El complejo de Edipo representa una etapa muy importante en el desarrollo psíquico y sexual del niño. Sigmund Freud tomó prestada de la mitología griega la expresión "complejo edípico", concretamente de la tragedia de Sófocles Edipo Rey.
Este es uno de los muchos casos en los que la psicología toma prestada la mitología para explicar el funcionamiento de la psique humana, como en el caso del narcisismo, el síndrome de Casandra o el síndrome de Medea. Pero, ¿qué tiene que ver esta historia con la formación de la identidad? En este artículo exploramos cómo afecta el complejo de Edipo a la formación de la personalidad a nivel individual y, sobre todo, a nivel relacional.
¿Qué es el complejo de Edipo?
En psicología, la teoría psicoanalítica de Freud utilizó el complejo de Edipo para explicar el desarrollo psicosexual y de la personalidad.
En pocas palabras, el significado del complejo de Edipo se refiere al deseo y la atracción que experimenta el niño por el progenitor del sexo opuesto, combinados con el rechazo y la hostilidad hacia el progenitor del mismo sexo, que se convierte entonces en su rival y empieza a competir con él. Se trata de un proceso inconsciente y, sobre todo, saludable. Por lo general, el complejo de Edipo comienza en torno a los dos años y medio y suele resolverse a los siete.
Complejo de Edipo: el mito
Veamos de dónde procede el mito de Edipo y su complejo.
Edipo es el nombre del protagonista de una de las tragedias más famosas de la literatura griega. Se cuenta que Layo y Yocasta, gobernantes de Tebas, angustiados por la falta de un heredero, consultaron al oráculo de Delfos. La revelación fue que si tenían un hijo, este mataría a su padre y se casaría con su madre. Sin embargo, Layo y Yocasta engendraron a Edipo.
Para evitar que se cumpliera la profecía, ordenaron a un criado que abandonara al niño en una montaña. Un viajero encontró el bebé y lo llevó a los gobernantes de Corinto, quienes decidieron criarlo como si fuera suyo. Cuando se hizo adulto, Edipo se enteró de que el rey de Corinto no era su verdadero padre. Fue en busca de la verdad y también recurrió al oráculo, que no le reveló quiénes eran sus verdaderos padres, pero también le predijo que un día mataría a su padre y se casaría con su madre.
Para escapar a ese destino, Edipo no regresó a Corinto y viajó a Tebas. En el camino se encontró con un carro, conducido por el propio Layo. Edipo no obedeció la orden de dejar pasar al rey y se produjo un conflicto que desembocó en el asesinato de Layo por parte de Edipo. La primera parte de la profecía se había cumplido. Tras haber matado a su padre, al que nunca había conocido, Edipo continuó su camino hacia Tebas, donde se encontró con la Esfinge, que planteaba un acertijo a todos los transeúntes. En caso de que lo resolvieran, se suicidaría, de lo contrario se los comería.
La adivinanza decía: ¿qué ser vivo tiene cuatro patas por la mañana, dos por la tarde y tres por la noche? Tras meditarlo, Edipo comprendió el acertijo y respondió que era el hombre, que cuando nace se arrastra a cuatro patas, luego camina sobre dos piernas y en la vejez se apoya en un bastón. La enfurecida Esfinge se suicidó y Edipo fue considerado el libertador de la ciudad de Tebas, y como recompensa recibió en matrimonio a la reina viuda, su madre Yocasta. La terrible profecía se había cumplido hasta el final.
El complejo de Edipo y el complejo de Electra
El complejo de Electra no es otra cosa que la forma en que el psicoanalista Carl Gustav Jung adaptó el complejo de Edipo de Freud al femenino y explicó las diferencias en la evolución psicosexual de ambos géneros.
Jung se inspiró en el nombre de la heroína griega que, para vengar a su padre traicionado y luego asesinado, hizo matar a su madre. El complejo de Electra, reflejo del complejo de Edipo, también hace referencia al deseo de la niña de poseer al padre y a la experiencia de los celos y la competencia que influyen en la relación entre madre e hija.
En el complejo de Electra, la niña, al no tener pene, no entra en conflicto y no sufre por el miedo a la castración, sino por la frustración de no tenerlo. Esto hace que vea a la madre como un rival por la posesión del padre y, a su vez, como responsable de haberla creado sin pene. Para referirse al complejo de Electra no superado y a lo que ello conlleva, los medios de comunicación utilizan a menudo el término daddy issues.

El complejo de Edipo para Freud
Podemos leer acerca de la teoría de Freud sobre el complejo de Edipo en el libro Tres ensayos sobre teoría sexual de 1095. Para Freud, el complejo de Edipo forma parte de una relación triangular (madre-padre-hijo) y la resolución de este "triángulo" determina la personalidad del niño. Para entender lo que cambia en el niño con la edad, veamos las fases en las que se desarrolla y resuelve el complejo de Edipo según Freud:
- Fase oral (de los 0 a los 18 meses): es la fase de la lactancia y de la succión, y por lo tanto de la posesión del objeto por vía oral. La libido pasa por la boca, el medio por el que el niño conoce el mundo exterior y se nutre.
- Fase anal (de los 18 meses a los tres años): es la fase del control de los esfínteres y de la expulsión de sustancias del cuerpo a través de los excrementos. El desarrollo de la autoestima y de la autonomía está asociado a esta fase, en función de la capacidad de controlar la defecación.
- Fase fálica (de los 3 a los 5/6 años): el niño toma conciencia del pene y de la oposición entre los dos sexos, descubre su propio órgano genital y comienza a temer la cólera del padre y la castración como castigo.
En la última fase del complejo de Edipo de Freud se habla también del complejo de castración, que acompañará al niño en el periodo de latencia posterior. En dicho periodo, empezará a imitar a su padre para evitar repercusiones y preservar sus órganos genitales, y acabará identificándose con él y viéndolo como un ejemplo de fuerza y virilidad. Según Freud, con la desaparición del complejo de Edipo, el niño comienza a desarrollar su propia identidad sexual, y entra así en la pubertad y, por último, en la fase genital.
De hecho, según Freud, la energía sexual no existe solo en los adultos sino también en los niños, aunque de forma diferente, y en las fases edípicas esta libido crece y evoluciona. Las funciones que Freud atribuye a esta etapa fundamental del desarrollo son:
- la resolución de los sentimientos de ambivalencia que se experimentan hacia ambos padres y el consiguiente descubrimiento de un objeto de amor y la identificación en un ideal;
- la asimilación de la autoridad paterna y la aceptación de la prohibición del incesto;
- el acceso a los genitales y la aceptación del propio sexo;
- la constitución de las diversas instancias psíquicas, especialmente la del superyó.
Por eso, para Freud, la forma en la que se concluye el complejo de Edipo es importante para el desarrollo de la personalidad en la edad adulta.
Cuáles son las consecuencias de un complejo de Edipo no superado
Tras la fase fálica, si la relación con la figura materna o paterna sigue sin resolverse, es decir, si el niño sigue teniendo una relación simbiótica con la madre y conflictiva con el padre, puede producirse una neurosis infantil que puede tener consecuencias en la edad adulta y, sobre todo, en futuras relaciones íntimas.
Por ejemplo, una de las causas de no superar el complejo de Edipo es que falte la autoridad paterna o que la figura paterna esté ausente y no haya nadie que ayude al niño a poner límites a su deseo. Otra causa podría estar vinculada a la relación entre el complejo de Edipo y el narcisismo: una madre que mantiene a su hijo atado a sí misma, lo idealiza y lo utiliza como aliado contra el padre, podría impedir que desarrolle una personalidad autónoma. En estos casos, el niño puede convertirse en una proyección narcisista de las necesidades insatisfechas del progenitor.
Síntomas del complejo de Edipo en niños
Los niños con un complejo de Edipo no superado pueden mostrar posesividad hacia el progenitor del sexo opuesto, y exigir cercanía y atención, o pueden impedir el contacto físico entre ambos progenitores, entrometerse en su intimidad, desobedecer y mostrarse agresivos hacia el progenitor del mismo sexo, que se convierte en su principal rival.
El complejo de Edipo en la adolescencia
Sin embargo, en la adolescencia y en los primeros años de la edad adulta todavía pueden observarse algunos síntomas de un complejo de Edipo no resuelto, como una cercanía exagerada a la madre o al padre. Por ejemplo, se da prioridad a las actividades juntos en lugar de con los amigos o la pareja.
En la edad adulta, el complejo de Edipo también presenta entre sus síntomas la dependencia de uno de los progenitores, que puede extenderse a varios ámbitos, como el económico-profesional y el social-relacional. Un síntoma puede ser la ansiedad en la adolescencia, que hace que busquen muchos consejos y aprobación del progenitor del que les cuesta desprenderse.

El complejo de Edipo no resuelto: síntomas en adultos
Algunas de las consecuencias de un complejo de Edipo no resuelto en el adulto son:
- la rabia reprimida,
- la tendencia a idealizar al otro,
- la incapacidad para comunicarse y mostrar afecto con una actitud de contradependencia,
- los trastornos de la personalidad,
- los problemas de sexualidad.
A menudo, la búsqueda de una pareja está salpicada de fracasos y decepciones amorosas y se tiene la impresión de pasar de una relación tóxica a otra. Además, pueden manifestarse dificultades en el proceso de desvinculación de la familia y, por tanto, en la construcción de la propia autonomía e independencia. En estos casos, acudir a un psicólogo puede ser el primer paso para comprender mejor el origen de las dificultades que se experimentan. Hoy en día, esto puede hacerse desde la comodidad desde casa a través de la terapia psicológica online.
Complejo de Edipo: cómo superarlo
El complejo de Edipo tiende a resolverse espontáneamente. Empieza a disminuir cuando el niño se da cuenta de que no puede seducir a su madre y empieza a identificarse con su padre, con el que deja de entrar en conflicto y al que, por el contrario, empieza a imitar y a adoptar sus comportamientos.
¿Cómo se puede ayudar al niño a superar el complejo de Edipo?
Los padres desempeñan un papel fundamental a este respecto. Es importante que tengan cierta autoridad a la hora de poner límites a los deseos del niño para permitir el desarrollo normal de su autonomía, sin ejercer una manía controladora de prohibiciones excesivas. En general, el complejo de Edipo puede superarse si la relación entre los dos progenitores y la relación entre ellos y el niño han sido suficientemente buenas, afectuosas y han estado caracterizadas por límites y roles bien definidos.
La familia actual y las dinámicas familiares ya no son lo que Freud describió a partir del complejo de Edipo, que parece que solo puede existir y superarse en una familia tradicional, con madre, padre e hijos viviendo bajo el mismo techo. Desde hace varios años, la aparición de nuevos escenarios y nuevas formas de familia (monoparental, extensa, reconstruida y homoparental) ha puesto en tela de juicio la formulación psicoanalítica clásica del complejo de Edipo y plantea retos cada vez mayores, que atañen tanto a la psicología infantil y a los psicólogos como a los padres, niños y adolescentes de hoy.