En el imaginario colectivo, la hipnosis se considera una práctica mágica, incluso peligrosa, ya que se piensa que quien la utiliza es capaz de manipular a la otra persona hasta el punto de perder totalmente el control e inducirla a realizar acciones de forma inconsciente. Pero, ¿qué es realmente la hipnosis? ¿La hipnosis es real?
La hipnosis, cuya etimología se remonta al griego hypnos (sueño), es una práctica que a menudo se malinterpreta y en torno a la cual giran numerosos prejuicios. De hecho, pocos saben que la hipnosis es un estado natural que cada uno de nosotros experimenta varias veces a lo largo de su vida cotidiana y que no es una condición impuesta desde el exterior, sino un efecto de nuestras características psicológicas y fisiológicas.
Milton Erickson, pionero de la hipnología moderna, afirmaba que:
"la hipnosis es ese nivel que permite al sujeto funcionar adecuada y directamente en un nivel inconsciente de conciencia, sin que la mente consciente interfiera en ello".
De hecho, sin ser conscientes de ello, entramos en un estado de trance que amplifica nuestra capacidad de percibir y relacionarnos con la realidad interna y externa.

¿Por qué se utiliza la hipnosis?
El uso de la hipnosis para el tratamiento de los problemas y sufrimientos humanos se remonta a la antigüedad.
El desarrollo de la hipnoterapia procede del médico Anton Mesmer (1775) y sus estudios sobre el magnetismo, en los que el terapeuta asume una posición central en la acción curativa, ya que la energía magnética solo puede transmitirse dentro de la relación paciente-magnetizador-terapeuta.
Con Milton Erickson, el estado de trance se considera una condición natural, el “trance cotidiano” o common everyday trance: la persona hipnotizada tiene un papel activo que el hipnotizador debe comprender y respetar.
En psicoterapia, la hipnosis es una herramienta útil para mejorarse a uno mismo y sus capacidades. Suele aplicarse cuando el paciente tiene percepciones rígidas y disfuncionales de la realidad que impiden el cambio.
Hipnosis: quién puede practicarla, qué cura y para qué sirve
¿Quién puede practicar la hipnosis? En nuestro país, la hipnosis solo la pueden practicar profesionales de la salud cualificados y colegiados, como psicólogos, psiquiatras y médicos, dentro de un tratamiento terapéutico bajo un marco ético y regulado.
Entre las posibles aplicaciones en el ámbito médico figuran la anestesia hipnótica (que permite realizar una operación bajo hipnosis) y la hipnosis para la fibromialgia.
Hipnosis terapéutica
La hipnotización es una técnica que se utiliza en algunos tipos de terapia psicológica, pero ¿quién puede practicarla? Al igual que ocurre con la hipnosis utilizada para curar problemas médicos, en psicoterapia esta práctica solo la pueden llevar a cabo profesionales especializados.
Como la hipnosis es un estado natural y espontáneo, cualquier individuo puede someterse a una terapia de hipnosis. A la hora de hipnotizar a una persona, hay que tener en cuenta las limitaciones que hay que poner cuando se trata de individuos con:
- cardiopatías,
- problemas de tiroides,
- discapacidad intelectual,
- trastornos psiquiátricos graves,
- trastornos de la personalidad,
- depresión mayor.
En el caso de la hipnosis y la depresión, esta técnica puede ser útil para gestionar los síntomas psicofísicos del trastorno depresivo (en algunos casos, por ejemplo, se utiliza la hipnosis del sueño).
Tipos de hipnosis en la intervención psicoterapéutica
Durante la planificación de la intervención psicoterapéutica, en función de los objetivos establecidos con el paciente, el especialista puede proponer la hipnosis para explotar los recursos que este mantiene ocultos y facilitar el cambio. En psicología, la hipnosis se ha desarrollado en diversos tipos, como:
- La hipnosis regresiva, que se basa en la recuperación de experiencias pasadas, que suelen haber sido eliminadas y que se definen como la causa del trastorno. Mediante la sugestión, el psicólogo lleva al paciente a un estado de relajación extrema para tratar de recordar y revivir acontecimientos pasados.
- Autohipnosis, una forma de hipnosis autoinducida. El paciente es capaz de concentrarse de forma autónoma en una sola idea, palabra o imagen para crear un estado de trance capaz de modificar su comportamiento.
Existen también otras formas de hipnosis que no están reconocidas oficialmente, como la hipnosis de masas, una forma de sugestión basada en la exposición a estímulos continuos que se supone que crean un pensamiento común basado en percepciones que se convierten en colectivas, capaces de cambiar y orientar las opiniones y elecciones del individuo.
La hipnosis según Freud
Freud utilizó la hipnosis como su primer instrumento terapéutico. El objetivo de la hipnosis freudiana es la eliminación del síntoma: el psicólogo asume una posición directiva, ordena al paciente que caiga en hipnosis profunda y actúa sobre la desaparición del síntoma. Además, también actúa sobre el inconsciente para devolver a la conciencia los traumas reprimidos. Sin embargo, decidió no practicarla.
Pero, ¿por qué Freud abandonó la hipnosis?
Durante su práctica clínica, Freud llegó a la conclusión de que no todos los pacientes pueden ser hipnotizados. De hecho, aún mostrando predisposición a la hipnosis, algunos individuos presentan un núcleo que se resiste a la técnica; por lo tanto, no es accesible y a veces no corresponde a experiencias reales. Por último, como su práctica es directiva, para Freud dar órdenes al paciente es contraproducente a efectos terapéuticos.
La hipnosis ericksoniana
La hipnosis ericksoniana toma su nombre de su fundador, el psiquiatra Milton Erickson, que considera el trance como un fenómeno natural con estados de concentración intensos y espontáneos que caracterizan a toda persona en la vida cotidiana.
Un ejemplo es conducir un coche: ¿cuántas veces te ha pasado de llegar a un lugar mientras conduces sin darte cuenta de cómo has llegado hasta allí? Es probable que, en ese momento, te encontraras en un estado de trance.
Milton Erickson sitúa en el centro de su práctica la capacidad del individuo para alcanzar un estado de pérdida de conciencia parcial. La hipnosis ericksoniana utiliza un método no directivo, de hecho el paciente se considera un participante activo y el psicólogo pierde parte de su autoridad.

Técnicas de hipnosis
Existen varias técnicas de hipnosis empleadas por los expertos en esta práctica, por ejemplo:
- La hipnosis a distancia: el experto y el paciente se sitúan a una distancia que no permite la comunicación directa pero que, con la ayuda de un instrumento y la práctica, se desarrolla en un contexto público.
- El affect bridge o "puente afectivo": una técnica de hipnosis regresiva que consiste en reconectar una experiencia presente con el pasado a través de una emoción común.
- La hipnosis pendular: una técnica de hipnosis muy conocida que se utiliza para centrar la atención del paciente, que cae lentamente en un trance profundo.
Psicoterapia e hipnosis
En psicoterapia, la hipnosis se utiliza para ayudar a los pacientes a tomar conciencia de su potencial con el fin de mejorar su estado de bienestar. Por lo tanto, se trata de un enfoque basado en una relación de colaboración entre el paciente y el psicólogo.
Para que la sesión de hipnosis sea eficaz, el entorno terapéutico debe prepararse ad hoc: debe ser tranquilo, sin estímulos visuales ni sonoros y debe estimular la relajación.
Asimismo, el paciente debe poder confiar en el psicólogo o psicóloga y en el procedimiento, lo que significa que debe establecerse una sólida alianza terapéutica antes de proceder a la hipnosis. Es muy importante explicar al paciente lo que le espera y abordar cualquier prejuicio o temor.
¿Qué ocurre durante una sesión de hipnosis? El proceso hipnótico consta de tres fases:
- preparación,
- trance terapéutico,
- ratificación del cambio.
La técnica de la hipnosis puede aplicarse a numerosos problemas de salud mental, como:
- trastornos de ansiedad,
- trastornos depresivos,
- problemas de sueño,
- trastornos de estrés postraumático,
- adicciones.
Hipnosis para la ansiedad
La hipnosis puede utilizarse para superar fobias y para numerosos problemas de ansiedad. En el tratamiento de las fobias, por ejemplo, al imaginar la situación que genera ansiedad durante durante el trance hipnótico, es posible que esta se vuelva gradualmente más familiar y manejable.
Cuando esa situación se produzca en la realidad, será más fácil afrontarla. La hipnosis puede utilizarse para:
- los ataques de pánico,
- los ataques de ansiedad,
- la ansiedad social.
Hipnosis para la autoestima
La hipnosis guiada también puede utilizarse en procesos de crecimiento personal. Con el uso de metáforas creadas específicamente para cada persona es posible aumentar la autoestima aprendiendo a centrarse en uno mismo, sus capacidades y recursos.
Hipnosis para superar traumas
La hipnosis es útil para reducir el nivel de ansiedad asociado a un acontecimiento o estado traumático. Los recuerdos dolorosos se rememoran y gradualmente se hacen manejables. A veces se confunde la hipnosis con otra técnica muy utilizada en el tratamiento del trauma: la terapia EMDR.
La diferencia entre hipnosis y EMDR radica en que la hipnosis se basa en la sugestión a través de técnicas tanto directivas como no directivas, que llevan al sujeto a un estado de trance, mientras que en la terapia EMDR, el sujeto sigue la producción y el procesamiento de pensamientos relacionados con el trauma sin el uso de la sugestión y el trance.
Hipnosis para dormir
Aunque no se trata de un estado de sueño, sino de concentración profunda, la hipnosis se utiliza para tratar el insomnio porque ayuda a la relajación tanto física como mental, aliviando la tensión y la ansiedad que provocan dificultades para conciliar el sueño.
Hipnosis para dejar de jugar
El trance hipnótico con personas con ludopatía actúa sobre las creencias que mantienen la adicción y les impulsan a seguir jugando. La intervención se desarrolla actuando sobre motivaciones específicas del paciente, con el objetivo de ayudarle a modificar creencias disfuncionales.
Hipnosis para dejar de fumar y beber
Con el uso de la hipnosis, se aprende a reformular los pensamientos. En general, la hipnosis puede utilizarse para tratar las adicciones. Por ejemplo, cuando uno tiene una adicción al tabaco o al alcohol, la persona está acostumbrada a responder automáticamente a un estímulo asociado con el impulso de la conducta adictiva.
Mediante la técnica hipnótica, se activan los recursos mentales necesarios para cambiar estos procesos automáticos negativos. En otras palabras, uno se pregunta si realmente tiene el impulso de fumar o beber, y presta más atención a sus impulsos.
Hipnosis para los trastornos alimentarios
A través del trance, aumentan los niveles de sugestionabilidad y también se puede intervenir en las actitudes hacia la comida que la persona desea cambiar. De hecho, al reforzar la capacidad de la persona para afrontar momentos de estrés y falta de control, la hipnosis puede ser útil en el tratamiento de ciertos trastornos alimentarios.
Hipnosis sexual
A través de estudios (Araoz, 2005) realizados en hombres con disfunción eréctil y mujeres con vulvodinia, se ha comprobado que la hipnosis puede ser útil para el tratamiento de algunos problemas sexuales.
Esto se consigue mediante el uso de la inducción hipnótica para reducir la tensión y, al conseguir un nivel adecuado de relajación, cambiar la imagen sexual del paciente promoviendo la autoeficacia y la sensación de autocontrol.
Hipnosis y terapia del dolor
En general, la hipnosis se utiliza para gestionar el dolor y contribuir así al tratamiento de dolencias físicas (hipnosis clínica). De hecho, a través de la relajación, se reducen los niveles de tensión y estrés en pacientes con enfermedades graves que provocan dolor físico.
Recientemente, la técnica hipnótica también se ha introducido para controlar el dolor de las mujeres que dan a luz. Mediante la autohipnosis, las parturientas son capaces de gestionar el dolor del parto.

Psicoterapia, psicología e hipnosis: los efectos en el paciente
¿Qué le ocurre al paciente en estado de hipnosis? Durante el trance hipnótico, el paciente puede acceder mejor a los mecanismos que regulan su comportamiento, vencer más fácilmente las resistencias y acceder así al contenido inconsciente.
El paciente en estado de hipnosis puede:
- Cambiar su percepción del mundo externo, es decir, percibir estímulos que no son reales, no percibir o distorsionar las percepciones de los estímulos existentes creando ilusiones.
- Cambiar su experiencia sensorial interna, es decir, aumentar o disminuir las sensaciones procedentes del interior del cuerpo (como el ritmo respiratorio, el calor o el ritmo cardíaco).
¿Existen peligros de la hipnosis?
Una persona hipnotizada es una persona activa y consciente, se encuentra en un estado de relajación y no de sueño, capaz de actuar según sus percepciones. La mente de la persona que experimenta la hipnosis está abierta y no limitada.
La visión clásica de la hipnosis convertida en un espectáculo y utilizada como un juego de manos en los programas de televisión con fines de entretenimiento es diferente. Muchas de las ideas equivocadas que existen sobre la hipnosis surgen precisamente del mal uso del trance: el miedo surge de la creencia de que el hipnotizador es capaz, de algún modo, de apoderarse de la psique y el cuerpo de la persona hipnotizada y hacer que realice acciones inconscientemente.
Asimismo, cabe destacar que no presenta efectos secundarios, salvo dolencias temporales como dolores de cabeza o de espalda. Siempre hay que tener en cuenta que cualquier técnica hipnótica debe ser realizada por profesionales especializados que puedan saber si el sujeto está predispuesto al trance.
Hacer terapia psicológica con hipnosis
Hemos visto cómo la hipnosis, practicada como técnica psicoterapéutica por profesionales especializados (que saben cómo hipnotizar a una persona y gestionar los efectos de esta práctica), puede ayudar al sujeto a tomar conciencia de su potencial con el fin de mejorar su estado de bienestar.
El coste de una sesión de hipnosis puede variar, pero en algunos casos puede reducirse, por ejemplo, si las sesiones se realizan con una psicóloga o psicólogo online. De hecho, puede que la hipnosis ni siquiera se practique en persona, lo importante es que el psicólogo que practica la hipnosis esté acostumbrado a la gestión de la terapia de hipnosis online.