En nuestra cultura, el pensamiento mágico está presente en forma de supersticiones y gestos de propiciación. ¿A qué nos referimos? A las creencias asociadas con fechas (para algunas personas el martes 13, para otras el viernes 13), a la idea de cruzarse con un gato negro, a no pasar por debajo de una escalera y a otros gestos supersticiosos como “tocar madera” para evitar que suceda algo temido.
El hábito del pensamiento supersticioso, el pensamiento mágico en personas adultas y el comportamiento propiciatorio está muy extendido, probablemente mucho más de lo que estamos dispuestos y dispuestas a reconocer. Pero, ¿qué es el pensamiento mágico?
¿Qué es el pensamiento mágico?
Como su nombre indica, el pensamiento mágico hace referencia a esas situaciones en las que llegamos a una conclusión basándonos en algo que no tiene fundamento (supuestos informales, erróneos y no justificados) y, muchas veces, en fuerzas sobrenaturales. En otras palabras, llegamos a una conclusión basándonos en algo que carece de pruebas y bases científicas.
Dentro del pensamiento mágico, cabe hacer una distinción entre:
- El "pensamiento supersticioso normal", es decir, aquel que es inofensivo y no interfiere en nuestra calidad de vida.
- El pensamiento supersticioso que va más allá, como el TOC mágico o TOC de superstición del que hablaremos más adelante.
Asimismo, es importante señalar que el pensamiento mágico, entendido como creencias en modos de causalidad no consensuados, está estrechamente vinculado a las alucinaciones auditivas en personas diagnosticadas con esquizofrenia (García-Montes et al., 2014).
Mecanismos psicológicos detrás del pensamiento mágico
El pensamiento mágico no aparece de manera espontánea, sino que responde a mecanismos psicológicos profundos que buscan dar sentido y aportar una sensación de control ante situaciones inciertas o que pueden resultar amenazantes. En el contexto del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), estos mecanismos pueden intensificarse y llegar a ser poco funcionales.
Uno de los factores más relevantes es el sentido inflado de responsabilidad. Las personas que experimentan pensamiento mágico pueden sentir que sus pensamientos o acciones tienen un impacto desproporcionado en la posibilidad de que ocurran ciertos eventos, incluso cuando no existe una conexión lógica. Esta percepción puede llevar a realizar rituales o conductas repetitivas con la intención de "protegerse" o proteger a otras personas.
Además, se ha encontrado que el pensamiento mágico actúa como un mediador significativo entre los dominios de creencias obsesivas de responsabilidad inflada y sobrestimación de la amenaza, y los síntomas obsesivo-compulsivos (Fite et al., 2020), lo que resalta su papel central en el desarrollo y mantenimiento de estas conductas.
Otro mecanismo importante es el deseo de control. Cuando las personas perciben que su necesidad de control está amenazada, tienden a recurrir con mayor frecuencia al pensamiento mágico, ya que la falta de control impulsa la tendencia a hacer predicciones sobre el futuro mediante creencias no fundamentadas (Stavrova & Meckel, 2017).
Ante la incertidumbre, el pensamiento mágico puede ofrecer una sensación de control sobre lo que ocurre en el entorno o sobre el futuro. Aunque esta estrategia puede aliviar la ansiedad de manera temporal, a largo plazo puede reforzar la necesidad de mantener rituales y creencias que no se basan en la realidad.
La literatura clínica ha descrito ampliamente estos procesos psicológicos, especialmente en el ámbito del TOC, donde el pensamiento mágico puede convertirse en un círculo difícil de romper.
Ejemplos clínicos sobre cómo puede desarrollarse y mantenerse el pensamiento mágico
Para comprender mejor cómo puede presentarse el pensamiento mágico en la vida cotidiana, resulta útil revisar algunos ejemplos clínicos basados en la experiencia dentro de la psicología clínica.
- Caso de rituales de comprobación: Una persona siente la necesidad de tocar varias veces un objeto específico antes de salir de casa, convencida de que así protegerá a un ser querido de un accidente. Aunque reconoce que esta relación no tiene base lógica, la ansiedad que siente si no realiza el ritual puede ser tan intensa que le resulta difícil resistirse.
- Caso de evitación mágica: Otra persona evita pronunciar ciertas palabras que considera "prohibidas" porque cree que hacerlo podría provocar una desgracia. Esta evitación puede llegar a influir en situaciones sociales, afectando su vida diaria y sus relaciones.
Estos ejemplos muestran cómo el pensamiento mágico puede desarrollarse y mantenerse a partir de la relación entre pensamientos, emociones y conductas, alimentando el ciclo de ansiedad y compulsión que suele observarse en el TOC.
Pensamiento mágico retrospectivo y prospectivo
Asimismo, dentro del pensamiento mágico, es posible distinguir dos formas principales: el pensamiento retrospectivo y el prospectivo.
- Pensamiento mágico retrospectivo: hace referencia a la tendencia a atribuir la causa de un evento pasado a una acción, pensamiento o ritual realizado previamente, aunque no exista una relación real. Por ejemplo, pensar que "algo malo ocurrió porque no realicé mi ritual habitual".
- Pensamiento mágico prospectivo: se basa en la creencia de que realizar (o evitar) ciertos actos en el presente puede influir en el futuro, ya sea previniendo o provocando acontecimientos. Un ejemplo sería pensar que "si repito esta frase tres veces, evitaré que suceda una desgracia".
Ambas formas pueden presentarse al mismo tiempo y reforzarse entre sí, lo que puede mantener la ansiedad y la necesidad de realizar rituales. Comprender esta diferencia puede facilitar la identificación de cómo el pensamiento mágico influye en la vida cotidiana y en los síntomas del TOC.
Pensamiento mágico y rituales supersticiosos: ¿cuándo tenemos un problema?
A grandes rasgos, podemos decir que estamos ante un problema cuando ese pensamiento y ritual nos genera ansiedad e interfiere en nuestra calidad de vida.
Un pensamiento mágico o un ritual supersticioso que no merme la calidad de vida de la persona y que, en la mayoría de casos, va asociado a la cultura popular, no supone un problema. Sin embargo, si hablamos de ese pensamiento mágico y esos rituales supersticiosos como una obsesión que absorbe una cantidad considerable de tiempo, entonces podríamos estar ante un problema.
Pensamiento mágico y deporte
Por ejemplo, los rituales supersticiosos están muy extendidos en el mundo del deporte. Las situaciones de estrés dictadas por una competición pueden llevar a una degeneración de estos rituales y al pensamiento, en la persona deportista, de que si no los realiza irá en detrimento de su rendimiento o el del equipo.
Un ejemplo de pensamiento mágico puede ser llevar siempre la misma camiseta cuando se practica un deporte con la convicción de que eso hará que el partido vaya bien.
En la mente de las personas deportistas, los rituales y las supersticiones pueden aumentar la confianza en sus propias capacidades, dándoles la ilusión de que pueden controlar los retos. El problema, como decíamos antes, viene cuando la persona ya no es capaz de distinguir entre los planos reales y los mágicos, y se vuelve completamente dependiente de estos rituales, a riesgo de restringir las actividades cotidianas habituales.
TOC mágico o TOC de superstición
El TOC mágico o TOC de superstición es un subtipo descriptivo en la clínica del trastorno obsesivo compulsivo (TOC) en el que la persona tiene la necesidad de hacer o de evitar un comportamiento o conducta para así esquivar una consecuencia negativa. La persona con TOC mágico piensa que de no hacer caso a su pensamiento algo malo puede ocurrirle a ella/el o a alguno de sus seres queridos.
Los rituales se manifiestan como formas mentales, gestos, fórmulas y comportamientos "mágicos" y la persona cree que de su buen resultado depende la neutralización del daño a sí misma o a sus seres queridos. Por este motivo, se realizan con sumo cuidado y se repiten varias veces hasta tener la seguridad de que se ha hecho de forma correcta.
Cómo reconocer el TOC mágico
Ahora que entendemos la diferencia entre el pensamiento mágico y supersticioso "normal" y el TOC mágico, profundicemos en cuáles son las principales características de este trastorno.
5 señales que nos permiten reconocer el TOC mágico:
- Pensamientos intrusivos que se caracterizan por el miedo intenso a que le suceda algo a la persona o a uno de sus seres queridos.
- Emociones perturbadoras como la tristeza, la ansiedad, el miedo constante a que pueda ocurrir algo grave o la culpa, provocada por la creencia de que uno es responsable de lo que pueda ocurrirle a sí mismo o a los demás.
- Compulsiones caracterizadas por rituales mágicos, como lavarse repetidamente las manos para exorcizar la sensación de amenaza.
- Rituales mágicos y supersticiosos que pueden aumentar con el tiempo hasta convertirse en verdaderos rituales no lógicos, que no tienen un significado coherente con el sentimiento de ansiedad subyacente.
- Presencia constante y nociva del pensamiento mágico.
Pensamiento mágico: cómo afrontarlo
Hacer frente a estas dificultades es posible. La terapia psicológica puede ofrecer un espacio seguro en el que aprender que los miedos pueden afrontarse sin rituales, descubrir nuevas estrategias para afrontar situaciones o incluso desempolvar esos recursos que ya tienes, pero que no estás usando.
Uno de los tipos de psicoterapia que más ha demostrado eficacia en estos casos es la terapia cognitivo-conductual. Los porcentajes de reducción de síntomas y cura aumentan considerablemente, sobre todo gracias a la intervención de exposición y prevención de respuesta (EPR). También existen otras técnicas eficaces como la defusión cognitiva, que consiste en distanciarse y desidentificarse de sus pensamientos, viéndolos como meros productos de la mente en lugar de hechos inalterables.
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