Abejas, arañas, hormigas, cucarachas... Los insectos pueden provocar cierta sensación de asco por su aspecto decididamente característico. Sin embargo, para algunas personas, el asco se convierte en una verdadera fobia, un miedo irracional e incontrolable que desencadena reacciones físicas y psicológicas de cierta intensidad, y que puede llegar a perjudicar la vida cotidiana.
En este artículo, examinaremos más de cerca el miedo a los insectos que, en casos de trastorno fóbico, se convierte en una verdadera fobia a los insectos o entomofobia.
¿Qué es la fobia a los insectos?
En psicología, la fobia a los insectos se denomina entomofobia. La etimología de la palabra entomofobia tiene raíces griegas y deriva de la combinación de entomòs (insecto) y phobos (miedo). Por lo que, literalmente el término entomofobia significa “miedo a los insectos”.
La entomofobia es una forma de zoofobia y, al igual que la aracnofobia, es uno de los miedos a los animales clasificados en el DSM-5 como fobia específica dentro de los trastornos de ansiedad.
¿Por qué tenemos miedo a los insectos?
La entomofobia puede tener varias causas, como muchos otros tipos de fobias. Detrás del miedo a los insectos hay dos razones fundamentales:
- Una razón "prehistórica": muchos estudios sugieren la hipótesis de que las fobias tienen sus raíces en la evolución humana. Al fin y al cabo, el miedo es una emoción muy útil porque permite al cuerpo y a la mente reaccionar rápidamente ante una situación percibida como peligrosa. Probablemente exista una cierta herencia evolutiva y, como afirman algunos, incluso genética en lo que respecta a las fobias (Shimada-Sugimoto et al., 2015).
- Una razón psicológica: entre las causas psicológicas de la entomofobia puede estar un trauma, quizás vivido en la infancia, o una situación que la persona solo ha observado y no vivido en primera persona pero que, aún así, le ha dejado huella. Puede producirse el llamado aprendizaje vicario, es decir, el que surge al observar el comportamiento de otras personas. Por ejemplo, el miedo a los insectos en los niños puede deberse a una entomofobia previa de los propios padres.

Síntomas de la entomofobia
¿Cómo reconocer la entomofobia? Ahora que sabemos por qué los insectos provocan miedo, vamos a averiguar si hay algún síntoma al que podamos asociar un diagnóstico de fobia y no solo de miedo o asco. Al igual que otros tipos de trastornos fóbicos, la entomofobia se manifiesta con síntomas físicos y psicológicos, como:
- Síntomas físicos: sudoración, taquicardia y aumento de la tensión arterial, náuseas y mareos.
- Síntomas psicológicos: ataques de ansiedad, rumiación, ataques de pánico y evitación de situaciones en las que se puede "correr el riesgo" de encontrarse con el objeto fóbico.
Recordemos que, para que se trate de una fobia, la persona debe experimentar consecuencias en su propia vida. En el caso de la entomofobia, por ejemplo, la fobia irracional a los insectos puede llevar a la persona a no tener contacto con la naturaleza; lo cual puede hacer que no pasee por el parque, el jardín o el bosque por miedo a ver siquiera un insecto.
Miedo exagerado a los insectos: significado
Sobre todo si no se trata de un trauma vivido en primera persona (como, por ejemplo, ser atacado por un enjambre de abejas), la entomofobia puede ocultar un miedo a lo desconocido y, por tanto, suscitar la idea de que probablemente se trate de algo peligroso. Pero, ¿por qué el ser humano tiene miedo a los insectos?
Los insectos son animales que, a lo largo de los siglos, han sido investidos de un vasto y variado simbolismo: en la Biblia leemos que una de las plagas de Egipto fue la invasión de langostas, símbolo de destrucción y del poder del mal.
Los grillos, los escarabajos y las moscas tenían un significado negativo similar, mientras que algunos de los insectos considerados "positivos" podrían ser las abejas, símbolo de laboriosidad, o las mariquitas, todavía hoy símbolo de buena suerte. El significado psicoanalítico de esta fobia hay que buscarlo, por tanto, a partir de lo que el insecto simboliza para la persona que lo teme.
Con una representación negativa tan arraigada, no es de extrañar que la reputación de muchos insectos haya sido siempre la de animales a los que temer o repeler, incluso por su estructura física. A la vista de un insecto, una persona que padece entomofobia puede experimentar:
- fobia a sentir que le roza o le toca un insecto,
- miedo a los insectos bajo las sábanas o en casa,
- miedo al zumbido de los insectos,
- fobia a los insectos en los oídos,
- miedo a matar insectos.
En resumen, una persona que sufra entomofobia puede experimentar el trastorno fóbico como algo realmente incapacitante y, por la breve lista que acabamos de ver, parece que no puede existir un lugar favorable a la entomofobia, si tenemos en cuenta la amplia presencia de numerosas especies de insectos.
Pero, ¿cuáles son los insectos más temibles? ¿Cómo se llama el miedo a las hormigas? ¿Cómo se llama el miedo a los bichos?
Fobia a los insectos: ¿a todos o solo a algunos?
Hemos visto qué es la entomofobia y los síntomas, pero dentro de la propia fobia, existen una serie de declinaciones que definen la fobia hacia un insecto concreto. Así, una persona puede padecer:
- Papilofobia: fobia a las mariposas.
- Blatofobia: fobia a las cucarachas
- Mirmecofobia: fobia a las hormigas.
Además, se puede tener fobia a los insectos voladores, a los insectos grandes o pequeños, a los insectos que pican y fobia a los insectos ortópteros, incluidos los saltamontes, los grillos y las langostas.

Entomofobia: ¿tiene cura?
Al igual que ocurre con otras muchas fobias como la agorafobia, la megalofobia, la fobia a vomitar, el miedo a las palabras largas o incluso miedos que no son exactamente fobias como la tripofobia, la solución más eficaz es la terapia psicológica.
La terapia individual, mediante el uso de técnicas de psicoterapia como la exposición gradual, tiene como objetivo guiar a la persona hacia un manejo diferente de la ansiedad que provoca la fobia. Las sesiones con un profesional pueden ayudar a la persona a entender qué hay detrás de su fobia y cómo no tener miedo a los insectos.
También se han desarrollado diversos test de ansiedad específicos para la entomofobia, como el de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA).
Cómo ayudar a los niños con miedo a los insectos
Como hemos visto, los insectos pueden provocar reacciones de miedo y asco incluso en niños pequeños. El miedo a los insectos en los niños se manifiesta en conductas de evitación, pero también en reacciones como el llanto, el encerrarse en sí mismos y el silencio. A la vista del animal, los niños pueden tener una reacción de "bloqueo" o huida. Pero, ¿cómo pueden superar los niños el miedo a los insectos?
Los padres pueden ser de gran ayuda para los niños que tienen miedo a los insectos, en primer lugar fomentando el conocimiento de su función dentro de nuestros ecosistemas. Explicar cómo se comportan los insectos en su hábitat natural puede eliminar las creencias irracionales que alimentan el miedo.
Asimismo, los adultos pueden ayudar a los niños a superar su miedo a los insectos validando sus emociones y, al mismo tiempo, animándoles a afrontar las situaciones temidas: "Entiendo que tengas miedo, es cierto que los grillos pueden saltar, pero no te harán daño. Vamos a verlos juntos".
Cuando limita las actividades cotidianas, la fobia a los insectos en los niños llega a ser incapacitante. El niño puede, por ejemplo, negarse a ir a jugar al parque por miedo a encontrarse con el insecto temido. En estos casos, la ayuda de los padres puede no ser suficiente.
Un psicólogo o psicóloga especializada en el tratamiento de fobias puede hacer que el niño supere gradualmente la fobia a los insectos y conviva con ella.




