Las redes sociales forman parte de la vida cotidiana del 94 % de los adultos españoles, que pasan una media de 13,4 horas a la semana en ellas (115 minutos al día), según un estudio reciente de Unobravo. Estas plataformas digitales ofrecen espacios para conectar, crear comunidad y mantener relaciones a distancia.
Sin embargo, junto a estos beneficios, también pueden generar presión, dependencia y malestar emocional, afectando tanto el bienestar personal como el profesional. En algunos casos, el uso excesivo puede derivar en formas de adicción a las redes sociales, lo que pone de manifiesto la necesidad de equilibrio y conciencia digital.
Para profundizar en esta relación, Unobravo realizó un estudio sobre Bienestar Digital, encuestando a más de 1,500 españoles sobre el tiempo que dedican a las redes y su percepción de ellas. Los resultados revelan cómo el comportamiento online impacta en la salud mental, la autoestima y las relaciones. Francisco Rivera Rufete, director clínico y psicólogo en Unobravo, ha compartido recomendaciones basadas en evidencia científica para construir una relación más saludable con el mundo digital.
El impacto de las redes sociales en el bienestar mental
El estudio muestra que los efectos psicológicos de las redes sociales no se sienten igual en todas las generaciones. Los adultos jóvenes, especialmente entre 25 y 34 años, son los más propensos a afirmar que las plataformas perjudican su bienestar mental. En este grupo, el 39 % dice que las redes afectan negativamente su salud mental y afirma que aumentan su estrés o ansiedad. En cambio, sólo entre el 32 % y el 29 % de los mayores de 35 años reportan lo mismo.
Esta brecha generacional sugiere que el impacto emocional crece con la frecuencia de uso: cuanto más tiempo se pasa conectado, mayor es el coste psicológico. Aunque entre los jóvenes de 18 a 24 años la cifra baja ligeramente (37 %), la tendencia sigue mostrando una mayor vulnerabilidad entre los usuarios más activos digitalmente.
Uno de los factores clave es el efecto de comparación. Ver las actualizaciones de amigos, familiares o influencers puede ser entretenido, pero también genera estándares poco realistas de éxito, apariencia y felicidad. Entre los jóvenes adultos, el 41 % admite compararse con otros en redes sociales, mientras que el 36 % dice que esto afecta negativamente su autoestima o su imagen corporal.
Además, el 35 % de los españoles entre 18 y 34 años siente presión por mostrar una versión “perfecta” de sí mismos en redes, aunque no refleje la realidad. Un 31 % reconoce que su identidad online difiere de la real, lo que puede provocar fatiga emocional y dependencia basada en la búsqueda constante de validación (likes, comentarios).
Paradójicamente, una herramienta creada para conectar puede incrementar la soledad: el 34 % de los usuarios más activos afirma sentirse más solo después de usar redes, y 1 de cada 3 (32 %) dice que ha tenido conflictos personales por su uso.
De forma alentadora, hay señales de toma de conciencia: el 49 % asegura que tomarse un descanso de las redes mejora su bienestar mental, lo que demuestra que establecer límites digitales (el llamado “detox digital”) puede reducir el estrés y restaurar el equilibrio emocional.
¿Cuánto tiempo pasan realmente los españoles en redes sociales?
En España, los adultos dedican una media de 13,4 horas a la semana a las redes sociales, lo que equivale a 115 minutos al día. Las mujeres pasan algo más de tiempo conectadas (14,6 horas semanales) que los hombres (12,2 horas). El grupo más activo es el de 18 a 24 años, con una media de 20,9 horas semanales, seguido muy de cerca por los 25 a 34 años (20,2 horas). A partir de los 35 años, el tiempo dedicado desciende progresivamente, hasta alcanzar solo 7,7 horas semanales entre los mayores de 65 años, lo que muestra cómo las redes están especialmente integradas en la rutina de los más jóvenes.
En cuanto a los hábitos, el 44 % de los españoles reconoce pasar más tiempo del que pretende en redes, una cifra que se eleva hasta el 66 % entre los jóvenes de 18 a 34 años. Además, el 41 % admite quedarse despierto hasta tarde haciendo scroll, incluso cuando necesita dormir - una conducta que alcanza el 67% entre los 18 a 24 años, y el 36% revisa sus redes nada más despertarse (58 % en el grupo más joven). A pesar de estos efectos, muchos consideran que las redes son indispensables: el 37% afirma que son esenciales para mantenerse al día con las noticias y tendencias, una percepción aún más fuerte entre los 18 a 34 años (44 %), especialmente en el tramo de 25 a 34, donde llega al 48 %.
Las plataformas más populares en España
Si los españoles dedican una media de 13,4 horas semanales a las redes sociales, ¿cómo se reparte ese tiempo entre plataformas? Según los datos, YouTube es la más utilizada, con 26 minutos diarios (unas 3 horas semanales), seguida muy de cerca por Instagram, con 23 minutos diarios (2,7 horas semanales), y TikTok, con 21 minutos diarios (2,5 horas semanales). Facebook mantiene una presencia significativa, con 17 minutos diarios (2 horas semanales), mientras que otras plataformas como X (antes Twitter) (9 minutos diarios, 1,1 horas semanales), Pinterest y LinkedIn (5 minutos diarios, 0,7–1 hora semanal) tienen un uso más limitado.
El comportamiento varía notablemente por edad. Los jóvenes de 18 a 24 años son, con diferencia, los usuarios más intensos: pasan de media 5,4 horas semanales en TikTok, 4,9 horas en Instagram y 4,8 horas en YouTube, mientras que su tiempo en Facebook se reduce a solo 0,9 horas semanales. Entre los 25 y 34 años, el uso de TikTok baja ligeramente a 4,7 horas, al igual que Instagram (4,7 horas). A partir de los 35 años, las preferencias cambian: YouTube e Instagram se consolidan como las redes más utilizadas, con alrededor de 2 a 3 horas semanales, mientras que TikTok pierde protagonismo conforme aumenta la edad.
Las ciudades de España con mayor uso de redes sociales
Granada encabeza el ranking, con sus habitantes dedicando una media de 15,9 horas semanales a las redes sociales, el equivalente a más de dos días completos al mes conectados. Su tiempo se reparte principalmente entre YouTube, Instagram y TikTok, lo que refleja una clara preferencia por el contenido audiovisual y las plataformas de entretenimiento.
En segunda posición se encuentra Málaga, con 15,1 horas semanales, donde los usuarios destacan también por su actividad en YouTube (3,7 h/sem) e Instagram (2,9 h/sem). Muy cerca le sigue Madrid, con 15,0 horas semanales, concentradas sobre todo en Instagram (3,3 h/sem) y YouTube (3,2 h/sem), lo que sugiere un uso equilibrado entre redes visuales y de vídeo.
Por debajo del top tres se sitúan Sevilla (13,9 horas), Valencia (13,8 horas) y Bilbao (13,5 horas), ciudades donde el uso de Facebook y YouTube sigue teniendo un peso relevante.
En el extremo inferior del ranking, Barcelona (12,0 horas), Valladolid (11,9 horas), Zaragoza (11,6 horas) y Pamplona (9,8 horas) registran el menor tiempo de conexión semanal, con cifras que representan casi un tercio menos del tiempo dedicado por los usuarios en Granada. Estas diferencias evidencian un patrón interesante: las ciudades del sur tienden a pasar más horas en redes que las del norte del país.
Uso de las redes sociales durante la jornada laboral
Los datos muestran que el 62 % de los españoles utiliza las redes sociales por motivos personales durante su jornada laboral o de estudio. En promedio, los empleados dedican 12,9 minutos al día (alrededor de 1,1 horas semanales) a actividades en redes no relacionadas con el trabajo, lo que equivale a casi siete días laborales al año de distracción digital.
Los niveles más altos de uso se registran en los sectores de Administración y Negocios (2,5 h/semana), Salud y Servicios Sociales (2,1 h/semana) y Marketing, Publicidad y Relaciones Públicas (2,0 h/semana). En cambio, los trabajadores de Educación (1,6 h/semana), Transporte (1,4 h/semana) y Contabilidad y Finanzas (1,3 h/semana) presentan los niveles más bajos de uso personal de redes en horario laboral.
Por su parte, los estudiantes destacan por dedicar 27,8 minutos diarios, es decir, 2,3 horas semanales, a redes sociales durante su jornada de estudio, cuando deberían estar concentrados en sus tareas académicas.
En conjunto, estos datos reflejan que las redes sociales se han convertido en una parte habitual del día a día profesional, difuminando los límites entre la concentración laboral y la distracción digital.
Las noticias falsas alimentan la ansiedad en España
En un mundo hiperconectado, la información se difunde más rápido que nunca… y la desinformación también. El flujo constante de contenido puede resultar abrumador, y la presencia creciente de fake news dificulta distinguir lo real de lo falso, lo que contribuye a aumentar los niveles de estrés, ansiedad y desconfianza entre los usuarios de redes sociales.
Aunque el 38 % de los españoles afirma sentirse capaz de detectar contenido generado por inteligencia artificial o manipulado, el 53 % reconoce que la exposición a información falsa ha debilitado su confianza en otras personas o en las instituciones, evidenciando el profundo impacto psicológico de la desinformación.
Las noticias falsas pueden aparecer en casi cualquier tema, pero algunos destacan como los más afectados:
Los consejos financieros o de ahorro (33%) son el tipo de contenido más identificado como engañoso por los españoles, según el estudio. La facilidad para compartir este tipo de contenido en redes hace que muchos usuarios confíen en “trucos” o “recomendaciones” sin comprobar su fuente, lo que puede generar estrés o incluso pérdidas económicas.
Las noticias políticas (35%) también destacan entre las más señaladas por su carácter distorsionado o manipulado. Dado que las redes sociales influyen cada vez más en la formación de la opinión pública, incluso pequeñas inexactitudes pueden contribuir a la polarización y la pérdida de confianza en las instituciones o los medios.
La desinformación relacionada con la salud y el bienestar también está ampliamente extendida: el 26 % de los encuestados afirma haber visto contenido falso o engañoso sobre estos temas, desde “consejos milagrosos” hasta información incorrecta sobre salud mental.
Los resultados del estudio solo reflejan la importancia de acudir a fuentes profesionales y verificadas, como los psicólogos certificados de Unobravo, para acceder a información rigurosa y basada en evidencia que fomente tanto la salud mental como la confianza digital.
Estrategias prácticas para un uso más saludable de las redes sociales
Más de la mitad de los españoles (53 %) considera que las plataformas de redes sociales son responsables de proteger la salud mental de sus usuarios, aunque muchas aún están lejos de cumplir con este compromiso. Además, el 31 % de la población (y hasta el 47 % entre los jóvenes de 18 a 34 años) afirma que consideraría acudir a un psicólogo por dificultades relacionadas con el uso de las redes sociales.
Aunque las plataformas todavía tienen margen de mejora, cada persona puede adoptar pequeñas acciones cotidianas para construir una relación más equilibrada y consciente con el entorno digital. Francisco Rivera Rufete, director clínico y psicólogo en Unobravo, comparte tres estrategias basadas en evidencia científica que pueden ayudar a fomentar un uso más saludable y consciente de las redes sociales.
Establecer límites y gestionar el tiempo
El ‘scrolling’ en redes sociales puede extenderse más de lo previsto. Fijar límites diarios de uso puede ayudar a mantener un mayor equilibrio y a favorecer un mejor estado de ánimo. Los numerosos estudios muestran que usar las redes menos de 30 minutos al día puede aumentar la satisfacción vital y reducir el estrés.
Evitar el móvil antes de dormir y desactivar notificaciones no esenciales también puede favorecer un mejor descanso y una mayor calma mental.
Crear un feed que potencie el bienestar
El flujo continuo de información, a menudo cargada de contenido negativo o emocionalmente intenso, puede influir en el equilibrio emocional. Seguir cuentas que inspiren, eduquen o generen alegría puede transformar la experiencia digital en algo más positivo.
Usar las redes para conectar, no para compararse
Compararse es una respuesta humana normal, y las redes sociales pueden amplificar esta tendencia al mostrar versiones seleccionadas o idealizadas de la vida de otras personas. Recordar que la mayoría del contenido es editado o seleccionado ayuda a mantener perspectiva. Interactuar de forma genuina, comentando, compartiendo o conversando con personas cercanas, puede reforzar el sentido de conexión y reducir la sensación de competencia o comparación.



