Muchas personas, a lo largo de su vida, viven periodos en los que la ansiedad, la culpabilidad o el miedo parecen proyectar una sombra negativa sobre cada aspecto de su vida diaria. De repente, nuestra autoestima vacila y se desploman las certezas sobre quién somos, qué deseamos y qué necesitamos. En este artículo abordaremos en profundidad el significado de amor propio y el arte de quererse a uno mismo y a los demás.
El amor propio
Una de las “soluciones” que se utilizan con frecuencia para salir de periodos de vulnerabilidad y soledad es la de buscar seguridad, estabilidad y comprensión en la relación que tenemos con otra persona.
Sin darnos cuenta, podemos confiar la responsabilidad de nuestro bienestar y de nuestra felicidad a nuestra pareja, con el riesgo de transformar el amor en una relación de dependencia que podría llegar a definirse como “relación tóxica”.
Aprender a quererse a uno mismo y a los demás puede ser un proceso largo y complicado, pero también muy importante para nuestro bienestar personal y relacional.
¿Qué significa quererse a uno mismo?
El amor propio es un tema que se utiliza a menudo en conversaciones normales. Es probable que en alguna ocasión hayas escuchado decir: “Tienes que tener más amor propio” o “Tienes que empezar a quererte más”. Pero, cuando hablamos de amor incondicional por nosotros mismos, ¿a qué cosa nos referimos exactamente?
Quererse a uno mismo significa tener una gran consideración por nuestro bienestar y nuestra felicidad. El significado de “amor propio” reside en cuidar de nuestras necesidades y no sacrificar nuestro bienestar para complacer a los demás.
El amor propio no es simplemente una sensación de bienestar, es una acción y representa una elección. Es la autoaceptación, una forma de relacionarse con uno mismo que también implica la comprensión de lo que consideramos errores o fracasos. Significa ser capaz de hablarse a uno mismo sin juzgarse o reprocharse nada.
Amarse y perdonarse a uno mismo
Aprender a amarse a uno mismo es importante para vivir con más serenidad en cada aspecto de nuestra vida. Quererse a uno mismo significa aceptarnos por como somos en el presente.
En algunas situaciones, amarse a uno mismo puede ser difícil. Por ejemplo, cuando nos damos cuenta de que hemos hecho algo que no queríamos y pensamos una y otra vez en lo que ha pasado, y nos criticamos. En esos momentos podemos sentir hacia nosotros mismos emociones como la rabia, el resentimiento, el odio, la frustración y la culpabilidad.
En estos casos, un acto de amor hacia uno mismo puede ser perdonarse.
Hacerlo no es sencillo y para conseguirlo puede ser necesario entender en profundidad qué es lo que esconde la rabia y qué es lo que mueve nuestra autocrítica, es decir, qué otras emociones y necesidades pueden estar despiertas dentro de nosotros. Esto puede ayudarnos a entender que cometer errores es normal y que las imperfecciones forman parte de cada uno de nosotros.
¿Qué pasa si no nos queremos a nosotros mismos?
Como hemos visto, cuando hablamos de “quererse a uno mismo”, nos referimos a perdonar, aceptar y respetar quiénes somos en lo más profundo. La tendencia a criticarse es el origen de muchos problemas que, como adultos, nos generamos de forma inconsciente a nosotros mismos. Los “síntomas” de no quererse a uno mismo incluyen:
- la baja autoestima,
- el estado de ánimo decaído,
- la tendencia a encerrarnos en nosotros mismos.
Podemos sentirnos constantemente inadecuados y tener miedo de no ser suficiente. La baja autoestima puede minar nuestro potencial, dejar ocultos nuestros talentos y limitarnos a la hora de seguir nuestros sueños.
Por el contrario, quererse a uno mismo, respetarse y darse tiempo son los pilares básicos para una buena relación con uno mismo y con los demás.
Quererse a uno mismo para poder querer a los demás y que nos quieran
Erich Fromm, psicoanalista y filósofo alemán, en su famoso libro El arte de amar, nos explica que lo que él denomina “formas de pseudoamor” son el fruto de una visión errónea del amor y un espejo de una realidad demasiado centrada en el egoísmo, el poder y el dinero. Estos elementos terminan por reducir cada relación sentimental a un mero intercambio de bienes: mi felicidad a cambio de tu comprensión.
El autor pone de manifiesto que a menudo intentamos encontrar la persona “adecuada” para nosotros, en lugar de intentar aprender a amar. Nos centramos en el otro como si se tratara de un salvador, portador de felicidad y amor de nuestra vida, sin entender que amar es algo que tiene que empezar por nosotros mismos. Es necesario quererse a uno mismo para querer a los demás y que nos quieran.
El amor es ante todo dar y no recibir. Dar es la máxima expresión de poder y de vida. En el acto de dar experimento mi fuerza, mi riqueza, mi poder, y este sentimiento de vitalidad me llena de alegría. — Erich Fromm
¿Quererse a uno mismo significa ser egoísta?
A veces podemos confundir el hecho de concentrarnos en nosotros mismos con ser egoístas, pero cuidar de uno mismo y comportarse de forma egoísta son dos cosas completamente diferentes.
El amor propio está relacionado con cuidar de uno mismo, respetar nuestras necesidades y deseos, y trabajar para conseguir nuestra felicidad y crecimiento personal. En cambio, el egoísmo se refiere a presentar una atención exclusiva o predominante a nuestros intereses, deseos o necesidades en detrimento de los demás.
Querernos a nosotros mismos y cuidar de nuestras necesidades no significa ignorar o descuidar las necesidades de los demás.
¿Hay que quererse a uno mismo para querer a los demás?
Es habitual escuchar frases del estilo: “Si no te quieres a ti mismo, no puedes querer a los demás”. Pero, ¿realmente es así? ¿Aprendemos primero a amarnos a nosotros mismos y luego a los demás?
Tanto el amor como el autocuidado lo aprendemos en relación con el Otro, a partir de las primeras relaciones de apego. Según la teoría del apego desarrollada por John Bowlby, cada uno de nosotros desarrollamos modelos operativos internos a partir de las relaciones con nuestros cuidadores y estos modelos influyen en las expectativas, las percepciones y el comportamiento en las relaciones íntimas que mantenemos a lo largo de la vida.
Estos modelos también contienen representaciones del yo y del Otro en relación. Por eso, tener una buena autoestima en el amor es una cuestión más compleja que “simplemente” ser capaz de quererse a uno mismo.
El arte de amarse a uno mismo
Para Fromm, amar es un arte, y como todas las artes no es una capacidad instintiva e innata, sino que requiere realizar ejercicios cotidianos mediante un proceso de aprendizaje. Según Fromm, estos son algunos de los elementos que nos ayudan a construir una verdadera relación de amor:
- Comunicación: el amor solo es posible si dos personas se comunican entre ellas desde lo más profundo de su ser, intentando desarrollar activamente su personalidad y alcanzar un alto nivel de madurez.
- Libertad: el amor está estrechamente ligado a la libertad de elección y al libre albedrío, elementos que siempre deben ser válidos para ambos miembros de la pareja.
- Cuidado: el amor es un acto y un proceso activo, pero sobre todo es cuidar de uno mismo y del otro.
- Respeto: amar significa respetar al otro exactamente por lo que es y no por lo que, según nosotros, debería ser. Solo somos capaces de adoptar este nivel de respeto si hemos conseguido una independencia individual plena, es decir, cuando somos capaces de caminar solos sin puntos de apoyo y sin necesidad de dominación.
Cómo tener amor propio y quererse a uno mismo
Aunque aprender a querernos a nosotros mismos no es lo más fácil, tenemos el poder de aumentar el número de gestos amables que tenemos hacia nosotros. Hay muchas formas de quererse a uno mismo que podemos utilizar para empezar a hacerlo de verdad.
Sin embargo, ten en cuenta que al principio puede resultar difícil. Puede que no te sientas cómodo tratándote con amabilidad, así que tómate tu tiempo. He aquí algunas formas de empezar.
1. Ser consciente
Toma conciencia de lo que percibes y sientes, sin juzgarlo de ninguna manera. Ser capaz de escuchar tu cuerpo y tu mente, y ser consciente de tus necesidades ya es un acto de cuidado que puedes hacer por ti mismo.
2. Perdonarse
A veces somos muy duros con nosotros mismos y nos convertimos en nuestro peor enemigo. Sin embargo, es importante darnos un respiro. Perdonarse a uno mismo no siempre es fácil, pero puedes empezar con algunos “ejercicios de conciencia”. Cuando sientas que has cometido un error, por ejemplo, puedes empezar por fijarte en cómo te hablas. ¿Estás utilizando un tono crítico, un tono amistoso o de qué tipo?
3. Decir “no” a los demás
A veces, quererte a ti mismo también significa ocuparte de tus necesidades cuando, por ejemplo, no te sientes cómodo/a accediendo a la petición de otra persona. Pon límites. Dedícate tiempo a ti mismo. Está bien decir que no a alguien si crees que lo necesitas.
4. No tener miedo a poner fin a una relación en la que no te sientes bien
El amor propio es una acción continua, un proceso continuo, una elección continua. Si te encuentras en una relación que te causa dolor, no olvides que tienes la posibilidad de salir de ella y que, si sientes la necesidad, puedes buscar apoyo profesional, por ejemplo, mediante un proceso de terapia individual.
Alejarse de situaciones o de la compañía de personas con las que te sientes agotado nunca está de más. Cualquier tipo de vínculo que no te haga sentir cómodo y no te permita expresarte de forma libre y auténtica puede ser perjudicial para ti y para tu bienestar interior.
5. Integrar el cuerpo, la mente y las emociones
El bienestar y la conciencia de uno mismo proceden de la integración de la conciencia corporal, la conciencia del propio estado emocional y la conciencia mental. El desarrollo armonioso de estas tres dimensiones refuerza nuestro sentimiento de identidad y aumenta nuestro amor propio.
¿Cómo se aprende a quererse a uno mismo?
Existen numerosos métodos para aprender a quererse a uno mismo. Por ejemplo, el mindfulness es una práctica muy útil para desarrollar conciencia y amor por uno mismo, practicando una actitud sin juicios.
La condición primordial para expresar y recibir amor es nuestro bienestar psicofísico. La meditación es una poderosa herramienta para conseguirlo, ya que:
- ayuda a “convivir con” emociones desagradables como el miedo y el rencor,
- permite aprender a vivir en el presente,
- nos ayuda a tomar conciencia de los conflictos que tenemos con nosotros mismos y con los demás.
El mindfulness nos acompaña en el viaje para conocernos a nosotros mismos y adquirir una serenidad que se transforma en elecciones y relaciones conscientes. Nos permite encontrar nuestro equilibrio interior y abrirnos a nuevas posibilidades.
Aprender a amarse a uno mismo con ayuda de la terapia psicológica
Quererse a uno mismo es el primer paso hacia la felicidad. Analizando la teoría de Fromm, resulta muy clara la importancia de dedicarnos a nuestro proceso de crecimiento personal y de maduración como un elemento esencial para poder construir relaciones amorosas auténticas que no sean fruto de la inseguridad o de necesidades insatisfechas.
Elegir seguir un programa de terapia psicológica es, por lo tanto, un verdadero gesto de amor hacia nosotros mismos, ya que nos permite aprender a:
- tomar conciencia de nuestros recursos,
- cultivar la capacidad introspectiva de mirar hacia dentro,
- modificar los comportamientos disfuncionales.
Dar estos pasos nos permitirá amar a los demás profunda y sinceramente. Te recordamos que puedes solicitar, en cualquier momento, el apoyo de uno de los psicólogos online de Unobravo, que sabrá guiarte y acompañarte en tu proceso hacia el amor propio y el bienestar.
Libros para quererse a uno mismo
Existen numerosos libros sobre el amor propio. Aquí te dejamos una lista con algunos que te pueden resultar útiles e interesantes:
- Los 7 pilares del amor propio: Cómo forjar una relación profunda y enriquecedora con uno mismo, Walter Riso, Editorial Zenith.
- Querida yo: tenemos que hablar. Conócete y sé feliz contigo, Elizabeth Clapés, Editorial Montena.
- Un viaje hacia el amor (propio). Descubre las claves para cuidar la relación más importante de tu vida, David Gómez, Editorial Urano.
