En este artículo, abordamos el tema que dio lugar al nacimiento del psicoanálisis: el inconsciente. En este breve pero interesante viaje hablamos de su fundador, Sigmund Freud, así como de otros filósofos, analistas y terapeutas que, antes y después de él, investigaron el inconsciente humano.
¿Qué es el inconsciente?
Para explicar el significado de inconsciente, empecemos por su etimología: el término procede del latín inconscius, que significa "lo que está fuera de la conciencia".
En psicología, la palabra inconsciente denota más o menos lo mismo, es decir, un "deseo o comportamiento no percibido por la conciencia, involuntario".
Breve historia del inconsciente
“Los poetas y filósofos descubrieron el inconsciente antes que yo. Lo que yo descubrí fue el método científico que nos permite estudiar el inconsciente”. — Sigmund Freud
El inconsciente antes de Freud
Ilustres personalidades influyeron en Freud sobre el tema. Mencionamos algunas de ellas:
- Leibniz, en 1600, es el primer filósofo que introduce el concepto de pensamientos inconscientes al hablar de pensamiento inconsciente, es decir, de percepciones que pueden producir "cambios reales en el ánimo humano”.
- Schelling, filósofo del Idealismo alemán, planteó la hipótesis de que el cerebro inconsciente es una vía para captar el Absoluto: solo el Arte, actividad creadora que conecta Espíritu (conciencia) y la Naturaleza (inconsciente) es capaz de captar plenamente el significado del Absoluto.
- Para Schopenhauer, la mente inconsciente —ese "impulso misterioso y oscuro"— es la verdadera causa del comportamiento humano. Todas nuestras acciones, incluso las más éticas, son el resultado de una voluntad cósmica irracional de la que los individuos somos meros ejecutores.
- Por último, para comprender cómo Nietzsche entiende el pensamiento inconsciente, basta con esta cita: "Los hombres se desconocen a sí mismos y viven todos juntos en una niebla de opiniones impersonales y semipersonales". Según Nietzsche, la razón y el intelecto son meros instrumentos a merced de los instintos inconscientes.
El inconsciente para Freud
Sigmund Freud (1856-1939), neurólogo y psiquiatra vienés, situó el inconsciente en el centro de su interés clínico y, a partir de sus estudios sobre la histeria (junto con sus colegas Charcot y Breuer), dio origen a la revolucionaria "cura por la palabra", que condujo al nacimiento del psicoanálisis.
La histeria generaba verdaderos síntomas psicosomáticos en los pacientes, en su mayoría mujeres, como semiparálisis o ceguera temporal, sin que se produjera un hallazgo orgánico en el examen médico.
Freud planteó la hipótesis de que el origen de los síntomas se encontraba en recuerdos traumáticos inconscientes demasiado perturbadores y, por tanto, inaceptables para la conciencia. Estos recuerdos, en forma de impulsos y deseos, presionaban para salir a la luz, lo que generaba en las pacientes un conflicto entre la conciencia y el inconsciente.
En las sesiones de análisis, Freud permitía a los pacientes sacar a la luz el inconsciente, al principio utilizando técnicas como la hipnosis y después sobre todo:
- la asociación libre,
- la interpretación de los sueños,
- la transferencia del paciente (es decir, el "transporte emocional" que el paciente experimenta en la sesión hacia el analista y que se hipotetizaba que era una repetición de los patrones relacionales del paciente con sus figuras parentales).
El concepto de inconsciente después de Freud
Después de Freud y la invención del psicoanálisis, muchos otros psicólogos ilustres han reelaborado el concepto de inconsciente de Freud: en aras de la brevedad mencionaremos sobre todo a Jung y a Lacan.
Carl Gustav Jung, para muchos el heredero del padre del psicoanálisis, completó la definición de Freud con la noción de inconsciente colectivo.
Según la psicología de Jung, además de nuestro inconsciente individual existe un inconsciente colectivo formado por estructuras innatas, los arquetipos, que son universales, es decir, idénticos para todos en todas las culturas. Los arquetipos nos permiten responder a las grandes angustias y acontecimientos de especial impacto en nuestras vidas (como el nacimiento, la muerte, el amor, las relaciones con el padre y la madre), y nos ayudan a procesarlos.
El psicoanalista francés Jacques Lacan definió el inconsciente como un lenguaje que hay que interpretar y descifrar. Citando sus palabras:
“El inconsciente es el capítulo censurado de la historia del individuo”.
Haría falta cientos de artículos sobre Lacan, dado que su pensamiento complejo, pero nos limitaremos a incluir una última y provocadora cita:
“Un individuo normal es el que se pone en la posición de no tomarse en serio gran parte de su propio diálogo interior”.
Cómo funciona el inconsciente y cómo se comunica
El funcionamiento del inconsciente es diferente del de las demás instancias de nuestra psique. Por ejemplo, en el territorio del inconsciente no se aplican los principios de la lógica, como el principio de no contradicción, ni el concepto de tiempo.
¿Cómo se comunica el inconsciente? La parte inconsciente del cerebro se comunica de muchas formas, como:
- el cuerpo,
- el comportamiento,
- la voz,
- la escritura,
- los gestos,
- los actos omitidos,
- los olvidos,
- los lapsus,
- los sueños.
Y si las formas en que se manifiesta son variadas, los contenidos que transmiten esas expresiones también son potencialmente infinitos, ya que son la suma de significados ocultos, deseos profundos y emociones reprimidas.
.jpeg)
Diferencia entre inconsciente, subconsciente y preconsciente
En una primera fase, Freud utiliza la metáfora del iceberg para hablar del inconsciente, el subconsciente y el preconsciente como tres "zonas" diferentes de la mente. Según Freud, es la remoción lo que las mantiene separadas. El concepto de inconsciente coincidía, por tanto, con el de "reprimido".
Según Freud, el inconsciente es la parte más profunda e irracional de nuestra psique, en la que se depositan todos los recuerdos sustraídos a nuestra conciencia y, por supuesto, las pulsiones. Freud definió la pulsión como:
"el representante psíquico de los estímulos que se originan en el interior del cuerpo" (La represión, 1915: Vol. 8: 36-48).
Las pulsiones inconscientes pueden resurgir a través de síntomas que la persona no consigue explicar (como la ansiedad y el dolor psicosomático) o, de forma menos grave, volviendo a la conciencia en sueños, lapsus y de las formas mencionadas anteriormente.
El subconsciente es esa zona inconsciente de nuestra mente cuyos recuerdos solo pueden resurgir cuando se estimulan, como ocurre cuando no recordamos el nombre de un conocido al que no vemos desde hace años.
El término "subconsciente" lo utilizó por primera vez Janet, un psiquiatra que inspiró a Freud en su trabajo clínico y significa todo lo que está por debajo del nivel de conciencia. Por eso a menudo se confunde inconsciente y subconsciente, pensando que son lo mismo.
Conviene recordar que Freud propondría otra famosa descripción de nuestra psique caracterizada por tres nuevos "lugares": Ello, Yo y Superyó. En esta nueva formulación de su teoría, el inconsciente deja de ser un lugar psíquico para convertirse en una "cualidad" del funcionamiento de nuestra mente.
El inconsciente cognitivo
El inconsciente cognitivo es un concepto introducido por la neurociencia entre los años ochenta y noventa del siglo pasado. Inspirado en estudios sobre el poder de persuasión que ejercían ciertos mensajes publicitarios, este concepto se refiere a nuestra memoria implícita, es decir, la parte de nuestros recuerdos que influyen inconscientemente en nuestros pensamientos y comportamientos.
Un ejemplo son aquellas actividades que realizamos por automatismo, como conducir, coger una pelota o montar en bicicleta, y que podemos llevar a cabo incluso mientras estamos ocupados pensando en otra cosa o en medio de una conversación.
¿Qué ocurre cuando el inconsciente “toma el control”?
Mirar hacia dentro con introspección y escuchar al inconsciente no siempre es fácil. El inconsciente puede condicionarnos en nuestra vida relacional e impedirnos, por ejemplo, crear vínculos significativos con los demás.
Un ejemplo de ello es el llamado "complejo de la madre muerta" mencionado por el psicoanalista André Green, según el cual la depresión materna en los primeros meses de vida de un niño produce una experiencia similar al duelo, una herida narcisista que también persiste a nivel inconsciente en la edad adulta.
Para comprender el inconsciente, puede ser útil observar nuestra vida cotidiana. Necesidad de control, tristeza, frustración, sentimientos de ira, insomnio, pérdida y aumento de peso, ataques de pánico o de ansiedad aparentemente sin relación con la situación que estamos viviendo pueden ser espías que señalan una lucha entre el consciente y el inconsciente. En estos casos puede ser útil buscar la ayuda de un psicólogo, que puede ayudarnos a descubrir qué está pasando.
.jpeg)
La psicología del inconsciente: cómo entender el comportamiento inconsciente a través de la psicoterapia
Para comprender mejor la mente consciente e inconsciente, la psicología puede ayudarnos.
Conocer el inconsciente y captar el significado de lo que comunica es uno de los objetivos primordiales de la psicoterapia, que al intentar responder por qué se manifiesta un síntoma y por qué lo hace de esas formas concretas, puede reconducir (entre otras cosas) al yo inconsciente hacia la causa de esas manifestaciones.
La relación entre nuestra parte inconsciente y otros aspectos de nuestra vida, como las relaciones familiares, los traumas sin procesar y, más en general, los mecanismos de defensa (como la sublimación) que ponemos en marcha sin saber exactamente por qué lo hacemos, pueden ser cuestiones que se analicen a través de un proceso terapéutico.
Con la ayuda de un psicólogo o psicóloga es posible explorar el subconsciente y el inconsciente en un espacio seguro, acogedor y sin juicios, en el que se pueden examinar nuevas soluciones y cambios que permitan una adaptación más eficaz y creativa a la realidad. Si lo necesitas, en Unobravo, te ayudamos a encontrar tu psicólogo o psicóloga online.
.jpeg)




