El TDAH, o trastorno de déficit de atención e hiperactividad, es una condición neuropsiquiátrica compleja que se puede manifestar tanto en la infancia como en la edad adulta. Este trastorno se caracteriza por la dificultad para mantener la atención, la hiperactividad y la impulsividad, y tiene un impacto considerable en la vida cotidiana y las relaciones de la persona que lo padece.
Pero, ¿cómo se puede tratar el TDAH? Existen diferentes alternativas, como los tratamientos farmacológicos, los tratamientos psicoeducativos y las estrategias de gestión de los síntomas. En este artículo abordaremos cómo gestionar el TDAH en adultos y niños, y también los enfoques recomendados.
TDAH: tratamiento o “cura”
Al hablar del TDAH y su tratamiento, es frecuente encontrarse con algunas preguntas como, por ejemplo, si el TDAH en adultos tiene cura o si el TDAH se cura con la edad. Sin embargo, dado que el TDAH es una condición con la que se puede convivir y cuyos síntomas se suelen poder gestionar, el término “curar” podría no ser el más adecuado para hablar de su proceso de tratamiento.
El tratamiento del TDAH se basa en un enfoque multimodal que tiene en cuenta las características individuales del paciente (Nazarova et al., 2022). Tras recibir un diagnóstico de TDAH, el tratamiento puede incluir:
- Fármacos: se prescriben para mejorar la atención y reducir los síntomas de hiperactividad e impulsividad. Los más comunes son los psicoestimulantes, como el metilfenidato. Cada terapia farmacológica se debe tomar bajo estricto control médico.
- Psicoterapia: la terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las más utilizadas para ayudar a las personas con TDAH a desarrollar habilidades prácticas para gestionar los síntomas (Young et al., 2020). No obstante, la terapia psicodinámica también está ganando terreno en la literatura científica, especialmente para intervenir sobre la percepción del tiempo (Rinaldi et al., 2024).
- Psicoeducación: proporcionar información clara sobre el trastorno a los pacientes, los padres y las parejas es fundamental para mejorar el conocimiento y la adherencia al tratamiento.

TDAH en niños: tratamiento
TDAH: tratamiento sin medicación
Muchos padres suelen buscar opciones para tratar el TDAH sin medicación (Poncin et al., 2007; Barkley et al., 2021). Aunque no siempre es posible eliminar por completo los síntomas del TDAH en niños, la adopción de enfoques sin medicación puede mejorar la calidad de vida de los niños y sus familias.
Un enfoque alternativo o complementario a la medicación es el tratamiento psicoeducativo para TDAH, que se puede enfocar en:
- estrategias de gestión conductual, es decir, técnicas para mejorar la organización y reducir los comportamientos problemáticos,
- el apoyo escolar por parte de los profesores y los padres, que pueden colaborar para crear un entorno de aprendizaje estructurado y favorable,
- la terapia familiar para desarrollar herramientas que puedan apoyar a la persona con TDAH en su día a día.
TDAH: tratamiento farmacológico
Cuando un enfoque sin medicación no es suficiente para gestionar los síntomas del TDAH, el uso de fármacos puede ser necesario, sobre todo en el caso de los niños y los adolescentes. Por ejemplo, los psicoestimulantes actúan aumentando la concentración de dopamina y noradrenalina en el cerebro, lo que contribuye a mejorar la capacidad de concentración y a reducir los comportamientos impulsivos (Del Campo et al., 2011).
Cabe recordar que los medicamentos no se deben tomar a la ligera. Cada paciente es diferente y el uso de fármacos debe estar cuidadosamente monitorizado por un médico especialista, como puede ser un psiquiatra.
TDAH en adultos: tratamiento
El trastorno de déficit de atención e hiperactividad no solo afecta a los niños. Según la literatura científica, en torno al 60 % de los niños con TDAH también sigue presentando síntomas de adulto (Caye et al., 2016). El tratamiento del TDAH para los adultos es diferente, ya que tiende a adaptarse a las necesidades específicas de la edad.
El tratamiento del TDAH en adultos también puede incluir, en función de los síntomas, la prescripción de psicoestimulantes y fármacos no estimulantes. Asimismo, es aconsejable seguir un programa de terapia cognitivo-conductual (Young et al., 2020), que puede resultar especialmente útil para gestionar los problemas de organización, el control de las emociones y la procrastinación.
Muchos adultos también se benefician de la psicoeducación (Pederson et al., 2024) y del apoyo profesional, mediante intervenciones diseñadas para mejorar la productividad en el trabajo y la gestión del tiempo.
Por ejemplo, un enfoque multidisciplinar puede combinar el apoyo psicológico con técnicas de relajación y un estilo de vida sano.
Además, en el caso del TDAH en mujeres, es fundamental adaptar el tratamiento a las particularidades de cómo se manifiesta en ellas, ya que los síntomas suelen pasar más desapercibidos y tienden a confundirse con otros cuadros como la ansiedad o la desregulación emocional.

¿Qué se puede hacer para controlar el TDAH? Consejos prácticos
Además de las terapias médicas y psicológicas, se pueden poner en práctica algunas estrategias que pueden ayudar a gestionar el TDAH en la vida diaria, tanto en niños como en adultos, y en función de las necesidades de cada persona. Estas con algunas de ellas:
- para reducir la ansiedad y favorecer una mejor organización, puede resultar útil crear rutinas estructuradas que aumenten la previsibilidad de los acontecimientos,
- utilizar herramientas digitales, como aplicaciones o recordatorios, también puede servir de apoyo para gestionar los plazos y las tareas, y combatir así las distracciones y la procrastinación,
- dedicarse a una actividad física con regularidad ayuda a mejorar la concentración y a reducir la hiperactividad,
- practicar técnicas de relajación como el mindfulness y la meditación es eficaz para gestionar la impulsividad y el estrés.
La importancia de adaptar las intervenciones al paciente
Tanto los adultos como los niños y los adolescentes con TDAH pueden beneficiarse de una intervención adaptada a sus necesidades, destinada a mejorar su calidad de vida y su bienestar general.
El tratamiento del TDAH no solo implica gestionar los síntomas, sino también fomentar una mejor comprensión de uno mismo y de su potencial.