Cardiofobia: el miedo a sufrir un infarto

Cardiofobia: el miedo a sufrir un infarto
Redacción
Unobravo
Artículo revisado por nuestra redacción clínica
PUBLICADO EL
18.9.2025
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Palpitaciones, vigilancia constante del ritmo cardíaco, búsqueda de tranquilidad: estos son algunas de las características de la cardiofobia, el miedo persistente e irracional a sufrir un infarto.

La cardiofobia puede incluirse entre las patofobias, es decir, el miedo a una enfermedad específica, repentina y mortal (el miedo a sufrir un infarto o un derrame cerebral se limita únicamente a los problemas que afectan al corazón). Una revisión sistemática sobre los miedos a las enfermedades encontró que estos pueden tener una prevalencia superior al 20 % en niveles clínicos, un curso estable en el tiempo y un impacto perjudicial en la calidad de vida. (Lebel et al., 2020)

En este artículo, abordamos qué es la cardiofobia, cuáles son sus causas, cómo reconocerla y cómo se puede afrontar y superar el miedo a tener un infarto.

Qué es la cardiofobia

“Tengo miedo de que me dé un infarto.”

En el caso de la persona con cardiofobia, el miedo a morir de un infarto es irracional e incontrolado. El miedo perdura independientemente de los resultados médicos negativos e incluso es posible que la persona busque constantemente información sobre el tema en internet.

El miedo constante a sufrir un infarto desencadena, en la persona que padece cardiofobia, una preocupación casi obsesiva por su estado de salud en relación con una posible cardiopatía. De hecho, la ansiedad centrada en el corazón se diferencia de la ansiedad general por tres componentes (Schmitz et al., 2022):

  • el miedo a las sensaciones relacionadas con el corazón (aspecto cognitivo-emocional),
  • la evitación de actividades desencadenantes (aspecto conductual),
  • la atención a los síntomas cardíacos (aspecto cognitivo-atencional).

Este pensamiento lleva a la persona a comportamientos disfuncionales que pueden comprometer su vida cotidiana, como:

  • Escuchar los latidos del corazón para interceptar cualquier señal "anormal”.
  • Preocuparse por si los latidos del corazón están acelerados (taquicardia) o ralentizados (bradicardia) o por si existe una arritmia cardiaca.
  • Realiza con frecuencia exámenes cardiológicos, electrocardiogramas o mediciones de la tensión arterial.
  • Controlar la alimentación evitando ingredientes que puedan favorecer la hipertensión.
  • Manifestar un miedo constante a sufrir un infarto y, en general, hablar de su miedo buscando tranquilizarse.
  • Evitar situaciones que puedan alterar el ritmo cardiaco (por ejemplo, hacer deporte o simplemente subir escaleras). Esta conducta de evitación es especialmente perjudicial, ya que se ha demostrado que predice negativamente tanto la capacidad de ejercicio como la actividad física de una persona, además de limitar la mejora de la calidad de vida física durante la rehabilitación (Schmitz et al., 2022).

Estos comportamientos, sin embargo, no tienen el efecto deseado. Al contrario, provocan una mayor agitación que a menudo desemboca en estados de ansiedad.

miedo a un infarto cardiofobia
Foto de Pexels

Cardiofobia vs. hipocondría: ¿cuál es la diferencia?

Aunque ambas condiciones se relacionan con la ansiedad por la salud, existen diferencias clave. El miedo a sufrir un infarto, al igual que el miedo a tener un tumor (cancerofobia), es una manifestación de la hipocondría.

  • La hipocondría es un miedo general a tener o contraer diversas enfermedades, a menudo de desarrollo lento. Se trata de una preocupación obsesiva por múltiples síntomas y enfermedades que pueden ir cambiando.
  • La cardiofobia es un miedo específico y agudo a un evento cardíaco fulminante, como un infarto o un ictus. Se caracteriza por el miedo fóbico y centrado en un evento cardíaco repentino y mortal.

Síntomas de la cardiofobia

Como hemos visto al describir brevemente qué es la cardiofobia, el miedo a un ataque al corazón es atribuible a un trastorno de ansiedad. Al igual que otros trastornos de este tipo, la cardiofobia presenta síntomas físicos y psicológicos.

Los síntomas físicos de la cardiofobia varían en función de cada persona. Algunos de los síntomas que la persona que padece cardiofobia puede experimentar a nivel físico pueden ser:

  • náuseas,
  • sudoración excesiva,
  • dolor de cabeza,
  • temblores,
  • insomnio (por ejemplo, miedo a sufrir un ataque al corazón mientras duerme),
  • falta o dificultad para concentrarse,
  • dolor en el pecho por ansiedad,
  • dificultad para respirar,
  • taquicardia por ansiedad o extrasístole.

Asimismo, en lo que respecta a los síntomas psicológicos del miedo a sufrir un infarto, estos también suelen variar en función de cada persona. Algunos de los síntomas más habituales a nivel psicólogo pueden ser:

  • ataques de ansiedad,
  • ataques de pánico,
  • evitación (por ejemplo, de la actividad física),
  • búsqueda de consuelo,
  • búsqueda de información sobre enfermedades cardíacas,
  • atención centrada en el cuerpo,
  • creencias supersticiosas como “si dejo de preocuparme, sucederá”,
  • visitas médicas frecuentes,
  • rumiación.

Las causas de la cardiofobia

"¿Por qué tengo miedo a sufrir un infarto?"

El miedo a sufrir un infarto puede aparecer en la edad adulta y en adultos jóvenes, pero también a edades más tempranas como en la adolescencia. Las causas de la cardiofobia pueden remontarse a:

  • Acontecimientos vitales negativos, factores estresantes y conflictos en la situación actual de la persona que desencadenan y contribuyen a los síntomas. Por ejemplo: experiencias de enfermedad o muerte como puede ser que un familiar o amigo haya sufrido un infarto, ictus o problemas cardíacos (Eifert, 1992).
  • Factores de vulnerabilidad biológica genéticos y adquiridos (Eifert, 1992).
  • Ejemplos y enseñanzas: los padres pueden haber transmitido a sus hijos el miedo a los problemas cardíacos derivados de anomalías cardíacas.
cardiofobia cura
Foto de Pexels

Cómo superar la cardiofobia

Superar la cardiofobia es posible mediante la implementación de una serie de conductas útiles para manejar los síntomas ansiosos del miedo a sufrir un infarto que también se dan en otras fobias.

Un remedio útil puede ser practicar ejercicios de atención plena para la ansiedad y la respiración diafragmática. Estas prácticas intervienen en el manejo de la respiración y estados de ansiedad. Ya en 1628, el médico inglés William Harvey (quien describió por primera vez el sistema circulatorio) declaró:

“Toda afección de la mente que se manifiesta en dolor o placer, en esperanza o temor, es causa de una agitación cuya influencia se extiende al corazón.”

En la actualidad, algunos investigadores han estudiado la correlación entre las enfermedades del corazón y los problemas relacionados con el estrés y la ansiedad (Tawakol et al., 2017):

"A pesar de la evidencia que vincula el estrés psicológico y la enfermedad cardiovascular, el control del riesgo cardiovascular se ha mantenido centrado en otros factores de riesgo, quizás en parte debido a la falta de comprensión de los mecanismos subyacentes a la enfermedad cardiovascular asociada al estrés".

Estos estudios muestran que el estrés emocional está asociado con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Por lo tanto, es plausible que la cardiofobia pueda estar asociada con la hipertensión u otras patologías cardíacas como una somatización del estrés severo. Sin embargo, suele ser necesario pedir ayuda psicológica para afrontar la cardiofobia y el miedo a sufrir un infarto con el apoyo y las herramientas adecuadas.

Cómo superar el miedo a sufrir un infarto con terapia

Se ha descubierto que la terapia psicológica es eficaz para tratar los trastornos de ansiedad y los diferentes tipos de fobias.

Los testimonios de personas con cardiofobia que pueden leerse en foros especializados revelan una prevalencia de la cardiofobia, por ejemplo, en personas que tienen miedo a coger el avión y sufrir un infarto ("Tengo miedo a volar, me puede dar un infarto"), pero también puede darse durante el embarazo, un periodo en el que el estrés físico y psicológico puede ser muy elevado ("Vivo con el miedo a sufrir un infarto").

El hipercontrol del estado de salud, como hemos visto, es uno de los signos que relacionan la cardiofobia con un problema de ansiedad. Por lo tanto, el trabajo terapéutico con un psicólogo o psicóloga para fobias permite intervenir sobre una serie de factores comportamentales con el objetivo de modificar los comportamientos disfuncionales en favor de una mayor capacidad para gestionar la ansiedad, los posibles ataques de pánico y el miedo a sufrir un infarto.

A través de la terapia y con el acompañamiento del profesional en salud mental, el "pensamiento fijo" de sufrir un infarto puede ser comprendido, aceptado y gestionado, de modo que poco a poco pueda volver a vivir el día a día con serenidad.

Bibliografía
Este contenido es de tipo divulgativo y no puede reemplazar el diagnóstico de un profesional. Artículo revisado por nuestra redacción clínica

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