La distimia es uno de los trastornos menos comprendidos (y quizás conocidos), pero que pueden llegar a ser muy incapacitantes. Aunque a veces este problema psicológico puede confundirse con una una tristeza constante, lo cierto es que la distimia es un trastorno del estado de ánimo que puede afectar significativamente a la calidad de vida de la persona que la padece y puede cursar de forma crónica.
A lo largo del artículo, abordaremos todo lo que necesitas saber sobre el trastorno distímico, desde su definición, hasta sus síntomas y tratamientos disponibles.
¿Qué es un trastorno distímico?
La distimia, también conocida como trastorno distímico, trastorno depresivo persistente o distimia depresiva, es una forma de depresión crónica. La definición de distimia, según los manuales diagnósticos, es la siguiente:
“un trastorno depresivo persistente caracterizado por un estado de ánimo deprimido que dura al menos dos años, con síntomas menos severos que los de la depresión mayor pero lo suficientemente crónicos como para afectar la calidad de vida.”
El significado de distimia proviene del griego "dys-", que significa "mal", y "thymos", que significa "estado de ánimo" (en inglés el término es “dysthymia”), en contraposición a “eutimia” (que significa ánimo equilibrado). Asimismo, para entender qué es la distimia en psicología hay que tener en cuenta dos aspectos clave:
- su cronicidad (puede durar desde dos años en adelante),
- su interferencia en la vida diaria de la persona.
Ahora bien, casi más importante que saber lo que es el trastorno de depresión persistente es entender lo que no es. La distimia no se trata simplemente de una tristeza pasajera o de una "mala racha", sino que es una forma de depresión persistente que afecta a múltiples áreas de la vida, desde las relaciones interpersonales hasta el rendimiento laboral.
Aunque los síntomas pueden ser menos intensos que los del trastorno depresivo mayor (la condición más común entre los trastornos del estado de ánimo), su duración prolongada los convierte en igualmente incapacitantes a largo plazo.
Diferencia entre distimia y depresión
Una de las preguntas más comunes que surgen cuando se habla de trastornos del estado de ánimo es la diferencia entre distimia y depresión. Aunque ambos son trastornos del estado de ánimo que implican sentimientos de tristeza y desesperanza, hay diferencias clave que los distinguen.
La primera diferencia entre el trastorno depresivo mayor y el trastorno depresivo persistente radica en la duración y la gravedad de los síntomas:
- El trastorno depresivo mayor se caracteriza por episodios de depresión severa que pueden durar semanas o meses.
- El trastorno depresivo persistente (distimia) es una forma de depresión moderada crónica que dura al menos dos años y tiene síntomas generalmente menos severos.
Otra diferencia entre depresión mayor y distimia es la respuesta al tratamiento:
- La depresión mayor a menudo responde bien a una combinación de medicación y terapia psicológica.
- La distimia puede ser más resistente al tratamiento debido a su naturaleza crónica.
En algunos casos, la distimia puede coexistir con un episodio depresivo mayor. Cuando esto ocurre, el término utilizado para describir esta coexistencia es "depresión doble". Este escenario complica tanto el diagnóstico como el tratamiento, ya que los síntomas de ambos tipos de depresión se superponen y se intensifican mutuamente.
Asimismo, en algunos casos, si no se trata adecuadamente, puede aumentar el riesgo de desarrollar episodios depresivos más severos, como la depresión psicótica. Esta condición, caracterizada por síntomas como delirios o alucinaciones, representa una manifestación severa de los trastornos del estado de ánimo. Aunque no suele aparecer directamente como complicación de la distimia, conocer su existencia ayuda a subrayar la necesidad de una evaluación clínica precisa y un seguimiento riguroso.
Características de una persona con distimia
¿Cómo es una persona con distimia? Aunque los síntomas pueden variar, generalmente incluyen:
- tristeza crónica
- falta de interés en actividades diarias (anhedonia),
- problemas de concentración.
Para poder hablar de trastorno distímico, la persona debe experimentar un estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del día durante al menos dos años. Según el Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales (DSM-5), además del estado de ánimo deprimido, se pueden presentar otros síntomas como:
- baja autoestima,
- sentimientos de desesperanza,
- fatiga crónica,
- problemas para tomar decisiones,
- alteraciones en el sueño y el apetito.
No obstante, es importante precisar que no todas las personas con distimia presentan todos los síntomas descritos y su intensidad puede variar.
La distimia también puede manifestarse en niños y adolescentes, aunque los síntomas pueden diferir ligeramente de los que se observan en adultos:
- La distimia infantil se presenta como irritabilidad persistente en lugar de la tristeza crónica típica en adultos.
- La distimia en adolescentes puede incluir dificultades en la escuela, en sus relaciones con amigos y familiares, y en su desarrollo emocional general.
Los criterios diagnósticos de distimia en el DSM-5 también especifican que los síntomas deben causar un malestar clínicamente significativo o una disminución en las áreas sociales, laborales u otras áreas importantes del funcionamiento. Además, los síntomas no deben ser el resultado de una condición médica o el uso de sustancias.

Diagnóstico de la distimia
“¿Cómo saber si padezco distimia?”
El diagnóstico del trastorno depresivo persistente debe ser realizado por un profesional de la salud mental. Generalmente, implica una evaluación psicológica completa para entender la duración e impacto de los síntomas.
- Evaluación clínica: entrevista para explorar el historial de síntomas, estado de ánimo y funcionamiento diario.
- Criterios del DSM-5: se verifica que se cumplan los criterios diagnósticos, como un estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, durante al menos dos años.
- Exclusión de otras condiciones: descartar otras afecciones es esencial, por ejemplo, para diferenciar la distimia de la depresión mayor, el trastorno bipolar u otras condiciones médicas que puedan causar síntomas similares.
Los test online pueden servir como una primera orientación para reconocer los síntomas depresivos, pero nunca reemplazan el diagnóstico de un profesional, como un psiquiatra o un psicólogo para la depresión.
Trastorno distímico: causas
¿Qué provoca la distimia? Las causas de la distimia son multifactoriales y pueden incluir factores genéticos, ambientales y psicológicos. Una pregunta común es si la distimia es hereditaria. Aunque no hay una respuesta definitiva, la predisposición genética puede jugar un papel en el origen de este trastorno psicológico.
Se sabe que las bases biológicas (Sarikaya et al., 1999) del trastorno distímico y la depresión son similares e implican alteraciones en el flujo sanguíneo y la actividad en varias regiones cerebrales, incluidas las áreas frontal y parietal. Estas irregularidades sugieren que tanto la depresión mayor como el trastorno distímico comparten mecanismos neurales similares que afectan el estado de ánimo y el comportamiento emocional.
Entre los factores ambientales, es importante destacar la importancia de las experiencias vitales en el desarrollo de este tipo de depresión crónica. Algunas situaciones pueden ser factores desencadenantes, por ejemplo:
- el abuso emocional o físico en la infancia,
- la pérdida temprana de un ser querido,
- el vivir en un entorno familiar disfuncional.
Estas experiencias no solo pueden iniciar el trastorno, sino también perpetuar un ciclo de tristeza y desesperanza que se convierte en crónico.
Es fundamental conocer qué es la distimia y sus causas para entender mejor cómo abordar el trastorno. Factores como el estrés crónico, las experiencias traumáticas y los problemas de salud mental coexistentes también pueden contribuir a su aparición, por eso es importante realizar un análisis adecuado tanto de la persona como de su contexto.
¿Hasta qué punto la distimia es incapacitante?
Hay personas diagnosticadas de distimia que siguen siendo capaces de realizar sus actividades diarias y responsabilidades, aunque sea con dificultad o falta de disfrute. Cuando esto ocurre, los profesionales suelen hablar de depresión funcional.
Ahora bien, la distimia también puede ser altamente incapacitante y afectar a la calidad de vida, el rendimiento laboral y las relaciones personales. Por ejemplo, el trastorno distímico puede llevar a períodos prolongados de ausentismo, lo que finalmente puede llevar a una baja laboral por distimia.
Además, la distimia tiene grado de discapacidad, aunque este puede variar de una persona a otra. En función del nivel de progresión de la enfermedad y las complicaciones asociadas, la evaluación del grado de discapacidad por distimia puede variar:
- Por lo general, para casos de distimia con un impacto moderado en la vida diaria, es probable que se asigne un grado de discapacidad mínimo del 33 %.
- En situaciones más severas, especialmente cuando la distimia se presenta junto con otros trastornos o condiciones médicas, el grado de discapacidad podría superar el 65 %.
Comorbilidad entre la distimia y otros trastornos
La distimia raramente se manifiesta de forma aislada; más bien, suele coexistir con otros trastornos o enfermedades médicas. Esta comorbilidad no solo complica el diagnóstico, sino que también puede hacer que el tratamiento sea más complejo.
Si bien la depresión no "causa" otras enfermedades en el sentido estricto, puede estar fuertemente asociada con un mayor riesgo de padecer otras afecciones, como, por ejemplo:
- enfermedades cardiovasculares,
- diabetes tipo 2,
- trastornos del sueño.
Además, la depresión puede exacerbar los síntomas de enfermedades crónicas preexistentes. La presencia de distimia junto con otros trastornos puede agravar los síntomas de cada afección individual y afectar significativamente a la calidad de vida. A continuación, presentamos algunos ejemplos de comorbilidades:
Distimia y fibromialgia
La relación entre distimia y fibromialgia es especialmente significativa. Ambos trastornos presentan síntomas superpuestos como fatiga extrema y dolor crónico generalizado, lo que puede hacer que el diagnóstico diferencial sea difícil de llevar a cabo.
Distimia y trastorno bipolar
Es fundamental establecer una distinción clara entre distimia y trastorno bipolar, a pesar de que en algunos casos pueden presentarse de manera conjunta:
- La distimia se caracteriza por un estado de ánimo deprimido crónico y sostenido.
- El trastorno bipolar incluye fluctuaciones extremas del estado de ánimo que van desde episodios depresivos hasta episodios de manía.
Para distinguir entre un episodio depresivo asociado con el trastorno bipolar y los síntomas típicos de la distimia, es crucial llevar a cabo un diagnóstico diferencial adecuado.
Distimia y alexitimia
La alexitimia, definida como la dificultad para reconocer y verbalizar emociones, es otra condición que puede presentarse junto con la distimia. La alexitimia puede hacer que sea más difícil para el individuo comunicar sus síntomas y emociones, lo que a su vez puede obstaculizar el proceso terapéutico.
Además, la combinación de alexitimia y distimia puede intensificar los síntomas de esta última, como la tristeza crónica y la falta de interés en actividades diarias, ya que la incapacidad para identificar y gestionar emociones puede llevar a un mayor aislamiento y desapego emocional.
Distimia y paratimia
La paratimia, o incongruencia afectiva, es la discrepancia entre la emoción experimentada y su expresión externa. En personas con distimia, esta incongruencia puede manifestarse como respuestas emocionales que no coinciden con el contexto, por ejemplo: mostrar indiferencia ante situaciones que normalmente provocan tristeza o alegría.
Esta combinación dificulta la comunicación y las relaciones interpersonales, ya que la expresión emocional desajustada puede generar incomprensión y aumentar el aislamiento emocional de quien la padece.
Distimia y ansiedad
Los trastornos de ansiedad pueden aparecer de forma comórbida con la distimia de forma bastante recurrente. La ansiedad generalizada, por ejemplo, puede coexistir con el trastorno distímico, en lo que se a menudo es conocido como "distimia ansiosa" o trastorno depresivo persistente con ansiedad. Esta combinación puede exacerbar los síntomas de cada trastorno y dificultar la recuperación y el tratamiento.
Distimia y anhedonia
Aunque la anhedonia no es un trastorno en sí mismo, sino más bien un síntoma, su presencia es común en personas con distimia. La anhedonia se refiere a la incapacidad para experimentar placer o interés en actividades que normalmente se consideran gratificantes. Este síntoma puede agravar la experiencia incapacitante de la distimia, lo que hace que las actividades diarias y las interacciones sociales se vuelvan aún más complicadas.
La coexistencia de anhedonia y distimia puede crear una dinámica perjudicial: la falta de placer o interés puede intensificar los sentimientos de tristeza y desesperanza, que a su vez pueden exacerbar la anhedonia.

Distimia y sexualidad: ¿qué ocurre en las relaciones de pareja?
La distimia puede ejercer un impacto considerable en la vida sexual y las relaciones de pareja. La falta de interés en actividades que normalmente se considerarían gratificantes, como el sexo, puede generar tensiones y conflictos dentro de la relación de pareja. Este fenómeno se agrava aún más si consideramos que la comunicación emocional, un pilar básico en cualquier relación, también puede verse afectada por la distimia.
La falta de libido y la falta de intimidad emocional pueden llevar a un círculo vicioso en el que la distimia y los problemas de pareja se retroalimentan mutuamente. Es común que la persona con distimia se sienta incomprendida o poco apoyada, lo que puede generar resentimientos y más tensiones en la relación.
Por lo tanto, es crucial abordar la distimia de manera integral, considerando su impacto tanto en el individuo como en su pareja. Como veremos a continuación, el tratamiento puede incluir terapia de pareja, además de intervenciones individuales, para abordar los problemas específicos que la distimia presenta en el contexto de una relación amorosa.
Distimia: tratamiento
Vivir con depresión crónica puede ser realmente complicado y muchas personas se preguntan cómo se pude salir de una depresión. La vida de una persona con distimia suele estar marcada por una tristeza profunda y persistente que va más allá de la tristeza que todos experimentamos puntualmente ante las adversidades de la vida, y esto hace que estas personas puedan tener una sensación de indefensión y desesperanza.
Existen distintos tipos de tratamientos psicológicos y farmacológicos para la distimia. Aunque cada persona puede responder de distinta forma, hay intervenciones que cuentan con un mayor respaldo de evidencia científica y son más efectivas. Veamos cuáles son:
Terapia cognitivo-conductual para la distimia
La terapia cognitivo-conductual es especialmente útil porque proporciona herramientas prácticas y estrategias que los individuos pueden aplicar en su vida diaria para combatir los síntomas de la distimia. Además, la eficacia de esta terapia está respaldada por numerosos estudios científicos (Hofmann et al., 2012), lo que la convierte en una opción de tratamiento altamente recomendada.
Un psicólogo o psicóloga especializada en terapia cognitivo-conductual puede ayudar a identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento negativos.
Medicamentos antidepresivos para la distimia
Determinados fármacos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), son comúnmente utilizados para tratar la depresión crónica y pueden resultar efectivos en algunos casos. También pueden emplearse estabilizadores del ánimo. No obstante, hay que tener en cuenta que la persona puede padecer efectos secundarios y que el tratamiento debe ser prescrito y supervisado por un médico.
Terapia interpersonal
La terapia interpersonal se centra en mejorar las habilidades de comunicación y las relaciones interpersonales y ha demostrado efectividad (Cuijpers et al., 2011) en el tratamiento de la depresión y otros trastornos del estado de ánimo.
Terapia de pareja o familiar
La terapia de pareja o la terapia familiar es especialmente útil cuando la distimia afecta la dinámica de una relación de pareja o de la familia. En estos casos, la terapia no solo se centra en el individuo con distimia, sino también en cómo el trastorno impacta las interacciones y el bienestar emocional de todos los miembros involucrados.
Ejercicio y nutrición
Los programas de ejercicio y nutrición ayudan a mantener un estilo de vida saludable. Esto puede tener un impacto significativo en el manejo de los síntomas de la distimia y ayudar a la persona a tener una vida más estructurada. Este tipo de actividades actúan como reforzadores y pueden mejorar el estado de ánimo, con un impacto positivo en la calidad de vida.
Encontrar apoyo profesional para la distimia
Si crees que puedes necesitar ayuda para afrontar cómo te sientes o lo que estás viviendo, pedir ayuda psicológica puede ser el primer paso hacia un mayor bienestar. Vivir con distimia puede ser un desafío constante, pero no tienes que enfrentarlo en soledad. La terapia online ofrece un espacio seguro y accesible para explorar tus sentimientos y desarrollar herramientas para gestionar los síntomas.
En Unobravo, te conectamos con psicólogos y psicólogas que pueden guiarte con empatía y profesionalidad. Si te identificas con lo que has leído, dar el siguiente paso es tan sencillo como rellenar el cuestionario para encontrar a tu psicólogo online.