En los últimos años, el creciente interés por el bienestar psicológico y la dinámica de las relaciones ha llevado a muchas personas a toparse con artículos, publicaciones y reels que hablan del narcisismo. Este tema, tan actual y discutido, suele suscitar preguntas profundas y el deseo de comprenderse mejor a uno mismo y a los demás.
El narcisismo es un trastorno de la personalidad que puede manifestarse de diferentes formas, entre ellas el narcisismo grandioso y el narcisismo encubierto. Estas dos modalidades, aunque comparten algunas raíces comunes, se expresan de maneras muy diferentes y pueden afectar profundamente a la calidad de las relaciones y al bienestar personal.
En este artículo exploramos las diferencias entre el narcisismo grandioso y el narcisismo encubierto, centrándonos en este último: analizamos sus características, las consecuencias que puede tener en la vida cotidiana y en las relaciones, y el papel de la terapia psicológica. Con el objetivo de ofrecer una visión clara y tranquilizadora a quienes deseen comprender mejor estas dinámicas o estén pensando en emprender un proceso de crecimiento personal.
El narcisista encubierto o vulnerable en psicología
En psicología, el término narcisismo se utiliza de dos maneras. Por un lado, indica un amor propio sano, que nos permite cuidar de nosotros mismos y encontrar un equilibrio en las relaciones. Por otro lado, se refiere a un amor propio excesivo, que hace que nos centremos únicamente en nuestras propias necesidades, excluyendo las de los demás.
Según el DSM-5(Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), los rasgos centrales del trastorno narcisista de la personalidad se manifiestan a través de:
- un grandioso sentido de la importancia y la singularidad,
- demanda excesiva de admiración,
- envidia,
- falta de empatía,
- explotación de las relaciones interpersonales,
- actitudes arrogantes y engreídas.
Estos aspectos solo representan una de las dos caras del narcisismo. De hecho, podemos distinguir entre narcisismo grandioso y narcisismo encubierto, dos modalidades que difieren en la forma en que la persona vive y manifiesta su necesidad de reconocimiento.
- El narcisismo grandioso se expresa de forma evidente a través de un comportamiento expansivo y una búsqueda constante de atención.
- El narcisismo encubierto o narcisismo vulnerable, es más difícil de reconocer: se manifiesta con fragilidad, sensibilidad al juicio y una grandiosidad oculta, que a menudo se traduce en actitudes tímidas e inhibidas.
El narcisismo encubierto, a menudo recibe menos atención social, pero aún así puede generar una profunda angustia en quienes lo experimentan y requerir el apoyo de profesionales de la salud mental.
En ambos casos, el narcisismo puede verse como una respuesta a la baja autoestima, los sentimientos de inadecuación y la inseguridad personal. A menudo, la persona intenta potenciar su autoimagen mediante estrategias que, sin embargo, no conducen a un bienestar real (Ghezzani, 2017). Además, en el narcisismo desadaptativo surgen dificultades para construir relaciones auténticas y recíprocas que no tengan como único objetivo confirmar el propio valor personal.
Narcisismo encubierto en la práctica clínica
¿Te has preguntado alguna vez si una persona con narcisismo encubierto es consciente de sus propias dificultades? En muchos casos, la toma de conciencia se produce cuando las estrategias compensatorias que se utilizan para proteger la autoestima dejan de funcionar y prevalece una sensación de vulnerabilidad o una fuerte discrepancia entre las expectativas y la realidad (Ellison et al., 2013).
En el narcisismo encubierto, los sentimientos de vulnerabilidad, inseguridad e inadecuación suelen estar más cerca de la conciencia. Esto está en consonancia con los estudios que sugieren que las características vulnerables del narcisismo patológico, a diferencia de las grandiosas, se asocian con un mayor recurso al tratamiento psicoterapéutico, lo que hace que la persona sea más propensa a buscar ayuda (Fossati et al., 2014).
Durante la terapia, pueden emerger inicialmente aspectos del dolor, mientras que la grandiosidad oculta tiende a manifestarse solo en una fase posterior, cuando se ha establecido una alianza terapéutica sólida. Para el psicólogo, reconocer los rasgos característicos del narcisismo encubierto es crucial para trabajar de forma específica y fomentar un cambio real y duradero.
Diferencias principales entre el narcisismo encubierto y el narcisismo grandioso
Cuando la gente habla de narcisismo, suele pensar en un comportamiento llamativo y en una búsqueda constante de atención. Sin embargo, como ya hemos mencionado, el narcisismo grandioso y el narcisismo encubierto representan dos formas muy diferentes de experimentar la misma fragilidad subyacente. Comprender estas diferencias puede ayudar a reconocer dinámicas que a veces permanecen invisibles incluso para quienes las experimentan de primera mano.
Las personas que manifiestan un narcisismo grandioso tienden a:
- Mostrar extroversión y confianza en sí mismas: buscan ser siempre el centro de atención, exhibiendo sus logros y cualidades.
- Desear admiración explícita: necesitan recibir confirmación y elogios de los demás de forma directa.
- Reaccionar mal ante las críticas: pueden responder con ira o desprecio cuando se sienten desafiadas.
Por el contrario, las personas que experimentan un narcisismo encubierto (o narcisismo vulnerable) se caracterizan por:
- Ser introvertidas e hipersensibles: temen ser juzgadas y criticadas, por lo que suelen preferir mantenerse distantes para no exponerse.
- Asumir una actitud de víctima: a menudo se sienten incomprendidas o desafortunadas, y buscan atención a través de la queja o la pasividad.
- Cultivar fantasías ocultas de grandeza: alimentan en su interior un sentimiento de superioridad o deseos de éxito, pero no lo expresan por miedo a sentirse heridas o decepcionadas.
Estas diferencias no siempre son fáciles de captar, pero pueden marcar la diferencia en la forma de vivir las relaciones y de afrontar la fragilidad.
Narcisista encubierto: características y comportamiento
¿Cómo se puede reconocer a una persona con narcisismo encubierto? En el narcisismo grandioso, la grandiosidad es evidente y manifiesta. En cambio, en el narcisismo encubierto o vulnerable, esta dimensión permanece oculta.
A menudo, quienes manifiestan narcisismo encubierto viven con importantes sentimientos de inferioridad y vergüenza. La hipersensibilidad a la crítica hace difícil tolerar más golpes a la autoestima, que se defiende a toda costa. La adopción de un estilo relacional inhibido y retraído sirve precisamente para protegerse de la exposición social que podría comprometer su imagen o no reflejar sus expectativas (Pincus et al., 2009).
Cómo se construye la personalidad narcisista vulnerable
No existe una respuesta única y definitiva a por qué una persona desarrolla una personalidad narcisista, ya sea manifiesta o encubierta. La personalidad se construye a lo largo del tiempo, mediante la interacción de factores que interactúan y se modifican entre sí: genéticos, biológicos, ambientales y culturales. La comunidad científica reconoce la existencia de factores protectores y predisponentes que pueden influir en este proceso.
En el caso del narcisismo encubierto, la calidad de las relaciones en la infancia con los cuidadores desempeña un papel central. Los padres que son capaces de comunicarse abiertamente y estar emocionalmente presentes fomentan el desarrollo de una autoestima sólida, que ayuda a afrontar los retos de la vida.
Por el contrario, la investigación ha demostrado que la tendencia de los padres hacia el control psicológico y la frialdad emocional se asocia con el desarrollo de un narcisismo vulnerable (Drozek y Unruh, 2020). Estas interacciones pueden llevar al niño a construir visiones exageradas y narcisistas de sí mismo como un intento de protegerse de los sentimientos de rechazo y devaluación.
En estos casos, el niño puede buscar la atención positiva de los demás para compensar la falta de calidez afectiva (Kernberg, 1975). La tendencia de los padres a sobrevalorar las cualidades de sus hijos también puede contribuir a una autoestima frágil, dependiente de la retroalimentación externa y asociada a mayores niveles de narcisismo (Brummelman et al., 2015).
Consecuencias del narcisismo encubierto
El narcisismo encubierto puede tener un profundo impacto tanto en quienes lo experimentan como en quienes les rodean. Las consecuencias se reflejan en diversos aspectos de la vida cotidiana, desde las emociones hasta las relaciones.
Para quienes manifiestan narcisismo encubierto, las consecuencias más frecuentes pueden ser:
- Sentimientos persistentes de vacío, insatisfacción y envidia hacia los demás.
- Altos niveles de ansiedad social y tendencia al aislamiento, lo que puede dificultar la petición de ayuda.
- Sentimientos depresivos, a menudo relacionados con la distancia entre las propias fantasías de grandeza y la realidad percibida.
- Dificultades para establecer y mantener relaciones auténticas y satisfactorias, con el riesgo de sentirse siempre "fuera de lugar".
Para quienes se relacionan con una persona con narcisismo encubierto (pareja, amigos, familiares), las consecuencias pueden incluir:
- Confusión emocional: alternar entre el victimismo y la exigencia puede hacer que sea difícil entender la naturaleza de la relación.
- Culpabilidad: se puede experimentar la sensación de no hacer nunca lo suficiente, lo cual hace que la persona se sienta a menudo inadecuada.
- Agotamiento emocional: la necesidad constante de reafirmación y la gestión del comportamiento pasivo-agresivo pueden resultar muy agotadoras.
- Dudas sobre la propia percepción: las manipulaciones sutiles pueden hacer que la persona se cuestione a sí misma y su salud mental.
El narcisista encubierto en las relaciones
El narcisismo encubierto puede generar un malestar significativo, especialmente en las relaciones cercanas. Quienes experimentan esta condición suelen encontrarse inmersos en un difícil intento de reconciliar su visión negativa de sí mismos, marcada por la vergüenza y la sensación de inadecuación, con la imagen ideal de éxito y reconocimiento que les gustaría alcanzar. Este esfuerzo se traduce a veces en:
- sentimientos de desvalorización,
- sentimientos de culpa,
- rabia,
- experiencias depresivas.
Las relaciones personales pueden convertirse en un instrumento para obtener el tan ansiado reconocimiento, de manera que acaban perdiendo autenticidad y espontaneidad. En estos casos, el placer de compartir corre el riesgo de disiparse en la relación y esta puede convertirse en una fuente de ansiedad.
El narcisista encubierto en el amor
En el contexto afectivo, el narcisista encubierto en el amor puede parecer devoto y servicial, pero su modo relacional suele estar marcado por una sutil manipulación y una necesidad constante de confirmación. A diferencia del narcisista grandioso, que se impone con arrogancia y grandiosidad, el narcisista encubierto adopta estrategias más sutiles para ganar atención y validación, como:
- la victimización,
- hacer que la otra persona se sienta culpable,
- utilizar la distancia emocional.
En el narcisismo encubierto, la sexualidad se puede vivir con distanciamiento y utilizarse como herramienta para reforzar el propio sentido de valía o para ganar control en la relación. A menudo se alternan momentos de aparente implicación con fases de frialdad emocional.
Quienes se relacionan con una persona con narcisismo encubierto pueden sentirse a menudo infravalorados o acusados de no querer o valorar lo suficiente a su pareja. Dentro de la familia, la profunda dificultad para empatizar puede complicar la construcción de relaciones auténticas y libres de manipulación.
El narcisista encubierto en el trabajo
Incluso en el lugar de trabajo, la dinámica puede ser similar: la persona puede parecer insegura o reservada, pero actuar con competitividad pasiva, evitando la confrontación directa e intentando desacreditar a los demás con manipulaciones sutiles o asumiendo el papel de "víctima" para obtener ventajas. Estos comportamientos pueden crear relaciones profesionales cargadas de ambigüedad e inseguridad emocional.
El apoyo de la terapia psicológica en el narcisismo encubierto
La terapia para el narcisismo encubierto comienza con una escucha empática y auténtica de las experiencias relatadas por la persona, con el objetivo de atribuir significado a las vivencias y reconstruir las causas que mantienen la baja autoestima y la continua necesidad de validación externa.
Las intervenciones terapéuticas suelen orientarse a fomentar la conciencia de los sentimientos negativos relacionados con el yo y a potenciar la capacidad de gestionar de forma autónoma las experiencias percibidas como amenazadoras para el ego (Kohut, 1971).
Dentro de una relación terapéutica segura, el profesional puede promover la mentalización, es decir, la capacidad de reflexionar sobre estados mentales complejos en relación con la propia experiencia emocional y la de los demás (Fonagy et al., 2002).
El apoyo de un profesional también puede ser valioso para quienes se relacionan con personas que manifiestan narcisismo encubierto. Manejar la relación con un narcisista encubierto requiere conciencia, límites claros y un trabajo interior profundo. Es importante reconocer las dinámicas manipuladoras y no dejarse atrapar por la culpa o la ilusión de que es posible "salvar" a la otra persona.
Si te reconoces en estas dinámicas o vives en una relación que te causa dolor, buscar apoyo psicológico puede ser un primer paso valioso para comprenderte mejor a ti mismo y tu forma de ser con los demás. Un proceso terapéutico con un psicólogo o psicóloga con experiencia en relaciones puede ofrecer un espacio seguro en el que explorar emociones, experiencias y comportamientos, fomentando una mayor conciencia y bienestar personal.
