¿Pasas gran parte del día en el trabajo? ¿Reconoces que tu dedicación va más allá de lo que te pide la empresa o de tus necesidades económicas? ¿Cuando no trabajas sueles darle vueltas a los plazos de entrega y a lo que tienes por hacer en el trabajo?
La adicción al trabajo (workaholism en inglés) se ha convertido en un problema social del que cada vez es más habitual oír hablar, sobre todo entre las nuevas generaciones. Una revisión sistemática reciente encontró que la prevalencia global de la adicción al trabajo es del 14,1 % (Andersen et al., 2023).
El término workaholism, acuñado en 1971 para referirse a la adicción al trabajo, es un integrante de pleno derecho entre las “nuevas adicciones”, es decir, las nuevas formas de adicción sin sustancias. Esta problemática está cada vez más difundida entre las nuevas generaciones, junto con la complicidad de la innovación tecnológica que, con la llegada de Internet, los smartphones y las tablets, ha borrado el límite entre el ámbito laboral y la vida personal.
Diversos estudios han demostrado que la adicción al trabajo se asocia significativamente con un menor equilibrio entre la vida laboral y personal (Kenyhercz et al., 2024). En este artículo, abordamos en qué consiste, cómo podemos reconocerla, posibles consecuencias y cómo se puede afrontar.
Adicción al trabajo: síntomas o señales para identificarla
Entre las señales o síntomas que indican la presencia de una adicción al trabajo podemos encontrar:
- trabajar de forma sistemática más de 8 horas al día, a menudo incluso durante el fin de semana y las vacaciones;
- tener tendencia a evitar ausentarse del trabajo y no disfrutar de las vacaciones y permisos, incluso cuando es necesario (por ejemplo, por enfermedad);
- tener dificultad para alejarse del trabajo (por ejemplo, puede aparecer ansiedad, inquietud o angustia durante los períodos de vacaciones);
- tener preocupaciones recurrentes sobre temas laborales;
- no tener aficiones e intereses fuera del trabajo;
- tender a pensar con frecuencia en el trabajo, incluso antes de dormir, lo cual empeora el sueño;
- tener tendencia a descuidar las necesidades personales (como dormir lo suficiente o alimentarse correctamente).
Al contrario de lo que se podría esperar, a pesar de su gran dedicación, la persona con una adicción al trabajo no siempre presenta altos niveles de rendimiento laboral. Mientras algunos trabajadores adictos al trabajo están fuertemente orientados al éxito laboral, otros presentan un bajo rendimiento, bajos niveles de satisfacción laboral y altos niveles de ansiedad, estrés laboral, y un deterioro progresivo del bienestar físico y psicológico.
Diferencias entre dedicación saludable y adicción al trabajo
No todas las personas que dedican muchas horas a su empleo presentan una adicción al trabajo. Es importante distinguir entre una dedicación saludable y una adicción al trabajo, ya que la diferencia puede ser sutil y, en ocasiones, se confunde el compromiso profesional con una conducta que puede resultar perjudicial.
Algunos aspectos que pueden ayudar a diferenciar estas situaciones son:
- Motivación interna: en la dedicación saludable, la persona suele disfrutar de su trabajo y puede desconectar sin experimentar culpa. En la adicción al trabajo, la actividad laboral se vuelve una necesidad difícil de controlar, incluso cuando ya no resulta agradable, como si se tratase de una obligación interna persistente.
- Capacidad de desconexión: quien mantiene una relación equilibrada con el trabajo puede disfrutar de su tiempo libre y de otras actividades. En cambio, la persona con adicción al trabajo puede sentir ansiedad o irritabilidad cuando no está trabajando.
- Impacto en la vida personal: la dedicación saludable permite cuidar las relaciones sociales y la propia salud. La adicción al trabajo, por su parte, puede llevar al aislamiento y al descuido de necesidades básicas.
- Control sobre el tiempo: una persona comprometida suele establecer límites y priorizar tareas. En la adicción al trabajo, se puede perder el control sobre el tiempo dedicado a la actividad laboral, dejando de lado otras áreas importantes de la vida.
Reconocer estas diferencias resulta fundamental para identificar cuándo el trabajo deja de ser una fuente de satisfacción y comienza a afectar el bienestar general.
Señales de alerta y autoengaño en la adicción al trabajo
La negación puede aparecer con frecuencia en las personas que experimentan una adicción al trabajo. En muchas ocasiones, quienes atraviesan esta situación tienden a justificar su comportamiento con frases como "solo estoy siendo responsable" o "es necesario para avanzar en mi carrera". Este tipo de autoengaño puede dificultar la identificación de la situación y retrasar el momento de buscar apoyo.
Algunas señales de alerta y justificaciones habituales pueden ser:
- Minimizar el problema: restar importancia al exceso de trabajo, considerándolo algo puntual, temporal o que resulta inevitable y necesario.
- Racionalizar el comportamiento: afirmar que el esfuerzo adicional es indispensable para lograr el éxito o mantener un estándar elevado o conservar el empleo.
- Compararse con otros: pensar que "todas las personas trabajan igual de duro" o que "en mi sector es lo habitual".
- Ignorar las consecuencias: no prestar atención a los posibles efectos negativos en la salud, las relaciones o el estado de ánimo.
Reconocer estos patrones de pensamiento puede ser un primer paso para abordar la adicción al trabajo y explorar alternativas que favorezcan un mayor bienestar.

Consecuencias de la adicción al trabajo
Las consecuencias más habituales de la adicción al trabajo son la depresión, los ataques de ansiedad, el insomnio y el aumento de peso. Estudios recientes han demostrado que las variables relacionadas con la adicción al trabajo pueden predecir el 18,3 % de los casos de depresión y el 20,3 % de los casos de ansiedad en los trabajadores (Serrano-Fernández et al., 2021). Además, una implicación excesiva en el trabajo también puede ser la primera fase del síndrome de burnout.
Consecuencias físicas y psicológicas de la adicción al trabajo
La adicción al trabajo puede influir tanto en el bienestar emocional como en la salud física. Algunas de las consecuencias físicas más habituales incluyen:
- Trastornos del sueño: la preocupación constante por el trabajo puede dificultar el descanso y afectar la calidad del sueño.
- Tensión alta: el estrés que acompaña al exceso de trabajo puede elevar la presión arterial y aumentar el riesgo de desarrollar problemas cardíacos.
- Dolores musculares y cefaleas: permanecer muchas horas frente al ordenador o en posturas poco ergonómicas puede favorecer molestias físicas.
- Problemas digestivos: el estrés y la falta de tiempo para cuidar la alimentación pueden contribuir a la aparición de molestias gastrointestinales, relacionadas con el estrés.
En cuanto a las consecuencias psicológicas, la adicción al trabajo puede estar relacionada con ansiedad y depresión, ya que el agotamiento emocional y la presión constante pueden favorecer la aparición de alteraciones en el estado de ánimo. Además, la baja autoestima también puede verse afectada, ya que cuando el rendimiento laboral se convierte en la principal fuente de valoración personal, surgen inseguridad y una dependencia emocional del éxito profesional.
Asimismo, el aislamiento social también es frecuente, pues dedicar mucho tiempo al trabajo reduce los momentos compartidos con familiares y amistades, y eso favorece la sensación de soledad. Investigaciones recientes también han demostrado que las personas con adicción al trabajo presentan una peor calidad en sus relaciones íntimas (Kenyhercz et al., 2024).
Estos efectos muestran la importancia de identificar y abordar la adicción al trabajo para cuidar la salud y prevenir complicaciones a largo plazo.
Adicción al trabajo: causas
La adicción al trabajo parece tener un origen multifactorial, es decir, las causas de la adicción al trabajo están ligadas a diversos factores:
- Estilos de crianza: los estilos de crianza basados en el refuerzo condicionado del rendimiento (por ejemplo, reconocimiento y afecto vinculados a logros académicos o deportivos) pueden favorecer conductas de autoexigencia y valía personal asociadas al éxito, que en la edad adulta se relacionan con patrones de adicción al trabajo.
- Rasgos de la personalidad: ciertos rasgos de personalidad como el perfeccionismo, la alta motivación por el logro o la meticulosidad, cuando se combinan con contextos organizacionales exigentes, pueden aumentar la vulnerabilidad a desarrollar adicción al trabajo. En este sentido, el trastorno de la personalidad obsesivo-compulsiva (TPOC) se considera un factor de riesgo principal para la adicción al trabajo (Atroszko et al., 2020).
- Clima empresarial: el clima organizacional puede fomentar la adicción al trabajo, en especial cuando los empleados creen que la empresa exige que se echen horas extra y que se trabaje desde casa en el tiempo libre como algo indispensable para avanzar profesionalmente. Desde este punto de vista, los ambientes que no fomentan la adicción al trabajo son los que promueven la creación de un clima empresarial tranquilo, en el que los empleados reciben feedback sobre la consecución de los objetivos previstos y no sobre la cantidad de tiempo que dedican a la empresa.

Factores ambientales y físicos en la adicción al trabajo
Además de los factores psicológicos y sociales, existen elementos ambientales y físicos que pueden influir en el desarrollo de la adicción al trabajo. El entorno laboral actual, marcado por la hiperconectividad y la disponibilidad constante, puede hacer que los límites entre la vida profesional y personal se vuelvan menos claros.
Algunos factores que pueden tener un papel importante son:
- Tecnología y conectividad: el acceso permanente al correo electrónico y a las plataformas de trabajo remoto puede dificultar la desconexión, incluso fuera del horario laboral.
- Cultura organizacional: las empresas que valoran la presencia continua y la disponibilidad total pueden favorecer conductas que llevan a pasar más tiempo trabajando.
- Espacios de trabajo poco saludables: ambientes ruidosos, poca luz natural o la ausencia de pausas pueden aumentar el nivel de estrés y la tendencia a compensar dedicando más horas al trabajo.
- Falta de recursos para la gestión del tiempo: no contar con formación en habilidades de organización y autocuidado puede dificultar la gestión de las tareas y favorecer la sobrecarga.
Estos factores, junto con características personales, pueden aumentar la probabilidad de establecer una relación poco saludable con el trabajo.
5 consejos para superar la adicción al trabajo
Superar una adicción no es fácil, especialmente si se trata de un ámbito tan importante y socialmente relevante de nuestra vida como es el trabajo. Por eso es habitual que la persona que presenta una adicción al trabajo acuda a terapia con desgana, animada por su pareja u otros familiares que consideran que su estilo de vida es insostenible y desean que mejore su bienestar laboral.
Un proceso de terapia para la adicción al trabajo puede ayudar a entender qué se esconde detrás del abuso de la actividad laboral y poner en marcha un cambio profundo en el estilo de vida que lleva la persona. En algunos casos, la actividad laboral excesiva no está relacionada con la realización profesional, sino que se trata de una especie de escapatoria para evitar emociones negativas, relaciones o responsabilidades.
A continuación presentamos 5 consejos prácticos para afrontar la adicción al trabajo:
- Establece prioridades en las tareas que tengas que hacer y planifica tu agenda procurando dejar huecos libres.
- Establece horarios, por ejemplo por la tarde-noche, en los que dejar de lado la tecnología (el ordenador, el teléfono, etc.).
- Reserva tiempo para ti, para poder dedicarlo a actividades agradables e interesantes.
- Pasa más tiempo con los demás, con tus amigos y/o familia.
- Planifica períodos de vacaciones y desconexión total del trabajo.
Si sientes que la adicción al trabajo está afectando tu bienestar y te gustaría contar con apoyo profesional, en Unobravo puedes encontrar tu psicólogo online. Da el primer paso y encuentra el acompañamiento que necesites para recuperar el equilibrio entre tu vida personal y laboral.





