Hojeas tu muro de Facebook o Instagram y te das cuenta de que algunas de tus amistades están en una fiesta que parece muy divertida, o acaban de asistir al "mejor concierto de su vida", o han pasado un día precioso en el campo.
Todo el mundo parece tener una vida más interesante que la tuya, que en cambio te quedas en el sofá haciendo scroll por las redes sociales en tu teléfono. Si estos scrolls van acompañados del miedo a perderse algo y del temor a quedarse al margen, probablemente estés experimentando el fenómeno FOMO.
¿Qué es el FOMO y por qué podemos sentir el miedo a ser excluidos con solo mirar el feed de nuestros contactos sociales?
FOMO (fear of missing out): significado
El acrónimo FOMO (fear of missing out) puede traducirse como "miedo a quedarse fuera". El término fue acuñado por el empresario y académico estadounidense Patrick McGinnis, entonces estudiante, en un artículo para la Harvard Business Review.
Con la palabra FOMO, Patrick McGinnis describió lo que veía que le ocurría a él y a sus compañeros de estudios: todo el mundo corriendo de un encuentro a otro, con miedo a perderse algo 'imperdible' y no seguir el ritmo de los demás.
Según el autor, el "efecto fear of missing out” a niveles moderados es un sentimiento que ha existido siempre, transversal, en el que casi todas las personas podemos reconocernos: desde el niño que no quiere irse a dormir para no perderse nada de lo que ocurre a su alrededor, hasta la persona mayor que desearía tener un nieto como todos sus coetáneos.
El FOMO, en psicología, puede definirse como una forma de ansiedad cada vez más frecuente, sobre todo entre los grupos más jóvenes de la población. A menudo, se asocia al uso masivo de las redes sociales, hasta el punto de que se puede hablar de "FOMO digital", es decir, el FOMO causado por Instagram y, en general, por internet.
Sin embargo, este miedo a perderse algo que surge de las redes sociales tiene orígenes previos y más profundos, está relacionado con el tipo de sociedad en la que vivimos y, en ocasiones, puede convertirse en un problema.
Miedo a perderse algo o FOMO: características principales
Cada uno de nosotros utiliza los smartphones y las redes sociales de forma más o menos consciente. Hay quienes lo consideran un agradable momento de entretenimiento, mientras que para otras personas es una herramienta de información y para otras una forma de "permanecer conectadas" con los seres queridos.
De hecho, si se usan de forma consciente y responsable, las redes sociales pueden ser útiles para mantener el contacto con amistades lejanas, como medio de transmisión de mensajes sociales importantes y como oportunidad de inspiración. Por supuesto, también existe la otra cara de la moneda, y su uso masivo e incontrolado puede conducir a la adicción a las redes sociales.
El FOMO puede enumerarse entre las consecuencias problemáticas del uso social y se está convirtiendo en un problema, sobre todo entre jóvenes y adolescentes, hasta el punto de que ha sido objeto de estudios en psicología y se ha clasificado como una nueva forma de ansiedad (aunque no existe ningún trastorno denominado FOMO en el DSM-5).
Precisamente porque se trata de un fenómeno reciente, aún no existen estadísticas precisas sobre el número de personas que padecen FOMO. Según algunas investigaciones, FOMO tiene principalmente dos componentes:
- La ansiedad de que otros puedan tener experiencias agradables y gratificantes de las que uno está ausente: un ejemplo es pensar repetidamente "¿Qué están haciendo mis amigos? ¿Se están divirtiendo sin mí?".
- El deseo de estar constantemente en contacto con los demás a través de las redes sociales. Como respuesta a la ansiedad, uno reacciona comprobando y actualizando compulsivamente su smartphone para ver qué están haciendo los demás, interrumpiendo constantemente la actividad en la que está inmerso.
Causas y orígenes del FOMO
Podemos atribuir la difusión del FOMO a diversos componentes. Algunos han existido siempre, otros son específicos del tipo de sociedad en que vivimos y otros dependen de características individuales.
En nuestra evolución como especie que vive en manada, hemos desarrollado la necesidad de estar incluidos en un grupo con el que compartir información y protección. En el pasado, ser excluido del clan significaba disminuir las posibilidades de supervivencia.
Hoy, en muchas partes del mundo, los seres humanos se han liberado de la ansiedad por la supervivencia, pero su biología sigue siendo la misma, y la ansiedad por la exclusión se ha extendido a otros aspectos menos esenciales de la vida.
Los síntomas del FOMO
La bajista de Måneskin, Victoria De Angelis, habló sobre el FOMO en una entrevista con Radio Deejay, contando que aunque está muy cansada, tiene que "salir porque si no tengo miedo de perderme algo".
El de De Angelis es solo uno de los muchos ejemplos de FOMO y de la sintomatología que este miedo a perderse algo hace experimentar a las personas. Entre los principales síntomas del miedo a perderse algo se encuentran:
- Uso excesivo de las redes sociales, que puede conducir a una adicción comportamental.
- Sentimientos de rabia y frustración intensos cuando oímos la historia de un acontecimiento que nos hemos perdido.
- Miedo a no vivir una "vida plena" y envidia de quienes creemos que la tienen.
- Ansiedad y preocupación.
- Necesidad de compartir todas las experiencias y actividades en las redes sociales.
Además de FOMO, con el tiempo han surgido otros acrónimos para describir otros matices de este tipo de ansiedad social:
- FODA (Fear Of Doing Anything): miedo a hacer cualquier cosa
- MOMO (Fear Of Missing Out): el estado de ansiedad que surge cuando los amigos no publican fotos de algo en lo que están participando o experimentando
- FOJI (Fear Of Joining In): el miedo a no recibir likes o comentarios después de publicar algo
- NOMO (No Mobile): el miedo a quedarse sin móvil.
El FOMO y su impacto de la sociedad
El FOMO también se ve estimulado por el tipo de sociedad en que vivimos, que el sociólogo Zygmunt Bauman ha denominado "líquida". Una sociedad en la que se deja solo al individuo para que lleve sobre sus hombros el peso de sus propias decisiones.
En comparación con el pasado, tenemos la ventaja de que podemos elegir nuestra vida en todos los aspectos (trabajo, relaciones, ocio) y las opciones son casi infinitas. Pero la desventaja es una carga de responsabilidad y estrés que a veces resulta insoportable. Incluso elegir si salir o no una noche puede convertirse en una fuente de malestar para algunas personas.
En este sentido, vemos que FOMO y FOBO (Fear of better options) están relacionados: cuantas más opciones posibles se nos presentan, menos capaces somos de decidir, un mecanismo conocido como la paradoja de la elección.
El papel de las redes sociales
La llegada de las redes sociales ha traído consigo un cambio radical: todos podemos ver lo que hacen otras personas en tiempo real, incluso desde la otra punta del mundo. Las redes sociales pueden convertirse así en un enorme amplificador de FOMO, hasta el punto de que se ha añadido el término "ansiedad de las redes sociales" para explicar este acrónimo.
El riesgo es caer en un círculo vicioso: para apaciguar nuestro miedo a perdernos algo consultamos compulsivamente las redes sociales, pero al hacerlo aumentamos la posibilidad de encontrarnos con acontecimientos o situaciones de los que inevitablemente estamos excluidos.
FOMO y marketing
La relación entre FOMO y sesgo cognitivo es un elemento crucial para muchas estrategias de marketing basadas en el sentido de pertenencia y, sobre todo, en la ansiedad que puede provocar la idea de quedarse fuera y perderse algo importante.
El deseo de sentirse parte de un grupo social (que utiliza ese producto o servicio) y el consiguiente miedo a quedarse fuera, junto con lo que en la jerga se denomina sensación de urgencia y escasez (ofertas por tiempo limitado o ediciones limitadas del producto), impulsa al usuario a la compra impulsiva y a experimentar una sensación de bienestar inmediato (uno de los ejemplos más claros es el FOMO de los juegos).
Aunque pueda parecer absurdo, las estrategias de marketing que apelan al miedo a perderse algo también apuntan al JOMO (Joy of missing out) y al YOLO (You Only Live Once). Si JOMO representa el opuesto directo de FOMO, YOLO puede traducirse como "solo se vive una vez" y ambos fomentan las compras poco meditadas.
El FOMO también se refleja en las ventas al expresar la ansiedad de perder una gran oportunidad de obtener beneficios y enfrentarse a posibles pérdidas financieras. Se manifiesta, por ejemplo, en FOMO CRYPTO y FOMO TRADING.
FOMO, JOMO, MOMO, NOMO, FOBO: estos acrónimos, tan estrechamente ligados a la dinámica social contemporánea e impensables hace sólo cincuenta años, reflejan el enorme impacto que los medios digitales y sociales han tenido en la vida, el estilo de vida y las relaciones de las personas.
"Sufro de FOMO": los factores psicológicos individuales del miedo a perderse algo
Aunque se trata de un fenómeno atribuido principalmente a los millennials, el FOMO no hace demasiadas distinciones de edad, por lo que es posible que muchos de nosotros lo hayamos experimentado al menos una vez.
Los altos niveles de FOMO están correlacionados incluso con trastornos mentales graves e incapacitantes. Según un importante estudio sobre el tema, los factores más frecuentemente asociados con FOMO son:
- niveles más altos de uso problemático de redes sociales y smartphones
- ansiedad
- depresión
- sentimiento de soledad
- afectividad negativa
- niveles más bajos de calidad de vida percibida
- tendencia a la distracción
- trastornos del sueño
- disminución de la productividad.
Además, en un estudio reciente sobre la relación entre el TDAH y el FOMO, se planteó la hipótesis de que las personas con trastorno por déficit de atención con hiperactividad tienen un mayor riesgo de padecer FOMO.
Dado que las personas con TDAH suelen tener escasas habilidades de regulación emocional, este tipo de problema podría ser precisamente lo que les predispone al FOMO: "Aunque el miedo a ser desconectado muestra similitudes en muchos aspectos de la adicción a Internet y la adicción a los juegos online, debe evaluarse como una solución desarrollada para establecer el control emocional".
Además, en un estudio reciente sobre la adicción a Internet en adolescentes con trastorno por déficit de atención con hiperactividad, se planteó la hipótesis de que en casos de TDAH el FOMO puede aumentar: "Los individuos diagnosticados de adicción a Internet tienen dificultades tanto en la cognición social como en la regulación de las emociones, lo que es más grave en presencia de comorbilidad con TDAH."
¿Cómo superar el FOMO? ¿Es posible retomar una relación digital sana y evitar el FOMO de las redes sociales?
FOMO: cómo superarlo y salir de él
En nuestro artículo, hemos profundizado en qué es el miedo a perderse algo, qué significa sufrir FOMO y cuáles son las posibles consecuencias de este trastorno. Pasamos ahora a los posibles remedios, empezando por algunos consejos prácticos para intentar hacerle frente:
- Cambiar de perspectiva. Detrás del FOMO se esconde una paradoja: debido al miedo a perderse experiencias, se corre el riesgo de pasar el tiempo observando lo que hacen los demás sin experimentar plenamente lo que uno hace. Puede que la velada en la que no participas sea realmente divertida, pero seguir pensando en ella y mirando fotos compulsivamente te impide disfrutar al mismo tiempo de la velada tranquila que has organizado. En otras palabras, te estás perdiendo no una, sino dos experiencias.
- Céntrate en ti. En lugar de buscar comparaciones con lo que hacen los demás, céntrate en las cosas que son importantes para ti y con las que disfrutas, de modo que solo elijas entre las actividades que son verdaderamente relevantes
- Cultiva la atención plena. Vivir en el presente es un buen ejercicio si tiendes a viajar con la mente a otra parte. Practicar la atención plena puede ayudarte a centrarte en el "aquí y ahora", ser más consciente de tus sentimientos y emociones y evitar caer en mecanismos repetitivos.
- Practica la gratitud. Piensa en las cosas que disfrutas en tu vida y por las que estás agradecido. Puede ser útil llevar un diario en el que anotes cada día las cosas que más te han gustado de la jornada.
- Tómate un descanso de las redes sociales. Puedes elegir voluntariamente dejar el teléfono apagado a una hora concreta del día
- Tómate un descanso con una actividad agradable. Intenta interrumpir el flujo de pensamientos intrusivos pasando algún tiempo en la naturaleza o realizando actividades como escuchar música o hacer ejercicio.
Si padecer FOMO ha afectado a otros aspectos importantes de su vida, consulta con un especialista, quien podrá utilizar las herramientas de diagnóstico más adecuadas para tu caso concreto (como la escala de miedo a perderse algo (FOMOS). Esta escala resulta útil para investigar el grado de miedo a perderse acontecimientos sociales y el nivel relativo de uso de las redes sociales para mantenerse conectado). Un especialista te ayudará a comprender mejor tu situación investigando las causas del FOMO para poder afrontarlo mediante una terapia personalizada y con las herramientas terapéuticas más adecuadas.