Para la filosofía estoica y epicúrea, la ataraxia corresponde al ideal de imperturbabilidad que se alcanza mediante el dominio de las pasiones y el autocontrol (de ahí que los fármacos tranquilizantes sigan llamándose ataráxicos hoy en día). En un mundo filosófico que contraponía la razón y las pasiones, el control y la anulación emocional podrían convertirse en un objetivo a perseguir.
En la sociedad actual, donde todo es rápido e hiperestimulante, la relación con las emociones ha cambiado. ¿Es posible no sentir emociones? Intentaremos explorar la condición del embotamiento afectivo o aplanamiento emocional, cómo se manifiesta, sus causas, posibles repercusiones en la vida de las personas y posibles estrategias para hacerle frente al entumecimiento emocional.
¿Qué es el embotamiento o aplanamiento afectivo?
El aplanamiento se puede definir como un trastorno de la afectividad caracterizado por un empobrecimiento general de la reactividad emocional que nunca es adecuada al estímulo. Una persona con una afectividad aplanada suele ser descrita como monótona, emocionalmente apagada, carente de vivacidad, insensible y fría. Quienes padecen aplanamiento se quejan de que la realidad les parece ajena y, en consecuencia, sus respuestas parecen "forzadas, falsas y poco auténticas".
Las emociones pierden intensidad, se desvanecen y con ellas las reacciones ante situaciones, relaciones, acontecimientos que normalmente producirían alegría, tristeza, rabia o miedo.
Posibles causas del embotamiento emocional
Las causas de esta afección, en la que las emociones pierden intensidad y se reflejan en una menor reactividad a nivel conductual, pueden ser muchas:
- Las reacciones a acontecimientos traumáticos pueden provocar fenómenos como el adormecimiento o numbing (Antonini et al., 2006).
- Condiciones de estrés crónico.
- Patologías psiquiátricas de las que el entumecimiento emocional es uno de los síntomas.
- Consumo de fármacos y sustancias.
Puede ser útil aclarar que no se trata de una elección consciente, sino de una reacción psicosomática a determinados acontecimientos o condiciones, o de la expresión sintomática de un determinado estado de salud (depresión, psicosis, TEPT).

Aplanamiento emocional y comparación con otros cuadros clínicos
El aplanamiento o embotamiento emocional pertenece a una galaxia de afecciones y manifestaciones que pueden tener un origen diferente y repercusiones similares en la intensidad de la percepción emocional y la respuesta conductual posterior. Intentemos esbozar los diferentes matices entre el aplanamiento afectivo, la anhedonia, la apatía y la alexitimia.
Aplanamiento afectivo y anhedonia
En el aplanamiento emocional, la intensidad de las emociones y las reacciones conductuales resultantes se ven afectadas. En cambio, en la anhedonia, predomina la dificultad para experimentar placer en situaciones que normalmente deberían generar bienestar y satisfacción.
Aplanamiento afectivo y apatía
A diferencia del aplanamiento emocional, en el que la atención se centra en la percepción de las emociones, en la apatía las dimensiones que parecen deficientes son las relacionadas con el interés y la motivación.
Aplanamiento afectivo y alexitimia
La alexitimia es una condición clínica que se refiere a la dificultad para reconocer y describir las emociones y, por lo tanto, no está relacionada con la intensidad de las emociones.
Las posibles consecuencias del aplanamiento emocional
¿Cuáles pueden ser las consecuencias de esta percepción limitada de la intensidad de los colores emocionales? Percibir los estímulos de situaciones que normalmente generan rabia, miedo, tristeza o alegría como leves o ausentes tiene un profundo impacto en el comportamiento. Analicemos las posibles consecuencias del aplanamiento emocional.
Impacto del embotamiento emocional en las relaciones, el trabajo y las dinámica sociales
Una persona que experimenta las emociones con menor intensidad y, como consecuencia, reacciona de forma incongruente a las expectativas de su familia, pareja, amigos y compañeros, a menudo es juzgada, criticada y acusada. Esto hace que se creen fácilmente malentendidos y puede aumentar la distancia relacional. Ante estas actitudes, la persona se sentirá poco comprendida y puede optar por aislarse, lo que también puede repercutir en su estado de ánimo.
También puede empezar a vivir los acontecimientos sociales como una fuente de ansiedad y preocupación. En el entorno laboral, la motivación, la atención y la eficacia pueden disminuir. Por ello, una comunicación franca sobre la intensidad real de lo que se siente, sobre la tonalidad de color que engloba la propia perspectiva emocional, puede ayudar a abrir espacios de diálogo y confrontación libres de juicios y críticas.

¿Cómo afrontar el aplanamiento afectivo?
Un primer paso importante es reconocer la condición que se experimenta. Si la persona percibe una diferencia importante en la intensidad de lo que siente a raíz de determinadas situaciones, algo así como no ser capaz de captar todos los colores delante de un cuadro, puede evaluar la posibilidad de acudir a un psicólogo para que le asesore.
Contar con apoyo psicológico puede ser una herramienta valiosa, sobre todo si la persona se está recuperando de un evento traumático, si atraviesa un periodo de estrés crónico, si ha experimentado una disminución importante del estado de ánimo o si sufre de ansiedad.
En algunos casos, también puede ser útil consultar al médico de cabecera o a un especialista para evaluar la conveniencia de un tratamiento farmacológico adecuado (especialmente si el aplanamiento emocional es un síntoma de otra afección de salud). Para hacer frente al aplanamiento o embotamiento emocional, puede ser especialmente útil:
- Contar con apoyo social, con la posibilidad de contar con una red de amigos, familiares y colegas capaces de escuchar y comprender la afección.
- Realizar un proceso de reflexión, análisis y toma de conciencia de las propias experiencias emocionales para hacer hueco a las emociones.
- Fomentar estrategias de comunicación y escucha basadas en la empatía, el diálogo y sin juicios.
Embotamiento emocional y apoyo psicológico
Iniciar un proceso terapéutico puede ser una herramienta útil para crear un espacio de escucha libre de juicios en el que la persona pueda sentirse comprendida y libre para explorar su estado emocional.
Al reconocer la presencia de una emocionalidad aplanada, será posible esbozar líneas de actuación útiles para poner de relieve las causas de la disminución de la intensidad de los sentimientos y las estrategias para modificar los pensamientos y comportamientos disfuncionales.
La relación con nuestras emociones ha sido abordada por la religión y la filosofía desde la antigüedad. Siempre nos ha fascinado cómo cambia nuestro estado interno en respuesta a estímulos externos que influyen en nuestra respuesta conductual. A menudo se nos ha convencido y educado para pensar que las emociones son algo con lo que hay que luchar para tener pleno control sobre ellas. Sin embargo, los bienes emocionales, en todos sus matices, representan un preciado tesoro indispensable para pintar por completo el lienzo de nuestra existencia.
Debido a acontecimientos traumáticos o estresantes, enfermedades o necesidades defensivas, la intensidad de las emociones puede percibirse como menor o ausente. En caso de que esta condición, que no es en absoluto una elección, persista en el tiempo, iniciar un proceso terapéutico puede ser es una herramienta valiosa para recuperar la capacidad de observar todos los matices emocionales de la vida.






