El apoyo psicológico a las personas LGBTQIA+

El apoyo psicológico a las personas LGBTQIA+
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Annalisa de Pretis
Redacción
Psicoterapeuta con orientación centrada en la persona
Unobravo
Artículo revisado por nuestra redacción clínica
PUBLICADO EL
11.6.2025
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Durante las últimas décadas, cada vez se le ha prestado más atención a los retos psicológicos y emocionales que enfrentan las personas que forman parte de la comunidad LGBTQIA+. A pesar de todo lo que se ha avanzado con el paso de los años, las personas que pertenecen a esta comunidad pueden experimentar en su día a día diversos factores de estrés, entre los que se incluye la discriminación, los prejuicios y la marginalización, que pueden influir en su bienestar psicológico.

Salud mental y comunidad LGBTQIA+: algunos datos

Algunos estudios recientes (Ipsos, 2024) sugieren que la población LGBTQIA+ representa una parte importante de la sociedad, con una prevalencia estimada de en torno al 11 % de la población adulta mundial y también española.

A pesar de esta prevalencia, persisten importantes disparidades en materia de salud mental dentro de esta comunidad en comparación con la población general. Por ejemplo, las personas LGBTQIA+, al estar sometidas al llamado minority stress, tienen un mayor riesgo de desarrollar depresión y ansiedad que el resto de la población, con tasas de prevalencia que pueden llegar a duplicar las de la población general.

Según diversos estudios (Hong Cai et al., 2024), la prevalencia de la depresión mayor en personas LGBTQIA+ está en torno al 32,2 %. Lo que pone de relieve la importancia de proporcionar prevención y tratamientos adecuados para los miembros vulnerables de esta comunidad.

Asimismo, las personas de la comunidad LGBTQIA+ pueden experimentar trastornos específicos relacionados con la identidad de género y la orientación sexual, como la disforia de género. Precisamente en referencia a los avances que se han producido dentro de la comunidad científica, cabe mencionar que en el DSM-5-TR se han actualizado los criterios diagnósticos de la disforia de género mediante la introducción de un lenguaje más inclusivo y menos medicalizado.

Las personas LGBTQIA+ también presentan una mayor prevalencia de comorbilidad, es decir, la presencia simultánea de dos o más trastornos (Wang, J et. al, 2007). Es importante señalar que la discriminación, los prejuicios y la falta de apoyo social pueden, por ejemplo, contribuir significativamente a elevar los niveles de estrés mental y el riesgo de suicidio.

La importancia del apoyo psicólogo

Con base en las estimaciones disponibles, resulta evidente la importancia de un apoyo psicológico sensible y competente en este contexto. Los profesionales de la salud mental pueden desempeñar un papel esencial ayudando a crear un entorno seguro, acogedor y sin prejuicios para las personas LGBTQIA+, ofreciendo apoyo emocional, estrategias de afrontamiento o coping y recursos adecuados para hacer frente a los retos que puedan surgir, relacionados con su identidad de género u orientación sexual.

En concreto, el acompañamiento psicológico puede ayudar a las personas a:

  • explorar y comprender mejor su identidad,
  • afrontar la discriminación que venga de fuera,
  • procesar posibles traumas,
  • mejorar su bienestar emocional y psicológico.

Mediante la terapia es posible desarrollar un mayor sentimiento de autoaceptación y pertenencia, lo que contribuye a reducir el riesgo de depresión, ansiedad y otros trastornos.

Es fundamental que los profesionales adopten un enfoque tenga en cuenta las experiencias únicas del individuo y los retos específicos que afronta la comunidad LGBTQIA+, para garantizar que todo el mundo tenga acceso a los recursos necesarios para alcanzar un buen estado de bienestar psicológico y vivir una vida satisfactoria y auténtica.

La relación de ayuda con las personas LGBTQIA+

Al igual que para cualquier persona que solicite apoyo psicológico, lo primero que resulta fundamental es que se pueda instaurar una relación basada en la confianza y la aceptación entre el paciente y el psicólogo o psicóloga. Independientemente del enfoque psicológico que elija el profesional, se considera que el elemento central de una relación de ayuda siempre es la calidad de la relación en sí misma.

En concreto, el enfoque en el trabajo que se realiza con personas LGBTQIA+ debería ser sensible, respetuoso y culturalmente competente. A continuación mencionamos algunos aspectos especialmente relevantes que nunca deberían faltar:

Aceptación incondicional

El profesional tiene que ser capaz de acoger y aceptar a la persona LGBTQIA+ sin juzgarla y sin prejuicios hacia su identidad de género o su orientación sexual. Esto permite crear un entorno seguro en el que la persona pueda sentirse libre para expresarse abiertamente.

Empatía

Para poder ser eficaz, la forma de ser (Rogers C., 1980) del psicólogo debe empatizar con las experiencias específicas que la persona LGBTQIA+ le cuenta relativas a la discriminación, los prejuicios o la falta de comprensión por parte de los demás. Sin embargo, esta comprensión también debe expresarse para que la persona pueda sentirse efectivamente acogida por el profesional.

Sensibilidad cultural y lingüística

El psicólogo debe conocer las particularidades culturales, lingüísticas y sociales de la comunidad LGBTQIA+ y adaptar su lenguaje y comportamiento en función de las mismas. Esto incluye el uso de terminología inclusiva y respetuosa, así como la posibilidad de entender plenamente el significado de las experiencias que pueden vivir las personas transexuales, queer, intersexuales y de otras identidades y orientaciones de género.

Enfoque sin prejuicios y respetuoso con la diversidad

El profesional debe respetar la diversidad dentro de la comunidad LGBTQIA+ y reconocer que no existe una sola experiencia. Cada persona es única y la tarea del psicólogo o psicóloga es la de aceptar a cada persona con su propia historia, emociones y vivencias. Esto significa estar abiertos a las experiencias individuales que cada persona puede afrontar en función de su identidad de género, orientación sexual, edad y contexto cultural, entre otros aspectos.  

Relación colaborativa

Por último, no hay que olvidarse de que, dentro de la relación de ayuda, el trabajo se lleva a cabo junto a la persona. Por lo tanto, hay que acordar los objetivos y compartir las estrategias de intervención. Involucrar activamente a la persona en el proceso terapéutico fomenta la autonomía y el sentimiento de control sobre su vida, desde una óptica del derecho a la autodeterminación.

Para que se den estos aspectos que caracterizan la relación, es especialmente central y de fundamental importancia que el psicólogo o psicóloga no solo esté adecuadamente formado, sino que también sea lo suficientemente consciente de sus ideas personales, prejuicios y contradicciones ideológicas que, en caso de ser inconscientes, podrían entrometerse en la relación y sabotear su eficacia.

Por eso, para poder trabajar desde la ciencia y la conciencia, el profesional debe hacer uso de ciertas herramientas de reflexión y autoconocimiento como la psicoterapia personal, la supervisión y la intervisión.

El trabajo clínico con la comunidad LGBTQIA+

Existen muchas motivaciones que pueden llevar a un paciente a buscar ayuda para su bienestar psicológico.

En el trabajo con personas LGBTQIA+, algunas de estas cuestiones son sin duda más frecuentes. Teniendo en cuenta la discriminación que sigue existiendo hoy en día, por ejemplo, es posible que se requiera una intervención específica para tratar cualquier trauma que la persona haya podido sufrir. De hecho, las personas LGBTQIA+ pueden estar más expuestas al ostracismo, el acoso, la violencia o el rechazo familiar precisamente por su orientación sexual o identidad de género.

El apoyo para salir del armario es otra de las razones que pueden llevar a un paciente a acudir a un profesional. Salir del armario es un momento muy importante en la vida de muchas personas, pero puede ir acompañado de ansiedad, miedo al rechazo y preocupación por las reacciones de los demás (familia, amigos, compañeros).

Como profesionales de la salud mental, es importante ofrecer apoyo durante este periodo ayudando a las personas a explorar sus sentimientos y desarrollar estrategias para afrontarlo. A veces puede ser útil, por ejemplo, construir juntos un plan que tenga en cuenta los recursos de la persona, sus dificultades potenciales y su contexto vital. Ayudar al paciente a desarrollar técnicas de comunicación eficaces también puede tener efectos positivos.

También es posible que se busque ayuda psicológica para mejorar la autoaceptación, que puede ser compleja debido a prejuicios interiorizados o la falta de apoyo social.

Además, es habitual que el psicólogo tenga que colaborar con otras entidades que se ocupen del bienestar psicológico de la comunidad LGBTQIA+. En estos casos, es importante conocer los recursos disponibles a nivel local o regional, como grupos de apoyo, centros de asesoramiento y organizaciones de derechos, para poder derivar a las personas a estos recursos en busca de apoyo adicional, y ayudarles a desarrollar un mayor sentimiento de pertenencia.

Bibliografía
Este contenido es de tipo divulgativo y no puede reemplazar el diagnóstico de un profesional. Artículo revisado por nuestra redacción clínica

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