¿Quién no se ha dejado llevar por la intuición a la hora de tomar una decisión? Ese saber sin saber que te lleva a decidir o a actuar de una forma y no de otra, no tienes ni idea de por qué, pero sabes que esa es la dirección a seguir.
No son pocas las líneas que se le han dedicado a la intuición. Dentro del Budismo, se considera que “la intuición y no la razón atesora la clave de las verdades fundamentales”, Albert Einstein dijo “la intuición no es más que el resultado de una experiencia intelectual anterior” y Herbet Simon la definió como “nada más y nada menos que saber reconocer”.
En este artículo abordamos en detalle qué es la intuición, su significado y qué podemos hacer para desarrollarla.
Intuición: significado
El significado de la intuición en psicología hace referencia a que:
Intuir es captar, sentir sin la intervención de un proceso consciente de razonamiento una realidad que se expresa de manera sutil y, en ocasiones, prácticamente imperceptible (cuasi-imperceptible). Esta realidad se manifiesta mediante indicios aparentemente insignificantes, triviales o poco llamativos, dispersos, desarticulados y difusos (Lopeda Echavarría, 2009, pág.2).
Por otro lado, la RAE define la intuición como:
“Facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento”.
La intuición, a la que a menudo también nos referimos coloquialmente como “corazonada” o “sexto sentido”, también ha sido objeto de estudio entre los filósofos por considerar que el ser humano, desde siempre, ha hecho uso de su intuición para su supervivencia.
Por ejemplo, Platón determinó la existencia de diferentes formas de conocimiento como la noesis —un grado elevado de conocimiento, la capacidad del alma que permite la captación directa de las ideas—, y Descartes definió el concepto de intuición como “aquello que es alumbrado por la luz de la razón”.
Diferencia entre instinto e intuición
No obstante, es importante no confundir instinto e intuición. Desde un punto de vista biológico:
- el instinto es un comportamiento innato que tienen tanto seres humanos como animales,
- mientras que la intuición se basa en “percepciones cognitivas” y solo la tiene el ser humano.
¿Qué es la intuición según Jung?
Para Carl Jung, quien desarrolló los tipos de personalidad que darían después fundamento al test MBTI, la intuición es "la función psíquica que percibe las posibilidades inherentes al momento presente" y se relaciona íntimamente con el inconsciente. Según palabras de Jung, la intuición es la inteligencia del inconsciente.
Pero, ¿qué es la inteligencia del inconsciente? Es la que ayuda a decidir aun cuando la persona no es plenamente consciente de lo que está pasando o sobre qué tiene que decidir, pues no siempre tenemos el conocimiento y los datos necesarios para tomar una decisión desde la razón.
¿Para qué sirve la intuición?
Como apuntábamos antes, se cree que el ser humano primitivo ya hacía uso del sentido de la intuición pues nos ayuda a sobrevivir al ofrecer respuestas rápidas que pueden ponernos a salvo en situaciones peligrosas. Y es que si tuviéramos que razonar cada una de las cosas y guiarnos solo por el pensamiento lógico, podríamos paralizarnos.

Cómo funciona la intuición
¿Cómo funciona la intuición en el ser humano? El proceso cognitivo intuitivo se alimenta de información a través del inconsciente. En nuestro cerebro se acumula mucha información en un nivel neurológico por debajo de la conciencia.
Podríamos decir que nuestro cerebro va grabando detalles en nuestro inconsciente. A nivel consciente no sabemos que hemos registrado esos detalles, pero es a ellos a los que acude la intuición para dar respuestas rápidas. Como ves, no hay nada de mágico ni la intuición es un don.
Para la neurobiología, la intuición es un proceso mental que no procede de la imaginación humana, sino que tiene un correlato neurológico.
Hay estudios que afirman que la intuición puede ayudarnos a tomar mejores decisiones, lo que beneficiaría nuestro desarrollo personal. ¿Quiere esto decir que es mejor tomar nuestras decisiones vitales basadas en la intuición y no en valoraciones conscientes y razonadas?
¿La intuición no falla?
Cuando tu intuición te dice algo, ¿nunca se equivoca? No, no es eso lo que estamos diciendo. Nuestra mente, en muchas ocasiones, censura las intuiciones por ser una fuente irracional e incluso con connotaciones mágicas. Se desconfía de ellas y muchas veces se descartan. En lugar de eso, podríamos buscar el equilibrio entre intuición y razón.
Base biológica de la intuición
La intuición no solo se percibe como una experiencia subjetiva, sino que cuenta con una base biológica bien definida. Diversos estudios en neurociencia muestran que el cerebro puede procesar información de manera inconsciente y rápida, lo que facilita respuestas intuitivas incluso antes de que la mente consciente actúe.
Áreas como la corteza prefrontal y la amígdala participan en la evaluación rápida de situaciones y en la toma de decisiones intuitivas. Además, existen investigaciones que han demostrado que durante juicios intuitivos se observa activación en la corteza orbitofrontal medial, la porción lateral de la amígdala, la ínsula anterior y regiones ventrales occipitotemporales (Volz & von Cramon, 2006), lo que refuerza la complejidad y especificidad de los circuitos cerebrales involucrados.
Investigaciones recientes han resaltado la importancia del sistema nervioso entérico, conocido como el “segundo cerebro” que se encuentra en el intestino, y su comunicación con el cerebro a través del eje intestino-cerebro. Esta conexión puede influir en las sensaciones viscerales que a menudo asociamos con la intuición.
Los neurotransmisores como la dopamina y la serotonina también intervienen en la modulación de estas respuestas rápidas e instintivas. Por ello, la intuición surge de una interacción compleja entre diferentes sistemas biológicos, que integran experiencias previas, emociones y señales corporales para generar respuestas inmediatas y, en muchos casos, útiles para la adaptación.
Evidencia científica sobre la intuición: experimentos y hallazgos
La investigación científica ha examinado la intuición en distintos contextos y etapas de la vida. Durante la infancia, diferentes investigaciones han señalado que incluso los bebés pueden tomar decisiones intuitivas basadas en patrones y probabilidades; lo que sugiere que la intuición es una capacidad presente desde etapas tempranas del desarrollo.
Por ejemplo, se ha demostrado que los bebés de tan solo 8 meses son capaces de realizar inferencias inductivas sobre una población a partir de una muestra, y viceversa, lo que evidencia una intuición estadística que emerge sin necesidad de enseñanza formal (Xu & Garcia, 2008).
Además, algunas investigaciones recientes han revelado que la intuición y la perspicacia están más relacionados entre sí de lo que se pensaba previamente, ya que comparten redes neuronales distribuidas que involucran principalmente el hemisferio derecho (McCrea, 2010).
Estos hallazgos apoyan la idea de que la intuición puede ser una herramienta valiosa y respaldada por la ciencia, aunque no siempre es infalible. Su utilidad depende del contexto y de la experiencia previa de cada persona.
Intuición y pensamiento analítico: dos formas de tomar decisiones
En psicología, se comprende que la toma de decisiones puede apoyarse tanto en procesos intuitivos como analíticos. Daniel Kahneman, psicólogo y premio Nobel, explica la diferencia entre el "Sistema 1" (rápido, automático e intuitivo) y el "Sistema 2" (lento, deliberado y analítico) en su libro Pensar rápido, pensar despacio.
- Sistema 1 (intuitivo): funciona de manera automática y sin requerir esfuerzo consciente. Permite tomar decisiones rápidas, basándose en patrones reconocidos y en experiencias previas.
- Sistema 2 (analítico): necesita atención y esfuerzo, y suele utilizarse para abordar problemas complejos o situaciones nuevas en las que la intuición puede no ser suficiente.
Ambos sistemas pueden trabajar de forma complementaria. Por ejemplo, en contextos de mucha presión o incertidumbre, la intuición puede aportar respuestas útiles, mientras que el análisis detallado resulta valioso cuando se cuenta con tiempo y datos suficientes. Asimismo, se ha observado que elegir la opción intuitiva genera emociones más intensas, especialmente positivas, tras resultados exitosos, en comparación con elecciones analíticas (Kirkebøen & Nordbye, 2017).
Identificar cuándo confiar en cada uno y cómo combinarlos puede ayudar a tomar decisiones más equilibradas y adaptadas a cada situación.
¿Cómo reconocer la intuición?
¿Cómo saber si es intuición o es otro tipo de sentimiento? A veces, podemos confundir la intuición con los deseos, el miedo y la ansiedad, entre otras emociones. Pero existen algunos aspectos que pueden ayudar a reconocer y escuchar a la intuición:
- La intuición no es la voz del corazón ni la emoción que sentimos cuando deseamos algo.
- La intuición se manifiesta de manera inesperada y motiva a tomar un camino.
- No es fruto de la razón ni de creencias irracionales o del pensamiento mágico, sino que es la capacidad de conocer, comprender o percibir algo de manera clara e inmediata, sin que intervenga la lógica, la razón.
- No viene acompañada de angustia y miedo.
Cómo desarrollar la intuición
Hay quienes presumen de tener una intuición muy desarrollada. Si no es tu caso y quieres aprender a potenciarla, a continuación te damos algunos consejos:
- Apaga el ruido y enfócate en un estado mental de calma para ser más receptivo/a[a] con tu interior. En el libro Inteligencia emocional, Goleman dice: “No permitas que el ruido de las opiniones ajenas silencie tu voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje de hacer lo que te dicten tu corazón y tu intuición. De algún modo, ya sabes aquello en lo que realmente quieres convertirte”.[b][c]
- Dale credibilidad a tu sexto sentido. A veces, nuestro cuerpo reacciona fisiológicamente para avisarnos.
- Realiza ejercicios para desarrollar la intuición como el yoga, las técnicas de relajación (como el entrenamiento autógeno) y el mindfulness. Estos ejercicios pueden contribuir a que te sientes más consciente de los estímulos y sensaciones que antes te pasaban inadvertidos.
Libros sobre la intuición
Si todavía deseas profundizar más en las características de la intuición y cómo ejercitarla, te dejamos algunas lecturas que podrán resultar de tu interés:
- Educar la intuición de Robin M. Hogarth
- Inteligencia intuitiva de Malcolm Gladwell.
- Merging of Intuition and Reason de Jonas Salk.
- La intuición y el análisis transaccional de Eric Berne.
¿Cuándo es útil confiar en la intuición?
La intuición, más que un simple presentimiento, surge de procesos psicológicos y biológicos complejos que integran nuestras experiencias, emociones y conocimientos previos. La evidencia científica indica que la intuición puede ser una aliada valiosa en la toma de decisiones, especialmente cuando la información disponible es limitada o el tiempo es reducido.
Aun así, la intuición no siempre resulta precisa. Es fundamental reconocer sus límites y complementarla con el pensamiento analítico, sobre todo cuando las decisiones pueden tener consecuencias importantes o cuando existen sesgos personales que pueden influir en nuestra percepción.
Es importante aprender a escuchar la intuición, pero también a cuestionarla y contrastarla con la razón. Si deseas comenzar a trabajar en ti y descubrir cómo tu intuición puede acompañarte, en Unobravo, te acompañamos en tu proceso de crecimiento personal. La terapia psicológica puede ayudar a comprender mejor tus emociones, identificar tus patrones de pensamiento y potenciar tu autoconocimiento.





