Fantasías sexuales, ¿te imaginas que...?

Fantasías sexuales, ¿te imaginas que...?
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Chiara Loda
Redacción
Psicoterapeuta con orientación Cognitivo-Constructivista
Unobravo
Artículo revisado por nuestra redacción clínica
PUBLICADO EL
7.2.2023
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Todo el mundo fantaseamos. Puede ser con un viaje, con el chico o la chica de tu clase en el gimnasio, con cómo sería cenar en tal restaurante… porque la imaginación es libre, no tiene límites y, claro, llega a todas las esferas, a la sexual también. 

En este artículo hablamos de sexo y fantasías y… spoiler: las fantasías en el sexo son normales, no hay nada raro en las fantasías eróticas ni en aderezar sexo y amor con un poco de pimienta... y no, no se recurre solo a las fantasías sexuales durante la masturbación

fantasías en el sexo
Fotografía de Katerina Holmes (Pexels)

¿Qué es una fantasía sexual?

Sí, las fantasías sexuales son una parte normal y saludable de la sexualidad humana (sí, también de la sexualidad femenina, aunque esta siempre haya sido tabú). Ahora bien, ¿qué entendemos exactamente por una fantasía en el sexo? 

En psicología, una fantasía sexual es una construcción mental que permite a las personas explorar sus deseos, emociones y escenarios sexuales en un espacio seguro y privado (el de su mente). Estas fantasías pueden incluir situaciones, personas o actividades que no se suelen experimentar en la vida real, pero que ofrecen una vía para explorar la propia sexualidad y los deseos. 

Las fantasías en el sexo, como muchas otras cosas, también han sido fruto de estudio. Por ejemplo, el investigador Vieri Boncinelli definió la fantasía sexual como la capacidad que tiene todo ser humano para el autoerotismo mental y para crear imágenes eróticas. La fantasía es capaz de activar el deseo y la excitación general y genital, hasta el punto de convertirse, para algunas personas, en el motor de la actividad sexual.

Muchas veces, las fantasías sexuales reflejan curiosidades, intereses o aspectos de la personalidad que no se manifiestan en las interacciones cotidianas. Además, pueden ser una herramienta de valor para mejorar la comunicación y el entendimiento en una relación, cuando se comparten y se exploran mutuamente con la pareja. La fantasía sexual no solo sirve como un "catalizador" para el deseo y la excitación, sino que también puede jugar un papel importante en la creatividad sexual porque permite a las personas imaginar y posiblemente experimentar con nuevas formas de expresión sexual y emocional.

Historia de las fantasías sexuales

Las fantasías sexuales han sido parte de la experiencia humana desde tiempos ancestrales, en civilizaciones antiguas, como la griega, la romana, etc. Ya en la antigüedad, se evidencian en textos como el Kama Sutra y en mitologías que exploran la sexualidad de manera simbólica. 

En la Edad Media y en tiempos más conservadores, las fantasías sexuales fueron a menudo suprimidas o condenadas por las normas religiosas y sociales. Sin embargo, seguían presentes en la literatura clandestina y en el arte subrepticio. Con la llegada del psicoanálisis en el siglo XX, autores como Sigmund Freud y Carl Jung exploraron las fantasías sexuales como un aspecto esencial de la psique humana, destacando su importancia en la comprensión del subconsciente.

En las últimas décadas, ha habido un cambio significativo hacia una mayor aceptación y apertura en la discusión de las fantasías sexuales, de manera similar a lo que ha ocurrido, por ejemplo, con la masturbación femenina, en su día tan reprimida y cuestionada.

La investigación en psicología sexual ha proporcionado una comprensión más profunda de su papel en la salud mental y el bienestar sexual.

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Fotografía de Katerina Holmes (Pexels)

¿Es lo mismo un deseo que una fantasía?

La respuesta es que no. La fantasía sexual es una construcción imaginativa, un escenario mental que puede incluir situaciones o actividades que no necesariamente se desean experimentar en la realiTipos de fantasías sexuales

En la imaginación erótica, lo real y lo fantástico pueden entrelazarse. Por eso es posible que los personajes de nuestras fantasías eróticas se basen tanto en personas reales como en personas imaginarias.

Tipos de fantasías sexuales

En la imaginación erótica, lo real y lo fantástico pueden entrelazarse. Por eso es posible que los personajes de nuestras fantasías eróticas se basen tanto en personas reales como en personas imaginarias. 

Para clasificar los tipos de fantasías sexuales se tienen en cuenta diversos criterios.

El primer criterio de clasificación hace referencia al momento en el tiempo en el que se evocan las fantasías eróticas:

  • Fantasías en el sexo anticipatorias: aquellas evocadas temporalmente fuera de la actividad sexual.
  • Fantasías en el sexo de apetencia: las que ocurren justo antes de la actividad sexual.
  • Fantasías en el sexo intercurrentes: las que ocurren simultáneamente con el encuentro sexual y se convierten en parte de él.

Según su contenido, también hay distintas clases de fantasías sexuales:

  • Fantasías en el sexo contextuales: aquellas en las lo que se representa es muy similar a lo que sucede en la realidad.
  • Fantasías en el sexo extra contextuales: aquellas en las que el tema que se representa no tiene relación con lo que sucede en la vida real. Este tipo de fantasías requieren más esfuerzo mental.

Un tercer criterio se centra en el tipo de actividad sexual representada. Se distinguen:

  • Fantasías en el sexo preceptivas: aquellas en las que la persona que fantasea hace una proposición sexual.
  • Fantasías en el sexo responsivas: aquellas en las que la persona responde a una actividad propuesta.

Otra distinción tiene en cuenta la relación entre los miembros de la pareja y la posibilidad de compartir y explorar mutuamente sexo y fantasías. En función de ello, se distinguen los siguientes tipos de fantasías sexuales:

  • Fantasía erótica compartida: aquellas fantasías propias que pueden hacerse explícitas a la pareja, son aceptadas y potencialmente alcanzables.
  • Fantasía erótica compartible: aquella imaginada por una de las partes y que se puede hacer explícita sin una carga emocional o relacional.
  • Fantasía erótica privada: aquella fantasía que no tiene la posibilidad de hacerse explícita a la pareja, incluso en un momento determinado de la relación, porque la persona puede experimentar miedo a sentirse juzgada o a ofender a la otra parte.

En lo que al deseo se refiere, hablamos de una atracción o un anhelo concreto que una persona quiere llevar a cabo o experimentar en su vida real. Mientras que la fantasía puede ser puramente imaginativa y sin intención de llevarse a cabo, el deseo implica una voluntad o intención de actuar o experimentar lo imaginado.

¿A qué necesidades responden las fantasías sexuales?

Es posible que alguna vez te hayas pregunta: ¿por qué tengo fantasías sexuales? La imaginación erótica puede responder a distintas necesidades personales también en función del momento que se esté viviendo. Por eso, las fantasías eróticas pueden cambiar con el tiempo.

Una fantasía sexual puede:

  • Ser de ayuda para explorar la propia identidad sexual o para fortalecerla
  • Realizar una acción compensatoria, colmar carencias momentáneas, necesidades relacionales y psicoafectivas
  • Tener una función defensiva y ayudar a superar heridas o traumas psicológicos
  • Permitir activar y mantener el deseo y la excitación sexual, lo que puede favorecer el orgasmo
  • Ayudar a no banalizar las relaciones sexuales aportando beneficios en la relación de pareja.
  • Tener mayor conciencia de las propias sensaciones corporales.
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Fotografía de Yuliya Galceva (Pexels)

Fantasías sexuales de mujeres y fantasías sexuales de hombres

Las fantasías sexuales, tanto en hombres como en mujeres, son una parte fundamental de la sexualidad humana. Estas fantasías son representaciones mentales que involucran deseos y situaciones imaginarias de índole erótica. 

Con frecuencia, las fantasías sexuales de una mujer pueden abarcar un amplio espectro que va desde el romance y la intimidad emocional hasta exploraciones más audaces y experimentales. Las fantasías eróticas femeninas suelen incluir elementos de deseo, seducción y a veces, la expresión de roles de poder o sumisión.

Por su parte, las fantasías sexuales de un hombre tienden a ser más visualmente explícitas y directas, enfocándose en la variedad y la conquista sexual. Con todo, cabe mencionar que esto es solo una generalización y que cada persona ordena sus fantasías en función de sus experiencias personales y su historia de aprendizaje, por lo que hay una amplia variación y variedad de las mismas.

Fantasías sexuales más comunes

¿Cuáles son las fantasías sexuales de mujeres más comunes? ¿Y las fantasías sexuales masculinas? Aunque, como ya hemos comentado, varían ampliamente entre personas, existen ciertas fantasías que son bastante comunes en muchas personas.

A continuación, veamos cuáles son las fantasías sexuales más comunes:

  • Fantasía con un excompañero: es común fantasear con reencuentros sexuales con un ex, incluso en el contexto de una relación actual. Estas fantasías suelen reflejar nostalgia o curiosidad.
  • Recreación de escenas eróticas: muchos imaginan escenas vistas en películas o literatura erótica, involucrando juegos de roles y experimentación.
  • Encuentros sexuales con famosos: la fantasía de tener relaciones con una celebridad es frecuente, alimentada por el atractivo de lo inalcanzable y el glamour asociado.
  • Primer encuentro sexual con la pareja actual: anticipar y fantasear sobre la primera experiencia sexual con una pareja nueva es una práctica habitual y puede ser especialmente emocionante. También se pueden dar fantasías sexuales en el matrimonio.
  • Sexo con desconocidos: la idea de relaciones sexuales con alguien completamente desconocido despierta curiosidad y morbo, asociada a la libertad de ser alguien diferente. Las fantasías sexuales con otras personas que no sean amigos, parejas es bastante común.
  • Romance con compañero de trabajo: las fantasías sobre relaciones románticas o sexuales con colegas de trabajo son habituales porque mezclan la cotidianidad con el deseo.
  • Sexo con amigos: imaginar encuentros sexuales con amigos cercanos es una fantasía común, mezclando la intimidad emocional con la atracción física.
  • Tríos o encuentros grupales: las fantasías sobre tríos o sexo en grupo son populares, ofreciendo la excitación de la variedad y la experimentación.
  • Sexo en lugares públicos: la emoción del riesgo y la posibilidad de ser descubierto hacen del sexo en público una fantasía recurrente.
  • Relaciones sexuales con figuras de autoridad: las fantasías sexuales con policías, bomberos o militares es común, vinculado al atractivo del poder y la autoridad.
  • Voyeurismo: observar a otras parejas en actos sexuales es una fantasía extendida, destacando el placer de ser espectador.
  • Privación sensorial: experimentar con la privación de los sentidos, como vendarse los ojos, es una fantasía que añade misterio y entrega al acto sexual.
  • Dominación y sumisión (BDSM): las fantasías de dominar o ser dominado, incluyendo elementos de BDSM, son comunes y pueden variar en intensidad. Esto puede llevar a prácticas que incluyen golpes o pequeñas “torturas” que pueden resultar muy placenteras para quienes las realizan, siempre que haya consentimiento sexual, por supuesto.
  • Cosplay sexual: representar personajes específicos en un contexto erótico, como parte de juegos de roles, es una fantasía que gana popularidad. Aunque esta puede resultar una de las fantasías sexuales más extrañas, en realidad ha ganado popularidad entre los jóvenes en los últimos años.

  • Sexo oral no convencional: imaginar prácticas orales en contextos atípicos o con personas diferentes es una fantasía frecuente.
  • Sexo anal: a pesar del tabú que todavía persiste en algunas personas, el sexo anal es una fantasía común, reflejando la curiosidad y el deseo de experimentar.
  • Relaciones con un profesor o persona mayor: la atracción hacia figuras de respeto o experiencia, como profesores o personas mayores, es una fantasía habitual.
  • Masajes sexuales: fantasear con masajes que evolucionan a experiencias eróticas es común, mezclando relajación con excitación sexual.
  • Cuckolding: observar a la pareja teniendo sexo con otra persona, a menudo sin participar, es una fantasía dentro de la no monogamia consensuada.
  • Experiencias homosexuales: explorar la sexualidad con personas del mismo sexo, o del sexo opuesto en el caso de homosexuales, es una fantasía común y vinculada a la curiosidad.
  • Sexo con componente teatral: las fantasías que incluyen juegos de roles, como paciente-doctor o profesor-estudiante, son populares por su capacidad de innovar en la rutina sexual.

Cabe decir que todas las fantasías sexuales son legítimas, ya que solo son una representación mental de un deseo, y en ningún caso se llegan a materializar.

Cuando las fantasías sexuales pueden resultar un problema

Como se ha visto antes, las fantasías de sexo pueden utilizarse para diferentes fines y necesidades. Este mundo de fantasía puede adoptarse como una forma de experimentar la sexualidad, tanto con uno mismo como con los demás, con más conciencia, curiosidad y libertad de exploración.

En ocasiones, las personas pueden desarrollar comportamientos compulsivos o adictivos en torno a diferentes fantasías sexuales. Condiciones como la hipersexualidad o adicción al sexo (lo que popularmente se conoce como ninfomanía en mujeres o satiriasis en hombres) pueden surgir cuando las fantasías sexuales se vuelven obsesivas o cuando se depende exclusivamente de ellas para la excitación sexual.

Otras veces, puede ocurrir que el propio juicio sea la causa de la inhibición, la falta de exploración y la disminución del deseo sexual, hasta el punto de activar estados de alarma y miedo con respecto a las propias fantasías. 

A menudo, el miedo a no poder controlar los propios deseos en el mundo real hace que la persona autocensure su imaginación y sus fantasías eróticas. Algunos ejemplos de fantasías sexuales que pueden ser alarmantes:

  • Por su contenido. A veces, se consideran muy distantes de la propia historia vital, los modelos culturales o la orientación sexual
  • Por su intrusividad. Se convierten en un pensamiento recurrente que invalida otras actividades que se están realizando: “Pienso en ellas de forma constante, incluso en el trabajo”
  • Por la exclusividad de la fantasía en el sexo. Por ejemplo, hacer que la consecución del orgasmo dependa únicamente de la fantasía: “No puedo llegar al orgasmo si mi pareja no me dice esas cosas”.

Las fantasías sexuales enriquecen la sexualidad si se viven con curiosidad, exploración, placer y se comparten con la otra parte. 

Si sientes que estás experimentando dificultades en el terreno sexual, o incluso alguna parafilia, no dejes que la vergüenza te detenga e intenta hablar con un profesional con experiencia en este campo. ¡En nuestro equipo de psicólogos online encontrarás muchos profesionales dispuestos a ayudarte!

Bibliografia
Este contenido es de tipo divulgativo y no puede reemplazar el diagnóstico de un profesional. Artículo revisado por nuestra redacción clínica

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