Mitomanía: qué es y cómo afrontar un comportamiento “mentiroso compulsivo”

Mitomanía: qué es y cómo afrontar un comportamiento “mentiroso compulsivo”
Redacción
Unobravo
Artículo revisado por nuestra redacción clínica
PUBLICADO EL
14.10.2025
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La mitomanía, es un trastorno que implica una tendencia compulsiva a mentir de forma sistemática y sin necesidad aparente, es un fenómeno complejo que afecta a personas en todo el mundo y que genera unas consecuencias muy desagradables, tanto para la persona mitómana como para su entorno.

En este artículo, te explicamos en profundidad la naturaleza de la mitomanía, cómo identificar este trastorno y las soluciones disponibles para quienes luchan contra la compulsión de la mentira patológica.

¿Qué es la mitomanía?

La mitomanía, también conocida como mentira patológica, es un trastorno que se caracteriza por una tendencia compulsiva a mentir. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), la mitomanía se considera un síntoma de los trastornos de la personalidad del clúster B, como el trastorno narcisista, el trastorno antisocial y el trastorno histriónico, así como del trastorno de estrés postraumático (TEPT).

Para abordar el significado del comportamiento mitómano, podemos recurrir a la definición propuesta por el psiquiatra francés Ernest Dupré:

una invención inconsciente y demostrable de acontecimientos muy poco probables y fácilmente refutables”.

Asimismo, otra definición de mitomanía que suele emplearse en la actualidad es:

una tendencia a elaborar, exagerar y emitir mentiras, incluidos informes de experiencias imaginadas que suelen implicar un autoengaño”.

En definitiva, las personas que sufren mitomanía tienden a mentir y manipular de forma obsesiva y constante, llegando incluso a creerse sus propias mentiras. Este comportamiento lleva a la persona a verse atrapada en sus propias ficciones, lo que termina impactando negativamente en las personas de su entorno más cercano.

Comportamiento mentiroso compulsivo: características de la mitomanía

Ahora que ya sabemos lo que es la mitomanía y qué significa mitómano, vamos a explicar cuáles son las actitudes de una persona mentirosa o mitómana. Si bien los síntomas varían, un análisis temático de 64 casos de estudio internacionales permitió trazar un perfil de la mentira patológica, destacando sus síntomas principales (Treanor, 2012).

Algunos patrones comunes que pueden servirnos para saber cómo reconocer a un mitómano son:

  • Pensamientos que incitan a mentir: un mentiroso patológico a menudo tiene pensamientos recurrentes sobre mentir. Estos pensamientos pueden ser invasivos y persistentes, lo que puede dificultar la concentración en tareas cotidianas o en interacciones sociales sinceras.
  • Dificultad para resistirse a mentir: una de las características de un mitómano es su incapacidad para resistir el impulso de mentir. Este impulso puede ser tan abrumador que la persona siente que mentir es casi una necesidad, más que una elección consciente.
  • Satisfacción cuando no se descubren las mentiras: una sensación de alivio o incluso de satisfacción puede surgir cuando las mentiras no son descubiertas. Este “éxito” en el engaño puede reforzar el comportamiento de la persona mentirosa compulsiva y crear un ciclo difícil de romper.
  • Baja autoestima: a menudo, las personas con mitomanía tienen problemas de autoestima. Pueden sentir que la realidad de sus vidas no es suficiente o que no son lo suficientemente interesantes, lo cual les lleva a crear historias o identidades falsas.
  • Déficit de habilidades sociales: la dificultad para establecer y mantener relaciones sociales saludables es común. Esto puede deberse a que las mentiras crean barreras en la comunicación y la confianza, elementos esenciales en cualquier relación.
  • Tendencia a manipular la realidad: un síntoma particularmente preocupante es la tendencia a desdibujar la línea entre la realidad y la ficción. Con el tiempo, esta tendencia puede aumentar y llevar a la persona a creer en sus propias mentiras o a tener dificultades para distinguir lo verdadero de lo falso.

Niveles de ansiedad elevados: es importante resaltar la relación entre la ansiedad y la mitomanía. La ansiedad no solo se presenta como un precursor del acto de mentir, sino también como una consecuencia de estar en una situación propicia para hacerlo, lo que crea un ciclo de retroalimentación que perpetúa el comportamiento.

La mentira patológica puede tener consecuencias muy negativas
Foto de Anete Lusina (Pexels)

Cómo saber si soy mitómano

Si te preguntas si podrías ser mitómano, es importante reflexionar sobre tus patrones de comunicación y comportamiento. Lo primero es aclarar la diferencia entre mitómano y mentiroso: mientras que este último miente por razones específicas o beneficios personales, el mitómano siempre lo hace de manera compulsiva y patológica, a menudo sin un motivo claro o beneficio tangible.

Una señal distintiva de la mitomanía es narrar frecuentemente experiencias personales en las que te presentas como un héroe o víctima, en busca de atención, admiración o simpatía. Estas historias suelen ser muy detalladas y elaboradas, diseñadas para impresionar a los oyentes. Además, sus relatos cambian significativamente en diferentes ocasiones, mostrando inconsistencias o versiones alteradas de la misma historia, esto podría indicar una tendencia hacia la mentira patológica.

Algunos ejemplos de comportamiento mitómano pueden ser:

  • inventar logros profesionales que nunca ocurrieron,
  • contar historias ficticias sobre relaciones con celebridades o hazañas muy heroicas,
  • crear falsas identidades para ganar simpatía o admiración, e incluso llegar a fingir enfermedades graves o crisis personales.

Algunas personas con rasgos narcisistas también recurren a la mentira patológica para mantener una imagen de superioridad y perfección.

¿Por qué una persona miente sin necesidad?

La mitomanía, a diferencia de la mentira ocasional, se caracteriza por un patrón de mentiras patológicas frecuentes y compulsivas. Las causas subyacentes de este comportamiento son complejas y varían de una persona a otra. Un motivo común es la necesidad de recibir atención y admiración de los demás. Esta búsqueda de validación externa es un motivo significativo detrás de sus mentiras.

Otra razón clave para la mitomanía es el deseo de crear una nueva realidad. Algunos mitómanos construyen historias detalladas y distinguidas para escapar de aspectos de su vida que consideran desagradables o insatisfactorios. Al hacerlo, no solo se presentan como personas de gran importancia o éxito, sino que también reducen su ansiedad y malestar frente a la realidad de su día a día. Este escape a través de la mentira patológica puede ser una estrategia de afrontamiento, aunque disfuncional, para lidiar con el estrés o la consecuencia de una baja autoestima.

En el ámbito psicológico, factores como la baja autoestima, la falta de habilidades sociales, la inseguridad patológica y la dificultad para aceptar y enfrentar la realidad, pueden ser un terreno fértil para el desarrollo de la mitomanía.

Por último, la presencia de otrostrastornos mentales, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, puede jugar un papel importante en la aparición de episodios de mentira patológica. En estos casos, la mitomanía puede ser un síntoma o una manifestación de un trastorno subyacente más amplio.

Tipos de mitomanía

Los tipos de mitomanía pueden variar según la naturaleza de las mentiras y las motivaciones subyacentes de cada persona. Aunque las clasificaciones internacionales actuales no la tipifican como un trastorno independiente, sino como un síntoma que acompaña a otras entidades clínicas, se pueden identificar varios tipos comunes según la naturaleza de las mentiras y las motivaciones subyacentes:

  • Mitomanía relacional: en este tipo, el individuo miente principalmente para crear o fortalecer relaciones sociales, como amistades o relaciones románticas. Las mentiras suelen estar orientadas a impresionar o atraer a las personas con quienes el mentiroso compulsivo interactúa.
  • Mitomanía imaginativa: esta forma se caracteriza por la creación de historias o realidades ficticias. El objetivo principal de estas mentiras es proporcionar un escape de la realidad propia del individuo, creando un mundo alternativo más deseable o emocionante.
  • Mitomanía simuladora: esta variante implica mentiras específicas sobre padecer ciertas enfermedades, trastornos o discapacidades. El fin es a menudo obtener compasión, atención o beneficios prácticos relacionados con la condición falsamente reclamada.
  • Mitomanía pseudología o pseudología fantástica: Aquí, el mitómano se sumerge en relatos extensos y detallados, con personajes y situaciones inventadas, con el fin de impresionar, engañar o beneficiarse de estas narraciones ficticias.
  • Mitomanía compulsiva: considerada una de las formas más comunes, se caracteriza por mentiras constantes y generalizadas, que abarcan diversos aspectos de la vida del individuo. Las mentiras pueden tener como objetivo obtener beneficios, o simplemente ser un acto de mentir por el placer de hacerlo.
  • Mitomanía de vanidad: en esta modalidad, el mentiroso compulsivo se enfoca en decir falsedades halagadoras sobre otras personas. Estas mentiras suelen estar relacionadas con el aspecto físico o habilidades de los demás.
  • Mitomanía estafadora: este tipo se define por la tendencia a mentir con el objetivo de engañar a otros para obtener beneficios financieros o materiales, lo cual involucra esencialmente actos de estafa.

Diferencia entre un mitómano y un mentiroso

Aunque a menudo se usan indistintamente, existe una diferencia clave entre un mitómano y alguien que miente ocasionalmente. La principal distinción radica en la compulsión y el propósito.

  • El mentiroso ocasional: Miente con un fin específico, como evitar un castigo, obtener un beneficio o proteger a alguien. La mentira es una herramienta situacional.
  • El mitómano: Miente de forma compulsiva y patológica, a menudo sin un motivo claro o beneficio tangible. La mentira es un hábito arraigado, una respuesta casi automática que no se puede controlar fácilmente.

Entender esta diferencia es el primer paso para reconocer la necesidad de un apoyo profesional.

Una persona que miente compulsivamente es mitómana
Foto de J Meza Photography (Pexels)

Consecuencias de la mitomanía: el impacto en la vida diaria

La tendencia a mentir de forma compulsiva no es inofensiva. Con el tiempo, la mitomanía puede tener graves repercusiones en la vida de la persona y su entorno:

  • Deterioro de las relaciones: la confianza es la base de cualquier relación. Las mentiras constantes la erosionan y eso puede llevar al aislamiento social y a la pérdida de amigos, pareja y familiares.
  • Problemas laborales y académicos: la falta de credibilidad puede costar un empleo o llevar al fracaso académico.
  • Impacto en la salud mental: vivir en una red de mentiras genera altos niveles de ansiedad, estrés y culpa, y puede agravar la baja autoestima que originó el problema.
  • Pérdida de contacto con la realidad: en casos severos, la persona puede empezar a creer sus propias mentiras, y eso puede dificultar aún más la búsqueda de ayuda.

Cómo tratar a un mitómano o mentiroso compulsivo

Decir que la mitomanía tiene cura no es correcto, ya que no se considera una enfermedad como tal. Sin embargo, con las pautas y el apoyo adecuado se pueden lograr mejoras significativas y tratar lo que podría considerarse, en cierto modo, una especie de adicción a mentir. El tratamiento para una persona con mitomanía o un comportamiento mentiroso compulsivo implica abordar la siguiente pregunta: ¿Cómo se puede dejar de mentir?

Desarrollar la honestidad como un hábito puede ser complicado en estos casos, pero es posible con dedicación y práctica. En primer lugar, es importante analizar las razones subyacentes que impulsan a la persona a mentir y trabajar en resolver esos problemas. Además, es útil crear una lista de motivaciones personales para dejar de mentir, de manera que podamos recordarlas cuando sintamos la tentación de engañar a alguien.

Identificar los desencadenantes que nos llevan a mentir en el momento y prepararnos para enfrentarlos gradualmente también es esencial. En ocasiones, en psicoterapia se utiliza la técnica de la defusión cognitiva, que busca ayudar a la persona a distanciarse y desidentificarse de sus pensamientos.

Y, por supuesto, buscar apoyo externo, tanto de un profesional de la salud mental como un psicólogo online como de amigos y familiares, también puede ser fundamental para superar la mitomanía.

Un punto clave a tener en cuenta es que cuando se trata de abordar la mitomanía es importante comprender que quienes la padecen a menudo no son conscientes de su problema. Por lo tanto, es crucial estar atentos si conocemos a alguien con estas características para poder ayudarle con el apoyo y las herramientas adecuadas.

Bibliografía
Este contenido es de tipo divulgativo y no puede reemplazar el diagnóstico de un profesional. Artículo revisado por nuestra redacción clínica

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