Cuando a la mayoría nos preguntan si tenemos empatía, lo habitual es responder que sí. Sabemos que es una habilidad bien vista y muy valorada, pero, ¿somos las personas tan empáticas como afirmamos?
En este artículo te contamos el significado de empatía, su importancia y qué características tienen las personas empáticas.
Empatía: significado
La definición de la RAE de empatía es la de un “sentimiento de identificación” o “la capacidad para identificarse con otra persona y compartir lo que siente”. Por eso, el significado de empatía también se asocia con la inteligencia emocional.
Para Peter Fonagy, psicólogo y psicoanalista, la empatía es lo que podemos sentir por una persona basándonos en nuestra capacidad de imaginar lo que la otra persona está sintiendo. Sin embargo, esa imaginación de lo que siente la otra persona y que nos provoca la empatía no es más que la capacidad de mentalización.
El significado de empatía se relaciona con la capacidad para compartir y comprender los sentimientos de otras personas. Esto implica tener una habilidad especial para ver las cosas desde una perspectiva ajena a la personal, lo que también está relacionado con la teoría de la mente, la capacidad de atribuir estados mentales a otras personas.
Por tanto, la empatía se puede definir como la habilidad para comprender las emociones y sentimientos ajenos, incluso cuando estos sean negativos.

Teorías y debates actuales sobre el significado de la empatía
El significado de la empatía continúa siendo un tema de reflexión y análisis entre especialistas. Por ejemplo, Mark H. Davis, psicólogo social, propuso un modelo que reconoce componentes tanto emocionales como cognitivos en la empatía, y destaca que cada persona puede experimentar o expresar empatía de formas diferentes.
Sin embargo, no existe un consenso sobre la definición de empatía, lo que dificulta su diferenciación de otras habilidades comunicativas y afecta su medición (Dohrenwend, 2018).
Algunas personas expertas, como Tania Singer, neurocientífica, han señalado que la empatía puede tener ciertos límites: en ocasiones, sentir de manera muy intensa el dolor de otras personas puede llevar a experimentar agotamiento emocional, lo que se conoce como "fatiga por compasión", un término más adecuado para referirse al desgaste derivado de la exposición prolongada al sufrimiento de otros, más vinculado al ámbito profesional que a la empatía cotidiana. Por este motivo, se estudia cómo encontrar un equilibrio entre la empatía, el autocuidado y la regulación emocional.
Estos debates ayudan a ampliar la comprensión de este concepto y muestran que la empatía es una habilidad compleja, influida por factores individuales, culturales y contextuales.
La empatía como fenómeno multidimensional
El significado de la empatía abarca diversas dimensiones que han sido ampliamente investigadas por la psicología y las neurociencias. Desde la perspectiva de la neurobiología y la neuroconducta, se han identificado tres tipos de empatía: emocional, cognitiva y motivacional, cada una de las cuales facilita las relaciones interpersonales en grupos sociales complejos (Esagian et al., 2019).
Jean Decety, reconocido neurocientífico en este ámbito, distingue entre:
- La empatía afectiva, que es la capacidad de compartir y conectar con las emociones de otras personas —por ejemplo, sentir tristeza al ver que alguien llora—.
- La empatía cognitiva, que consiste en comprender, desde el pensamiento, lo que otra persona puede estar sintiendo o pensando, sin necesidad de experimentar esas emociones en primera persona y que se relaciona con la llamada "teoría de la mente".
- La empatía compasiva o motivacional, que implica no solo comprender o sentir lo que la otra persona experimenta, sino también sentir el impulso de ayudar o aliviar su malestar.
Estas dimensiones evidencian que la empatía no es una única habilidad, sino un conjunto de procesos que nos permiten conectar con quienes nos rodean de formas variadas y complejas.
Origen y evolución del concepto de empatía
El término empatía tiene su origen en el griego empatheia, que se traduce como "sentir dentro". Su significado actual comenzó a utilizarse a principios del siglo XX, cuando el filósofo alemán Theodor Lipps lo empleó para describir la capacidad de "sentir con" otra persona, especialmente al apreciar una obra de arte.
En la psicología actual, la empatía ha pasado de ser una idea filosófica a convertirse en un concepto clave para comprender las relaciones humanas y el bienestar emocional.
Durante el siglo XX, profesionales como Carl Rogers, psicólogo humanista, resaltaron la empatía como una habilidad esencial en la relación terapéutica, poniendo en valor su importancia para lograr una comprensión profunda de la otra persona. Actualmente, la investigación empírica respalda este enfoque, demostrando que la empatía del psicólogo/a es un predictor moderadamente fuerte del resultado en la terapia (Elliott et al., 2018).
La importancia de la empatía
La empatía resulta muy útil para los seres humanos en sus relaciones profesionales y sociales. Se trata de una habilidad necesaria para la construcción de una sociedad equitativa y pacífica. Esta habilidad es la responsable de otorgar la capacidad de comprender estados anímicos de otras personas, lo que crea un ambiente propicio para la solidaridad.
Además, es un componente esencial para la expresión de la compasión y para nuestro crecimiento personal. Aunque empatía y compasión estén relacionadas, no deben confundirse. La empatía no implica necesariamente desear ponerle fin o reducir el sufrimiento ajeno, mientras que la compasión sí.
La empatía ayuda a construir conciencia social y contribuye a la reducción de la discriminación, prejuicios sociales, racismo y acoso. Por ello, las sociedades más compasivas, pacíficas y justas están fundamentadas en principios de empatía.
Entre las razones por las que la empatía es crucial para el ser humano está que es esencial para gozar de un bienestar físico y mental, ya que a raíz de ella se logran establecer relaciones profesionales, de pareja y sociales sanas. También es imprescindible para lograr, por ejemplo, la escucha activa, el apoyo, la comprensión y la asertividad.
La importancia de la empatía en la infancia
Durante la infancia, tiene un papel importante en la educación (por ejemplo, en la educación afectivo-sexual), siendo responsable de que los niños logren tomar decisiones más sabias, teniendo en consideración a sus amigos, familia, la comunidad que les rodea y la sociedad en general.
La empatía les permite incrementar la conciencia que tienen de sí mismos, a la vez que aumenta su receptividad ante otras personas. Esto puede servir de motivación para proteger a los demás ante la percepción de un comportamiento de riesgo o abusos de sustancias.

Cómo se mide la empatía en psicología
Para comprender mejor qué significa la empatía, la psicología ha desarrollado diferentes herramientas de evaluación. Una de las más empleadas es el Índice de Reactividad Interpersonal (IRI), creado por Mark H. Davis, que permite valorar tanto la empatía afectiva como la cognitiva mediante cuestionarios autoinformados.
Existen también otras escalas, como la Escala de Empatía de Toronto (Toronto Empathy Questionnaire), que se enfocan en la capacidad de experimentar emociones similares a las de otras personas. Estas herramientas ayudan a investigadores y profesionales de la salud mental a identificar niveles de empatía y a analizar cómo esta habilidad puede influir en el bienestar y en las relaciones interpersonales.
Características de las personas empáticas
Características principales de las personas con altos niveles de empatía:
- Gran sensibilidad. Esto les permite entender en gran medida cómo se sienten otras personas. Este es un rasgo que sobresale específicamente en las personas PAS. No obstante, esta sensibilidad en exceso puede actuar como un rasgo negativo por la sobrecarga emocional, ya que las personas extremadamente sensibles podrían sentir que están en la obligación de involucrarse en conflictos que no tengan ninguna relación con ellas.
- Tendencia a escuchar mucho. La escucha activa se da de manera natural en las personas más empáticas. Estas personas no solo escuchan lo que les dicen, sino que se introducen en la conversación, analizan lo que escuchan y buscan comprender en profundidad todo.
- Son conscientes de que no todo debe llevarse a los extremos. Entienden que las personas están conformadas por diferentes matices, de manera que las cosas no suelen ser completamente malas o completamente buenas. Por ello, ante la presencia de conflictos no les resulta fácil adoptar posiciones y buscan el término medio.
- Tienden a la tolerancia y el respeto. Las personas empáticas respetan las decisiones de otras, incluso cuando van en disonancia con las decisiones propias.
- Poseen una gran habilidad para interpretar el lenguaje no verbal. No se limitan solo a interpretarlo, sino que también se enfocan en el tono de voz, inflexiones, miradas y gestos, entre otros. Gracias a esta habilidad, suelen ser personas más precisas al comunicarse y logran entender mejor las emociones que les transmiten.
Tienen un sistema de creencias positivo relacionado con la bondad humana. Esto las lleva a evitar con frecuencia los prejuicios al relacionarse con otras personas. Incluso cuando estas tengan una mala reputación, evitan juzgarlas mal hasta que sus propias acciones les den una razón para hacerlo.
¿Sabías que la psicología no solo se encarga de tratar trastornos? El acompañamiento psicológico también es de gran ayuda para el desarrollo de habilidades sociales. Un psicólogo o psicóloga puede acompañarte en tu proceso de crecimiento personal, en el que podrás trabajar en tu empatía y muchos otros recursos internos y habilidades.






