¿Qué es la infidelidad?
La infidelidad resulta algo imposible de definir con exactitud. Partimos de que la definición oficial de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) sobre el término es la siguiente: "la falta de fe”.
¿Y qué es la fe? Una creencia o creencias firmes que comparten un grupo de personas, una familia, una pareja… Esto nos lleva directamente a concluir que cada pareja es la encargada de definir lo que para ellos es fidelidad e infidelidad, parámetros en los que ambos crean y que se comprometan (prometan) a cumplir (1).
Por supuesto, estas creencias o parámetros pueden variar de unas parejas a otras; son particulares, no generales.
Por eso duele tanto la infidelidad… porque supone una traición de las creencias compartidas, prometidas el uno al otro, y esto nos provoca inevitablemente un cóctel de emociones negativas como:
- el duelo por la pérdida de la confianza (fe compartida)
- la rabia por la traición
- la confusión por encontrar un porqué
- la inseguridad patológica, las dudas en uno mismo y en la pareja…
- la necesidad de control
Ante todo esto, la pareja puede romperse, algo muy común al no poder superar todo lo que una infidelidad destruye y provoca, o puede decidir continuar e intentar superar esta crisis estructural. En este proceso, cómo aprender a pedir perdón es fundamental para ambos miembros de la pareja. Reconocer los errores cometidos y expresar arrepentimiento genuino puede ser el primer paso para reconstruir la confianza perdida.
¿Se puede superar una infidelidad?
Como decíamos, superar o no una infidelidad va a depender totalmente de cada pareja, de sus personalidades, las circunstancias de la infidelidad, el momento, las formas en las que se descubre…
Por eso es muy recomendable tomarse un tiempo de reflexión y análisis ante la aparición y el descubrimiento de la infidelidad.
Después de ese periodo de reflexión, habrá parejas o miembros de la misma que tengan muy claro que no van a poder superar la ruptura de bases esenciales que supone para ellos la infidelidad y que consideran que no puede reconstruirse. Y esto hay que saber reconocerlo y aceptarlo.
Pero habrá otras que concluyan que quieren mantener y reconstruir la pareja. Ante esta decisión debemos tener claras una serie de realidades que son frecuentes en gran parte de los casos:
- Debemos ser conscientes de que la pareja no volverá a ser la misma. El objetivo no va a ser volver a lo que era la pareja, sino construir una nueva rescatando partes de la anterior.
- Reconstruir la pareja llevará un tiempo; es un proceso que a algunas parejas les cuesta más o menos.
- Intentar entender qué ha pasado en la pareja para que se haya dado la infidelidad, entender que detrás de la infidelidad hay una historia que descubrir. Para descubrirla, la comunicación y la elaboración en pareja pueden ser esenciales.
- Aceptar la rabia, el enfado del miembro no infiel, pero sin olvidar que el miembro infiel también acarrea su sufrimiento, culpa, confusión…
¿Se puede recuperar la confianza en la pareja?
Para recuperar la confianza será esencial volver a establecer las nuevas creencias que tiene actualmente la pareja, ver si han cambiado, si siguen siendo compatibles o no, volverse a definir en el compromiso que se va a prometer y ser conscientes de si queremos y podemos asumirlo.
Recuperar la confianza puede ser especialmente difícil si uno de los componentes de la pareja ha sufrido una infidelidad anteriormente. Puede asociar aquí que de alguna manera es responsable o provocador/a de estas situaciones.
Habrá que analizar aquí las diferentes infidelidades por separado, entendiendo, como veíamos antes, que cada infidelidad tiene su propia historia. Este será un trabajo individual en el que hay que integrar todas las partes del puzzle (en la pareja hay muchos condicionantes, no solo la parte que ha sufrido la infidelidad) para no concentrar todas las causas o motivos en un mismo lado.
El rol del infiel en la pareja
Muchas veces, ante una infidelidad, se tiende a compadecer y apoyar al lado que ha sufrido el engaño o traición. A menudo, se tiende, de este modo, a demonizar y culpabilizar al lado que ha cometido la infidelidad. Pero esto es simplificar una circunstancia que se trata de un hecho mucho más complejo.
Hay que ver también que el infiel ha llegado hasta ahí por una serie de razones que habrá que desentrañar, y que son particulares y genuinas de cada uno.
Hay que tratar de comprender la diferencia entre lo que hemos denominado “la historia que hay detrás de la infidelidad” y pedirle detalles morbosos de los hechos ocurridos, ya que esto último solo va a llevar a hacer más gráficos los actos más superfluos, lo que lleva a un sufrimiento vacío que no tiene una meta constructiva sino destructiva.
No debemos centrarnos en la superficie, en los hechos y maneras, sino en lo profundo, en qué te ha llevado ahí y por qué.
¿Por qué somos infieles?
Es muy frecuente en las relaciones de pareja tener la creencia, el ideal, la esperanza y el deseo de que el otro cubra todas las necesidades sentimentales, sexuales y anímicas que podamos tener. No de una manera racional, pero sí de una manera fantástica que funciona desde nuestra parte más emocional e irracional.
Sin embargo, claramente, ninguna pareja que vayamos a tener es capaz de cubrir todas nuestras necesidades. A partir de aquí, se debe hacer una valoración respecto a si esa pareja que tenemos es suficientemente buena para nosotros. Esto significa que habrá partes que nos llenen, nos gusten y admiremos, y otras que aborrezcamos. En la pareja hay que pasar un duelo por las cosas que no recibimos, pero también disfrutar de lo que sí recibimos y disfrutamos; siempre que la balanza sea favorable.
No obstante, en ocasiones, debido a esas carencias que tenemos con nuestra pareja, en lugar de pasar el duelo y aceptar una pareja incompleta (siempre lo es) buscamos la completitud, lo que nos falta en otra persona.
En otras ocasiones, las satisfacciones que teníamos con nuestra pareja se van desgastando y perdiendo, dejando un vacío que puede ser fácilmente ocupado por otro, en vez de intentar llenarlo de nuevo con nuestra pareja o plantearse una ruptura de la misma si ese vacío ha supuesto la desaparición o muerte de partes esenciales de la relación que ya no pueden ser recuperadas.
Asimismo, el miedo al compromiso y a ser amado—que deseamos, pero tememos— puede ser un motivo para la infidelidad; esto ocurre cuando la implicación que tenemos con nuestra pareja no es completa y ponemos en riesgo el vínculo. Esto es precisamente lo contrario de lo que le sucede a una persona que tiene miedo a quedarse soltero o sin pareja y utiliza cualquier artimaña para que la otra persona permanezca dentro de la relación.
Ayudas para poder superar una infidelidad
Es cierto que superar el engaño y la traición que supone una infidelidad en la pareja es un trabajo duro y doloroso. Sin embargo, si nuestra decisión es superarla será importante poder compartir cómo nos sentimos fuera de la pareja.
A veces, resulta muy difícil compartirlo con personas de nuestro entorno más cercano porque causa sensaciones de vergüenza, miedo a ser juzgados o no entendidos…, pero es tremendamente positivo poder elaborar todas las emociones que surgen también fuera de la pareja.
Quizá la solución a esto sea una terapia de pareja que pueda ayudarnos a conseguir lo que hemos comentado a lo largo de este artículo: poder entender por qué se ha llegado a una infidelidad, mirar de frente lo que nos hace sentir, desahogar la rabia y el dolor y poder elaborarlo.
Sin una perspectiva externa y profesional se puede llegar fácilmente a situaciones circulares y reproches repetitivos que, en definitiva, hacen que la infidelidad nunca pueda superarse y siempre esté presente de uno u otro modo, bloqueando la reconstrucción y reparación de la pareja.
Unobravo, sin ir más lejos, ofrece una atención muy profesional y accesible para que, mediante la terapia de pareja, puedas entender mejor la infidelidad y puedas abandonar dinámicas perjudiciales para incorporar otras más saludables.
Bibliografía
(1) El arte de amar 1959, Erich Fromm (160-163)
(2) El perdón como herramienta Clínica en terapia individual y de pareja 2012, María Prieto-Ursúa, Mª José Carrasco Galán, Virginia Cagigal de Gregorio, Elena Gismero González, Mª Pilar Martínez Díaz e Isabel Muñoz San Roque (artículo de la Universidad Pontificia de Comillas)