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Trastornos de la personalidad
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Trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva (TPOC): causas, síntomas y tratamiento

Trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva (TPOC): causas, síntomas y tratamiento
Redacción
Unobravo
Artículo revisado por nuestra redacción clínica.
Última actualización el
13.11.2025
Trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva (TPOC): causas, síntomas y tratamiento
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El trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva o trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad es una condición donde predomina el perfeccionismo y una atención excesiva a los detalles. Las personas que lo padecen suelen ser inflexibles, exigen que las tareas se realicen a su manera, suelen ser especialmente autocríticas y demandan altos estándares para sí mismas y los demás.

Es uno de los trastornos de la personalidad más frecuentes y, aunque no existe una cura como tal, actualmente existen tratamientos eficaces que pueden aliviar el sufrimiento y ayudar a las personas afectadas a llevar una vida más plena.

En este artículo, abordamos el trastorno obsesivo de la personalidad en detalle, sus causas, síntomas y tratamientos disponibles; finalizando con un caso clínico de ejemplo que puede ayudar a entender mejor la naturaleza de esta condición.

¿Qué es el trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva?

El trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva (TPOC), según se detalla en el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales), se caracteriza por:

un patrón generalizado de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control, que interfiere con la flexibilidad, la apertura y la eficiencia”.

Esta condición psicológica se distingue por:

  • una obsesión por los detalles,
  • una necesidad imperiosa de control sobre el ambiente, de sí mismas y las circunstancias,
  • una búsqueda incesante de perfección.

Estas características suelen conducir a una disfunción significativa en numerosos aspectos de la vida diaria de las personas afectadas.

El TPOC fue descrito por primera vez por Pierre Janet en 1903, quien lo identificó como un "estado psicasténico", un concepto que posteriormente amplió Freud. Este trastorno fue oficialmente catalogado como "personalidad compulsiva" en la primera edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), estableciendo así un marco clínico para su estudio y diagnóstico.

Aunque en cierto momento se utilizó el término "trastorno anancástico de la personalidad" para distinguir el TPOC del TOC, dicho término ha sido omitido en las versiones más recientes del DSM, aunque se sigue reconociendo en el CIE-11.

Generalmente, el TPOC se manifiesta hacia el final de la adolescencia o al comienzo de la etapa adulta, y es uno de los trastornos de personalidad más comúnmente diagnosticados. Como veremos más adelante, la identificación temprana y el abordaje adecuado del TPOC son fundamentales para reducir su impacto en el funcionamiento personal, social y laboral de la persona afectada.

Síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad

El trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva incluye una serie de síntomas característicos que afectan significativamente a la persona en distintos aspectos de su vida. Se han identificado dos factores principales en este trastorno (Riddle et al., 2016):

  • El orden y control, que se manifiesta a través del perfeccionismo, una excesiva dedicación al trabajo, escrupulosidad, renuencia a delegar tareas y rigidez.
  • La acumulación e indecisión, reflejado en la dificultad para desechar objetos y la tendencia a la indecisión.

Criterios diagnósticos del trastorno de personalidad obsesivo- compulsiva según el DSM-5-TR

El DSM-5-TR describe criterios específicos para identificar el trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva (TPOC). Para que se pueda confirmar este diagnóstico, la persona necesita mostrar un patrón persistente de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control tanto en lo mental como en las relaciones con otras personas. Este patrón suele aparecer al inicio de la adultez y se manifiesta en diferentes ámbitos de la vida, llegando a limitar la flexibilidad, la apertura y la eficiencia.

Según el DSM-5-TR, es necesario que estén presentes al menos cuatro de los siguientes criterios:

  • Preocupación por los detalles, reglas, listas, orden, organización o planes: las personas con trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad pueden perderse en los detalles o en la planificación excesiva de actividades, hasta el punto de perder de vista el objetivo principal de la tarea en cuestión.
  • Perfeccionismo que interfiere con la finalización de tareas: este perfeccionismo no es productivo; de hecho, puede impedir la finalización de proyectos debido a la autocrítica constante y a la búsqueda inalcanzable de estándares siempre impecables.
  • Devoción excesiva al trabajo y la productividad a costa de las relaciones interpersonales y las actividades de ocio: a menudo, las personas con trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva manifiestan un desequilibrio entre trabajo y vida personal, donde el trabajo siempre prevalece.
  • Excesiva terquedad, escrupulosidad e inflexibilidad en cuestiones de moralidad, ética o valores: este síntoma se refiere a una rigidez en las creencias personales del individuo, que no se ajusta necesariamente a las normas culturales o religiosas de la sociedad en general.
  • Incapacidad para desechar objetos gastados o sin valor, incluso cuando no tienen valor sentimental: las personas con trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad pueden sentir la necesidad de guardar objetos inútiles, creyendo que podrían necesitarlos en el futuro.
  • Rechazo a delegar tareas o trabajar con otros a menos que se sometan exactamente a su manera de hacer las cosas: esta característica puede derivar en problemas en entornos laborales o grupales, donde colaborar con otros y ser flexible son aspectos clave.
  • Adopción de un estilo un tanto mezquino tanto hacia sí mismo como hacia los demás: por ejemplo, el dinero se ve como algo que tiene que ser acumulado para futuras catástrofes. Esta actitud puede llevar a la persona a vivir de manera austera, más allá de sus necesidades económicas reales, y a limitar el apoyo económico hacia los demás.
  • Rigidez y terquedad: la persona manifiesta resistencia al cambio y dificultades para adaptarse a nuevas situaciones o perspectivas, incluso cuando hay evidencia de que el cambio podría ser beneficioso.

Estos criterios permiten a los profesionales de la salud mental distinguir el TPOC de otros trastornos de la personalidad y orientar el proceso diagnóstico de manera cuidadosa y respetuosa.

Para evaluar la presencia del trastorno, los profesionales de la salud mental utilizan herramientas como el SCID-II o el MMPI-2, que pueden detectar la presencia de rasgos patológicos de personalidad.

Las causas del trastorno de la personalidad obsesivo compulsivo son genéticas, ambientales y psicológicas
Foto de Darya Sannikova (Pexels)

Prevalencia y datos epidemiológicos del trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva

El trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva es uno de los trastornos de personalidad que se presentan con mayor frecuencia en la población general.

En cuanto a la distribución por género, se ha observado que el TPOC es más frecuente en hombres que en mujeres, aunque esta diferencia suele ser menos marcada que en otros trastornos de personalidad. Además, este diagnóstico aparece con mayor frecuencia en personas adultas jóvenes y de mediana edad, y tiende a ser menos común en la vejez.

Causas del trastorno de personalidad obsesivo- compulsiva

Al igual que otros trastornos de la personalidad, el origen del TOCP es multifactorial, integrando factores genéticos, ambientales y psicológicos. Hay evidencia sobre dos factores del trastorno de la personalidad obsesivo‑compulsiva (TPOC): orden/control y acumulación/indecisión siendo este último factor de carácter familiar y con un correlación modesta con factores genéticos (Rizvi & Torrico, 2023).

Algunos modelos psicológicos sugieren que los trastornos de personalidad pueden estar influenciados por mecanismos de defensa que, aunque útiles en ciertos contextos, se vuelven rígidos y poco funcionales. En el caso de los rasgos obsesivos, defensas como la formación reactiva, la intelectualización, la anulación o el aislamiento del afecto podrían reforzar patrones de control y perfeccionismo.

Se ha postulado que determinados estilos de crianza, específicamente aquellos de padres excesivamente controladores, pueden ser un factor contribuyente en el desarrollo del trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad, aunque el apoyo empírico para esta hipótesis es limitado. Asimismo, la teoría del apego ofrece otra perspectiva, proponiendo que las personas con TOCP pueden haber experimentado dificultades para formar apegos seguros durante sus años formativos.

Comorbilidades frecuentes en personas con trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva

El trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva puede aparecer junto a otros trastornos psicológicos, una situación conocida como comorbilidad. Estas combinaciones pueden influir en la evolución y el pronóstico del TPOC, así como en la elección del tratamiento más adecuado.

Entre las comorbilidades más frecuentes se encuentran:

  • Trastornos de ansiedad: muchas personas con TPOC pueden experimentar síntomas de ansiedad generalizada, fobias o ataques de pánico. Esto puede contribuir a una mayor rigidez y perfeccionismo, que son características del trastorno.
  • Depresión mayor: la autocrítica constante y una sensación persistente de insatisfacción pueden favorecer la aparición de episodios depresivos, lo que puede afectar la motivación y el bienestar emocional.
  • Trastornos relacionados con el abuso de sustancias: algunas personas con TPOC pueden recurrir al consumo de alcohol o medicamentos para intentar aliviar la tensión interna.

La presencia de comorbilidades puede hacer que el diagnóstico y el tratamiento sean más complejos. Por eso, es fundamental que los profesionales de la salud mental realicen una evaluación exhaustiva para identificar todos los factores que influyen en el bienestar de la persona.

Diferencia entre trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad y TOC

La distinción entre trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad (TOCP) es esencial para entender y tratar adecuadamente estas condiciones, ya que se ha observado que el TOCP coexiste en el 17-45 % de los pacientes con TOC, lo que contribuye a un empeoramiento de los resultados en múltiples áreas (Żerdziński et al., 2025).

El TOC se caracteriza por la presencia de obsesiones, que son pensamientos intrusivos que causan ansiedad, y compulsiones, que son comportamientos repetitivos realizados para aliviar esta ansiedad. Estos síntomas son disruptivos y reconocidos por el individuo como excesivos o irracionales.

Por otro lado, el TOCP implica un patrón de perfeccionismo, necesidad de control y rigidez que invade la personalidad del individuo, y afecta a su funcionamiento en diversos contextos de la vida. A diferencia del TOC, donde las acciones compulsivas son vistas como problemáticas o sin sentido por la persona que las realiza, en el TOCP, los comportamientos y actitudes son considerados por el individuo como correctas y deseables, a pesar de que pueden generar dificultades en las relaciones interpersonales.

Diagnóstico diferencial del trastorno de personalidad obsesivo- compulsiva

Más allá de las diferencias entre el TOCP y el TOC, es importante hacer un buen diagnóstico diferencial para evaluar posibles comorbilidades y descartar la existencia de otros trastornos, como el trastorno límite de la personalidad, el trastorno evitativo de la personalidad y otros tipos de trastornos psicológicos.

Algunos de los principales aspectos que se tienen en cuenta en el diagnóstico diferencial son:

  • Trastorno de personalidad evitativo: en este caso, la tendencia a evitar situaciones sociales y la sensibilidad ante el rechazo suelen ser más evidentes que la preocupación por el orden o el control.
  • Trastorno de personalidad narcisista: aunque puede aparecer perfeccionismo, en este trastorno suele destacar la necesidad de recibir admiración y la dificultad para conectar con las emociones de los demás.
  • Trastorno de personalidad dependiente: aquí, la característica principal suele ser la necesidad intensa de recibir cuidado y el reto que representa tomar decisiones sin la aprobación de otras personas, más que la preocupación excesiva por los detalles.

Diferenciar de manera precisa el TPOC de otros trastornos ayuda a crear un plan de tratamiento más adaptado a las necesidades de cada persona y a evitar intervenciones que podrían no ser útiles o incluso dificultar el proceso terapéutico.

Existe tratamiento psicológico para el trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad
Foto de cottonbro studiio (Pexels)

Tratamiento del trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva

El tratamiento para el trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva (TOCP) se centra en abordar los patrones dominantes de pensamiento rígidos, el perfeccionismo, el control excesivo, y las preocupaciones con el orden y la eficiencia que caracterizan este trastorno.

Hay que tener en cuenta que, aunque no existe una “cura” como tal, sin tratamiento el TOCP puede empeorar y afectar gravemente a la vida de la persona. Ahora bien, también es importante aclarar que las personas con este trastorno de la personalidad no son peligrosas para los demás.

Veamos cuáles son las principales intervenciones:

Terapia cognitivo-conductual

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las formas más efectivas de tratamiento para este trastorno de la personalidad (Alex et al., 2010). Básicamente, se enfoca en identificar, desafiar y modificar las creencias irracionales y los patrones de pensamiento distorsionados que sustentan los comportamientos obsesivo-compulsivos. A través de la TCC, las personas aprenden a:

  • Reconocer pensamientos distorsionados: identificar las creencias subyacentes que conducen a ideas obsesivas, comportamientos y emociones problemáticas.
  • Desafiar creencias irracionales: aprender técnicas para cuestionar y modificar pensamientos y creencias negativas o perfeccionistas; por ejemplo, a través de técnicas como la reestructuración cognitiva.
  • Modificar comportamientos: implementar estrategias para cambiar las acciones y reacciones que resultan de pensamientos obsesivos y de comportamientos compulsivos.

Terapia de aceptación y compromiso

La terapia de aceptación y compromiso (ACT) es otra forma de terapia que puede ser útil para personas con trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad. Se centra en ayudar a las personas a aceptar sus pensamientos y sentimientos sin juzgarlos, comprometiéndose a actuar de acuerdo con sus valores personales en lugar de luchar contra sus impulsos obsesivo-compulsivos. La ACT fomenta:

  • Aceptación: reconocer y aceptar los pensamientos y sentimientos, en lugar de rechazarlos o luchar contra ellos.
  • Mindfulness (atención plena): practicar estar presentes y conscientes del momento actual, sin sobreidentificarse con los pensamientos o emociones.
  • Acción basada en valores: tomar decisiones y actuar en formas que estén alineadas con los valores personales.

Intervenciones farmacológicas

Aunque las intervenciones psicológicas son fundamentales en el tratamiento del trastorno de la personalidad obsesivo-compulsivo, en algunos casos, la medicación puede ser útil, especialmente si los síntomas son graves o coexisten con otros trastornos psicológicos o enfermedades.

Los medicamentos comúnmente utilizados incluyen inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), que pueden ayudar a aliviar la ansiedad y mejorar el estado de ánimo.

Estrategias terapéuticas específicas y consejos prácticos para las personas con trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad (TPOC)

El abordaje del trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva requiere estrategias adaptadas a las características particulares de cada persona. Además de las terapias mencionadas, existen técnicas y recomendaciones que pueden resultar útiles tanto para quienes viven con este trastorno como para sus familiares.

Algunas estrategias terapéuticas específicas pueden ser:

  • Entrenamiento en flexibilidad cognitiva: a través de ejercicios que invitan a cuestionar creencias rígidas, la persona puede aprender a considerar alternativas y a tolerar la incertidumbre.
  • Técnicas de exposición y prevención de respuesta: estas técnicas ayudan a reducir la necesidad de control y perfeccionismo, exponiendo gradualmente a la persona a situaciones en las que no puede tener un control total.
  • Trabajo sobre la autocompasión y la autoaceptación: fomentar una actitud menos autocrítica puede contribuir a disminuir la presión interna y el malestar emocional.
  • Psicoterapia psicodinámica: este enfoque puede facilitar la exploración de los orígenes de los patrones obsesivos y favorecer la comprensión de los conflictos internos.

Para familiares y personas cercanas, puede ser importante:

  • Evitar reforzar la rigidez: no responder siempre a las demandas de perfección puede ayudar a la persona a flexibilizar sus expectativas.
  • Fomentar la comunicación abierta y empática: expresar preocupaciones sin juicio favorece el diálogo y el apoyo mutuo.
  • Buscar apoyo profesional: la orientación de un psicólogo puede ser fundamental para aprender a manejar las dinámicas familiares y promover el bienestar de todas las personas involucradas.

Un caso clínico de ejemplo

Laura, de 32 años, es una arquitecta talentosa que trabaja en un prestigioso estudio de diseño. Vive con su pareja y sus dos gatos en un apartamento meticulosamente organizado en el centro de la ciudad. A pesar de su éxito, Laura se encuentra trabajando extensas jornadas, a menudo hasta tarde en la noche, siete días a la semana. Rara vez se permite tomar descansos o disfrutar de hobbies, argumentando siempre que tiene “demasiado trabajo pendiente” y que “nadie más puede hacerlo” con el nivel de precisión que ella exige.

En los últimos tres años, ha logrado un reconocimiento considerable en su campo, aunque este éxito ha venido acompañado de una intensa presión autoimpuesta para mantenerse al más alto nivel. Laura vive a solo 10 minutos a pie de su oficina, pero insiste en seguir una ruta específica cada día porque cree que es la más eficiente. Su pareja menciona que Laura es “extremadamente particular” sobre cómo se deben hacer las tareas domésticas, desde la manera exacta de doblar la ropa hasta el orden en el que deben limpiarse las habitaciones, lo que ha causado tensiones en su relación de pareja.

Laura también aplica un alto grado de control y perfeccionismo en su trabajo, dedicando horas a detalles que sus colegas consideran menores. A pesar de su dedicación, ha sido pasada por alto para promociones en un par de ocasiones, con sus jefes señalando su dificultad para delegar tareas y su tendencia a perderse en los detalles como razones principales. En casa, mantiene una colección exhaustiva de revistas de arquitectura y bocetos de proyectos, algunos de los cuales ya no son relevantes, pero se niega a desecharlos, argumentando que podrían ser útiles algún día.

Aunque Laura considera que su enfoque meticuloso es esencial para su éxito, sus amigos y su pareja expresan preocupación por su bienestar psicológico. Lo anteriormente descrito, junto con su comportamiento obsesivo y su resistencia al cambio podrían indicar que Laura padece un trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva.

Da el primer paso hacia una vida más equilibrada

Si te has identificado con algunos de los síntomas mencionados, o piensas que una persona cercana podría estar experimentando un trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva, recuerda que no es necesario recorrer este camino en soledad.

En Unobravo, contamos con psicólogos especializados que pueden acompañarte a comprender mejor tus propios patrones, fomentar la flexibilidad y, en algunos casos, favorecer una vida más plena y satisfactoria. Pedir ayuda es un acto valiente y puede ser el primer paso para sentirte mejor contigo mismo y en tus relaciones.

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