencadenante no tiene por qué ser externo, puede ser por causas subyacentes.

Otra de las diferencias importantes entre una crisis nerviosa y la ansiedad es la duración. El nerviosismo tiene un tiempo limitado. Volviendo al ejemplo de la persona que oposita: tan pronto como la oposición haya finalizado, el estrés, la ansiedad (adaptativa) y los nervios desaparecerán. Sin embargo, la ansiedad (desadaptativa) tiende a prolongarse en el tiempo.

Por último, una diferencia significativa radica en la intensidad de los síntomas. En el nerviosismo, la intensidad se ajusta a la situación desencadenante. Sin embargo, en la ansiedad, los síntomas pueden ser desproporcionados y abarcar todo el cuerpo, por ejemplo:

  • taquicardia,
  • tos nerviosa,
  • temblores,
  • boca seca,
  • problemas para dormir,
  • tensión muscular,
  • dolores de cabeza,
  • problemas estomacales.

La ansiedad patológica también puede generar alteraciones en diversas áreas, como en el sistema nervioso autónomo.

Sistema nervioso y ansiedad: cómo afecta la ansiedad al sistema nervioso

¿Cómo se relacionan la ansiedad y el sistema nervioso? Cuando sentimos que estamos ante una situación amenazante, rápidamente se activa el sistema nervioso autónomo que tiene dos divisiones: el sistema simpático y el parasimpático. Estos dos sistemas se encargan de activar y desactivar, respectivamente, la respuesta de ansiedad.

El sistema nervioso simpático es el responsable de darnos la energía necesaria para luchar o huir de una situación estresante. Produce muchas sensaciones que afectan a todo el cuerpo: 

  • aumenta el ritmo cardíaco,
  • dirige la sangre hacia los músculos principales,
  • incrementa la respiración,
  • hace sudar,
  • dilata las pupilas,
  • disminuye la salivación,
  • genera tensión muscular.

El sistema parasimpático tiene la función opuesta: relajar el cuerpo y disminuir la frecuencia cardíaca. El equilibrio entre estos dos sistemas es importante para el bienestar de la persona, ya que cada uno tiene efectos contrarios y complementarios.

¿Recuerdas cuando al principio hablábamos de esa sensación de mariposas en el estómago o de nudo en el estómago? El sistema nervioso autónomo cuenta con otra subdivisión que es el sistema nervioso entérico, la parte encargada de regular las funciones vitales gastrointestinales. De ahí que sintamos mariposas en el estómago cuando estamos enamorados o el estómago revuelto cuando tenemos nervios.

causas anisedad nerviosa
Foto de Rafael Barros (Pexels)

Síntomas de la ansiedad nerviosa

En lo que respecta a qué siente una persona con ansiedad nerviosa, no todas las personas con ansiedad tienen por qué identificarse con todos los síntomas físicos, cognitivos o de conducta que la ansiedad produce. A continuación, vemos algunos síntomas de ansiedad y nervios.

Aumento del ritmo cardíaco

La persona puede sentir palpitaciones o taquicardias, es decir, puede tener la sensación de que el corazón le va un poco o mucho más rápido de lo normal. La taquicardia por ansiedad es uno de los principales síntomas de la ansiedad nerviosa, junto a la sensación de falta de aire y opresión en el pecho.

Sensación de agobio, intranquilidad, amenaza y peligro

Otros síntomas de nervios en el cuerpo pueden ser la sensación de inquietud, la sensación de que las cosas provocan agobio con mayor facilidad, el miedo a perder el control y el temor de que las cosas puedan salir mal. En general, la persona experimenta pensamientos negativos y catastróficos.

Asimismo, a nivel físico, como mencionamos antes, estos estados pueden ir acompañados de síntomas como taquicardia, opresión en el pecho o incluso dolor en el pecho por ansiedad —una manifestación frecuente que, aunque no suele tener una causa médica grave, genera mucha alarma y contribuye a aumentar el malestar general—.

‍Sudoración

Otro síntoma de la ansiedad nerviosa o del nerviosismo es la sudoración y, en concreto, los sudores nocturnos por ansiedad. Sudar es la forma que nuestro cuerpo tiene de aliviar la tensión nerviosa que sentimos, pero el hecho de sudar y no poder controlarlo puede generar mayor ansiedad.

Problemas en el sistema digestivo

Uno de los grandes afectados por la ansiedad, sobre todo si se padece de ansiedad crónica, es el sistema digestivo.

La ansiedad estomacal, una vez descartados otros problemas médicos, causa sensación de náuseas y vómitos, de digestiones pesadas y de ardor en el estómago, entre otros síntomas. Asimismo, la gastritis nerviosa por ansiedad es un problema frecuente en el que la sintomatología no viene producida por bacterias, sino que es una respuesta del cuerpo al nerviosismo extremo y al estrés.

La colitis nerviosa y la ansiedad también están relacionadas. Aunque la causa exacta se desconoce, los síntomas de la colitis nerviosa se asocian a los cambios de dieta (darse atracones o no tener apetito), estrés, ansiedad y depresión.

Problemas con el sueño

Uno de los síntomas neurológicos de la ansiedad nerviosa es el insomnio. Los síntomas de nerviosismo suelen dificultar conciliar el sueño o provocar despertares tempranos.

Espasmos nerviosos por ansiedad y tics nerviosos

La ansiedad nerviosa también tiene síntomas físicos, como por ejemplo los tics nerviosos, que pueden ser motores o vocales.

Por un lado, los tics motores son parecidos a espasmos como, por ejemplo, pestañear mucho o sentir temblor en el labio inferior. Por otro lado, los tics vocales hacen referencia a sonidos como, por ejemplo, el carraspeo, la “tos nerviosa por ansiedad” o la risa nerviosa —que no es una verdadera risa, sino una risa provocada por la ansiedad y la tensión que acaba por angustiar aún más a la persona ya que no la puede controlar—.

Tensión nerviosa y movimientos torpes

La ansiedad produce tensión muscular que puede provocar movimientos torpes en manos o piernas, de manera que sea más fácil tropezar o tirar algún objeto; también se puede tensar tanto la mandíbula que llegue a provocar bruxismo.

Si padeces estos síntomas, es normal que te preguntes cuánto dura la ansiedad nerviosa. Sin embargo, no existe una respuesta clara ni tiempos estándar que funcionen igual para todas las personas. Aunque encontrar un tratamiento adaptado para aliviar la ansiedad nerviosa es posible con apoyo psicológico.

Un test puede ayudarte a identificar posibles síntomas de ansiedad
*No tiene valor diagnóstico y no sustituye al diagnóstico de un profesional

¿A qué se debe la ansiedad nerviosa?

Las causas del trastorno de ansiedad no están del todo claras, pero existen factores de riesgo predisponentes y factores desencadenantes que hacen a unas personas más proclives que otras a padecer ansiedad.

Los factores de riesgo predisponentes son aquellos que hacen que algunas personas sean más propensas a la ansiedad, como:

  • Los antecedentes familiares, aunque el hecho de que un progenitor padezca ansiedad no significa que sus hijos también lo hagan.
  • El tipo de vínculo que se estableció con las personas cuidadoras, por ejemplo: un estilo de crianza autoritario o, por el contrario, sobreprotector.
  • El consumo de sustancias puede provocar crisis de ansiedad nerviosa como uno de los efectos de las drogas.

En cuanto a los factores desencadenantes más comunes de la ansiedad nerviosa, cabe destacar:

  • La acumulación de estrés ante eventos vitales importantes, como puede ser el caso de la ansiedad en el embarazo.
  • Un evento traumático.
  • La personalidad de cada persona.

¿Cómo se diagnostica la ansiedad nerviosa?

El diagnóstico de la ansiedad nerviosa debe ser realizado por un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra. Aunque no existen pruebas de laboratorio específicas, el diagnóstico se basa en:

  • La evaluación psicológica, que puede incluir conversaciones sobre los pensamientos, sentimientos y comportamientos del paciente.
  • Los criterios diagnósticos del DSM-5, que permiten comparar los síntomas con los criterios diagnósticos estandarizados.
  • La exclusión de otras afecciones, por ejemplo, mediante exámenes físicos para asegurar que los síntomas no se deban a otras condiciones médicas.

Es crucial buscar una evaluación profesional para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.

Ansiedad nerviosa: tratamiento

Con tiempo y apoyo psicológico la mayoría de personas consiguen aprender a gestionar la ansiedad. Algunas de las opciones de tratamiento para la ansiedad nerviosa disponibles son:

Terapia para la ansiedad nerviosa

Un profesional de la psicología puede acompañarte en el tratamiento de la ansiedad nerviosa con un proceso de terapia y un enfoque adaptado a tus necesidades, así como brindarte herramientas con las que puedas hacer frente a la ansiedad nerviosa. Asimismo, como mencionamos anteriormente, el diagnóstico siempre debe realizarlo un profesional, como una psicóloga o psicólogo online.

La terapia cognitivo-conductual es una de las terapias más indicadas para el tratamiento de la ansiedad, con técnicas e intervenciones que se basan en la toma de conciencia y modificación de los pensamientos y comportamientos que contribuyen a la ansiedad para sustituirlos por otros más saludables con los que afrontar la realidad.

Medicamentos para la ansiedad nerviosa

Si te preguntas qué tomar para la ansiedad nerviosa, es muy importante que siempre consultes con un médico. Los medicamentos para la ansiedad nerviosa, por lo general antidepresivos y ansiolíticos, deben tomarse bajo prescripción médica. Sin embargo, es posible que la terapia farmacológica por sí sola no funcione y deba ir acompañada de una terapia psicológica para determinar y tratar las causas subyacentes.

Remedios naturales para la ansiedad nerviosa

También existen algunos ejercicios para la ansiedad nerviosa que puedes poner en práctica autónomamente, como:

  • Evitar las distorsiones cognitivas: ante un episodio de tensión nerviosa por ansiedad, nuestro cerebro tiende a interpretar la información de manera incorrecta. Esto puede hacer que tengamos pensamientos negativos e irracionales que nos hagan sentir aún peor como “si algo malo puede pasar, seguramente pasará”. Cuando esto suceda, es importante tratar de no quedarnos atrapados en esos pensamientos.
  • Aprender técnicas de relajación, que pueden ayudarnos a controlar la ansiedad nerviosa de forma natural. Aunque te parezca algo simple, las técnicas de respiración pausada o el entrenamiento autógeno, con la práctica, pueden hacer que cada vez te sea más fácil “combatir” la ansiedad nerviosa.
  • Realizar actividad física a diario también puede ayudar a evitar la ansiedad nerviosa. Veinte minutos al día de actividad física es uno de los remedios naturales que podemos poner en marcha contra la ansiedad nerviosa.
  • Mantener una dieta equilibrada y saludable también puede ayudar a controlar la ansiedad.

Si pruebas estos remedios para la ansiedad pero ves que esta afecta tu día a día y te condiciona, recuerda que la psicología está para ayudarte y un proceso de terapia para la ansiedad puede ser un gran apoyo. A veces, lo más difícil puede ser dar el primer paso, pero recuperar tu bienestar psicológico y volver a disfrutar de una vida más tranquila y plena es posible.

Bibliografía
Este contenido es de tipo divulgativo y no puede reemplazar el diagnóstico de un profesional. Artículo revisado por nuestra redacción clínica

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