La identidad profesional se está convirtiendo en un componente cada vez más importante para las personas. El trabajo está pasando de ser un agotador medio de subsistencia, a convertirse en un espacio de realización y afirmación.
Esto hace que se cargue de nuevos significados, con profundos vínculos con la autoestima y el sentimiento de identidad, y que se convierte también en fuente de profundos temores. En este artículo, abordamos qué es la ergofobia o miedo al trabajo, cuáles son sus características, sus causas, síntomas y posibles estrategias para afrontarla.
¿Qué es la ergofobia?
El término ergofobia deriva de dos palabras griegas: ergon (trabajo) y phobia (miedo). Se utiliza para designar una fobia específica que adopta la forma de un miedo irracional y constante al trabajo y a las responsabilidades asociadas al mismo. Aunque no tiene cabida en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5-TR) editado por la Asociación Americana de Psiquiatría, es una afección cada vez más observada.
La ergofobia puede expresar un impacto específico en la vida personal y profesional presentándose en forma de:
- miedo a empezar un nuevo trabajo,
- miedo a no estar a la altura,
- ansiedad relacionada con el entorno laboral,
- miedo a cometer errores,
- miedo a perder oportunidades profesionales y de crecimiento.
Las causas de la ergofobia entre factores individuales y ambientales
Las situaciones estresantes o traumáticas vividas en el entorno laboral pueden ser causas ambientales de la ergofobia. Haber experimentado situaciones de mobbing (fenómeno que implica el aislamiento, la desvalorización del trabajador mediante la alienación y la asignación de tareas degradantes), una presión excesiva con énfasis en el rendimiento y el desempeño o acontecimientos traumáticos (discriminación, despido y burnout) pueden favorecer la aparición de este tipo particular de fobia.
En cuanto a los factores individuales, el desarrollo de la ergofobia puede verse influido por características personales como la predisposición a rasgos ansiosos, la sensibilidad al juicio de los demás y la dificultad para mantener un equilibrio adecuado entre la vida laboral y personal.
La fobia al trabajo produce comportamientos de evitación que desencadenan un círculo vicioso con consecuencias sobre la autoestima y la percepción de no estar a la altura. Cuanto mayor es la tendencia a eludir tareas y objetivos, mayor es la sensación de inadecuación.

¿Cómo reconocer la ergofobia? Síntomas del miedo al trabajo
Entre los principales síntomas que permiten reconocer esta fobia específica se incluyen:
- ansiedad y ataques de pánico;
- taquicardia, sudoración y temblores;
- tensión y estrés;
- dificultad para concentrarse;
- irritabilidad e insomnio;
- comportamientos de evitación con aumento del absentismo y pérdida de autoestima hasta el punto de renunciar al trabajo.
Si la presencia de estos síntomas se prolonga en el tiempo, puede ser útil consultar a un profesional de la salud mental para una investigación más profunda; como un psicólogo con experiencia en temas laborales o un psicólogo para fobias.
¿Cuáles son las herramientas para evaluar la presencia y el impacto de la ergofobia?
Los profesionales de la salud mental así como los médicos generalistas o especialistas (por ejemplo, un médico del trabajo o un psiquiatra) pueden evaluar la presencia de síntomas relacionados con la ergofobia mediante una entrevista clínica. El diálogo con el profesional es útil para:
- permitir la recogida de la anamnesis;
- profundizar en los aspectos personales y relacionales, los puntos fuertes y débiles individuales y el contexto laboral;
- poner de relieve los posibles síntomas y detectar su gravedad;
- analizar el contexto laboral con respecto a posibles condiciones de estrés, mobbing o conflictos.
También pueden administrarse pruebas específicas para investigar cuestiones que hayan surgido durante la entrevista. Se han diseñado cuestionarios y escalas de autoevaluación para medir diversos aspectos de la preocupación y el estrés relacionados con el trabajo, que proporcionan datos concretos y objetivos.
Por ejemplo, el CBI (Copenhagen Burnout Inventory) puede revelar signos de agotamiento emocional relacionado con el trabajo, mientras que otros instrumentos pueden ayudar a cuantificar el nivel de preocupación social o relacionada con el rendimiento.
La evaluación clínica mediante entrevistas e instrumentos de cribado puede permitir reflexionar sobre el estado de ansiedad relacionada con el trabajo para comprender si se trata de un episodio aislado y contingente o de una fobia.

¿Cómo reconocer la ergofobia? Síntomas del miedo al trabajo
Entre los principales síntomas que permiten reconocer esta fobia específica se incluyen:
- ansiedad y ataques de pánico;
- taquicardia, sudoración y temblores;
- tensión y estrés;
- dificultad para concentrarse;
- irritabilidad e insomnio;
- comportamientos de evitación con aumento del absentismo y pérdida de autoestima hasta el punto de renunciar al trabajo.
Si la presencia de estos síntomas se prolonga en el tiempo, puede ser útil consultar a un profesional de la salud mental para una investigación más profunda; como un psicólogo con experiencia en temas laborales o un psicólogo para fobias.
¿Cuáles son las herramientas para evaluar la presencia y el impacto de la ergofobia?
Los profesionales de la salud mental así como los médicos generalistas o especialistas (por ejemplo, un médico del trabajo o un psiquiatra) pueden evaluar la presencia de síntomas relacionados con la ergofobia mediante una entrevista clínica. El diálogo con el profesional es útil para:
- permitir la recogida de la anamnesis;
- profundizar en los aspectos personales y relacionales, los puntos fuertes y débiles individuales y el contexto laboral;
- poner de relieve los posibles síntomas y detectar su gravedad;
- analizar el contexto laboral con respecto a posibles condiciones de estrés, mobbing o conflictos.
También pueden administrarse pruebas específicas para investigar cuestiones que hayan surgido durante la entrevista. Se han diseñado cuestionarios y escalas de autoevaluación para medir diversos aspectos de la preocupación y el estrés relacionados con el trabajo, que proporcionan datos concretos y objetivos.
Por ejemplo, el CBI (Copenhagen Burnout Inventory) puede revelar signos de agotamiento emocional relacionado con el trabajo, mientras que otros instrumentos pueden ayudar a cuantificar el nivel de preocupación social o relacionada con el rendimiento.
La evaluación clínica mediante entrevistas e instrumentos de cribado puede permitir reflexionar sobre el estado de ansiedad relacionada con el trabajo para comprender si se trata de un episodio aislado y contingente o de una fobia.

¿Qué pueden hacer las empresas y los empleadores?
Las instituciones, organizaciones, empresas y empleadores pueden desempeñar un papel fundamental a la hora de ayudar a crear y mantener un entorno de trabajo caracterizado por el bienestar.
La formación se convierte en una valiosa herramienta para que las personas conozcan los riesgos relacionados con el estrés, para fomentar formas adecuadas de comunicación y relación entre compañeros y para prevenir situaciones de conflicto, sobrecarga y presión.
Trabajar es agotador, pero... no debería dar miedo
Es indudable que el peso del trabajo en la vida de las personas ha cambiado. Ya no es solo el trabajo cotidiano, sino una dimensión fundamental del desarrollo de la identidad. Por eso el trabajo puede cargarse de presiones, miedos y preocupaciones que pueden desembocar en una auténtica fobia.
Reconocer los síntomas de un miedo irracional y persistente relacionado con el trabajo puede ser fundamental para activar los recursos necesarios para afrontar una condición delicada desde el punto de vista psicológico.
Un proceso de terapia psicológica puede favorecer la creación de un espacio de escucha empática en el que profundizar en las fortalezas, los puntos críticos individuales, los recursos y los límites del contexto laboral; así como analizar los pensamientos y representaciones disfuncionales que favorecen la aparición de la ansiedad.
Recuperar la sensación de bienestar en el trabajo es fundamental porque el trabajo cansa, pero no debe dar miedo.



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