Cuando una persona está enamorada, suele pensar que es un sentimiento destinado a durar para siempre. Por supuesto, no faltan los retos en el vínculo y los problemas de pareja, sobre todo si tenemos en cuenta que vivir una vida a dos significa esforzarse para que las cosas funcionen y duren mucho tiempo.
Para que la relación de pareja crezca y evolucione, requiere un compromiso constante por parte de ambos. Esto puede significar trabajar en la escucha, atender las necesidades del otro (sin olvidar las propias) y hacer concesiones por el bien de la pareja.
Pero, ¿qué ocurre cuando se acaba una relación amorosa? A veces, podemos percibir algunas señales de desamor, normalmente acompañadas de la sensación de que ya no sentimos lo mismo o no queremos a esa persona, que ponen en entredicho la relación.
Pero, ¿podemos hablar realmente de "síntomas de desenamoramiento"? ¿Existen señales de desamor? ¿Cómo podemos saber si una relación ya no funciona? ¿Cuáles son los signos del fin de una relación amorosa? ¿Cuánto dura el enamoramiento? ¿Es posible desenamorarse?
¿Puede un test decirte si lo que sientes son síntomas de desenamoramiento?
¿Por qué en un momento determinado de una relación nos encontramos diciendo "ya no estoy enamorado", "ya no estoy enamorada"? ¿Cómo podemos saber si seguimos enamorados? Es fácil encontrar en Internet test que pretenden ayudar a entender cuándo termina una relación, o cómo saber si uno sigue amando.
Estos test suelen prometer respuestas concretas a preguntas como "¿se ha acabado de verdad el enamoramiento?" y plantean cuestiones como las siguientes:
- Cómo saber si aún quiero a esa persona.
- Cuáles son las señales de que no estás enamorado/a.
- Cómo saber cuándo se acaba un matrimonio/pareja.
Este tipo de pruebas deben interpretarse, por supuesto, de forma lúdica y no como un análisis psicológico serio y profesional.
Es cierto que hay algunas señales que indican que una pareja no funciona o que la relación podría estar acabada, pero tienen poco que ver con las pruebas sobre el final de una relación amorosa y mucho más con las modalidades relacionales que ponemos en marcha en nuestra relación con la otra parte.
Desencanto: ¿por qué se acaba el amor?
El desencanto puede manifestarse en diferentes etapas: empieza con la desilusión ante la idea de que la relación pueda mejorar, luego viene el desamor, y en algunos casos termina en indiferencia y apatía.
Sin embargo, cada historia de amor es única y una relación puede terminar por diferentes motivos. Los síntomas de desenamoramiento en una pareja pueden ser de distintos tipos y estar relacionados con la dinámica de la relación entre los miembros de la pareja. Entre ellos, los más comunes pueden ser:
- Falta de diálogo y de compartir: cuando ya no se escucha a la otra persona y no se comparte, hay una carencia de una parte fundamental de cualquier relación y, entre los primeros "síntomas de desenamoramiento", puede estar precisamente la falta de escucha y de compartir.
- Todo se convierte en un defecto: cuando el amor se acaba o se está agotando, surge una cierta intolerancia hacia los defectos (que antes aceptábamos) o se encuentran nuevos.
- Evitar a la otra parte: si pasar tiempo juntos antes era un deseo, cuando "te das cuenta de que se ha acabado" ese deseo desaparece y se prefieren otras actividades y compañía.
- Discusiones a menudo: cualquier problema, por pequeño que sea, se convierte en un obstáculo insalvable que provoca peleas y continuas crisis de pareja.
- Se evita el contacto físico: cuando una relación termina, la sexualidad también puede verse afectada y sexo y amor ya no parecen ir de la mano. Hay una falta de libido y de la intimidad con la otra persona.
Pero, ¿por qué nos "desenamoramos"? Las causas del desamor son extremadamente subjetivas y pueden ser diferentes para cada persona. A menudo, lo que ocurre es que un cambio (puede ser externo o interno a la persona) sacude el equilibrio previo que mantenía unida a la pareja.
En algunos casos puede ser un problema de salud mental el que afecte a la relación; pensemos, por ejemplo, en la depresión y el desamor: la depresión también puede acabar con una relación amorosa. Vivir junto a una pareja con depresión puede, con el tiempo, desgastar la relación hasta el punto de ponerle fin por completo.
Incluso en el caso del TOC de amores, pueden surgir pensamientos que cuestionen los sentimientos de la pareja o los propios. En este caso, sin embargo, se trata de pensamientos intrusivos y obsesivos que pueden surgir de la duda de dejar de querer a la pareja, a menudo alimentados por creencias disfuncionales que pueden desencadenar ataques de ansiedad y controlar la manía.

Cuando se acaba el amor de pareja: consecuencias psicológicas
El dolor emocional que surge del desamor puede provocar trastornos a veces difíciles de afrontar. Desenamorarse, en términos emocionales, también puede significar cuestionar la idea que tenemos del amor, nuestros deseos y la forma en que nos relacionamos con nuestra pareja, dejando espacio a la incertidumbre.
Decirle a la otra persona "se acabó" no siempre es fácil y tomar conciencia de ello puede provocar vergüenza y culpa hacia la pareja, pero también ansiedad, tristeza y un sentimiento de rabia. Aunque no es habitual en parejas que tienen una estabilidad, hay personas que evitan ese momento y acaban haciendo ghosting. El fenómeno ghosting es más habitual en las relaciones incipientes, pero si la persona carece de responsabilidad afectiva, entre otras cosas, podría decidir acabar así su relación.
Pensemos, por ejemplo, en los vínculos duraderos que se rompen por desamor. Haber compartido tanto con una persona y decidir poner fin a una relación puede asustar, sobre todo si la relación se caracteriza por la dependencia emocional.
Es entonces cuando surgen dudas y planteamientos como: "¿Cómo entender si realmente se ha acabado?" o "¿Cómo entender si uno sigue enamorado o es un hábito?", tratando quizás de encontrar, incluso donde no las hay, razones para seguir juntos.
Pero el amor no es sólo sentir mariposas en el estómago y euforia, y el desamor es un acontecimiento que, por doloroso que sea, puede aceptarse y comprenderse.
Después de todo, ¿tendría sentido permanecer en una relación amorosa que ya no nos satisface y conformarnos con migajas de amor? ¿Sería mejor, para no decepcionar ni herir a la pareja, vivir un vínculo que, a la larga, puede experimentarse como una relación tóxica?
Etapas del desenamoramiento en la pareja
El desenamoramiento en la pareja generalmente no ocurre de manera repentina, sino que suele desarrollarse gradualmente y puede dividirse en varias etapas, cada una con sus propias características emocionales y conductuales. Este proceso suele manifestarse como una indiferencia emocional, también llamada desafecto marital o desvinculación romántica (Abbasi & Alghamdi, 2017).
- Desilusión inicial: en esta fase, pueden surgir pequeñas decepciones y la idealización de la pareja comienza a disminuir. Las diferencias, que antes pasaban desapercibidas o se minimizaban, empiezan a tomar relevancia.
- Distanciamiento emocional: se puede experimentar una disminución de la intimidad y de la conexión emocional. Las conversaciones profundas pueden volverse menos frecuentes y puede aparecer una sensación de soledad dentro de la relación.
- Apatía y rutina: la relación puede entrar en una rutina monótona, donde las muestras de afecto y el interés mutuo tienden a disminuir. Es habitual que cada persona centre más su atención en sus propias actividades.
- Indiferencia o rechazo: en la etapa final, puede aparecer una sensación de indiferencia o incluso de rechazo hacia la pareja. Los conflictos no resueltos y la falta de motivación para invertir en la relación suelen hacerse más evidentes.
Comprender estas etapas puede ayudar a identificar en qué momento se encuentra la relación y a tomar decisiones más conscientes sobre el futuro en pareja.
Diferencias entre desenamoramiento y desamor
Aunque a menudo se utilizan como sinónimos, el desenamoramiento y el desamor no son exactamente lo mismo. El desenamoramiento describe un proceso gradual en el que los sentimientos románticos y la atracción emocional pueden disminuir, mientras que el desamor implica la ausencia total de amor o incluso la aparición de emociones negativas hacia la pareja.
- Desenamoramiento: se reconoce por una pérdida progresiva de la pasión y el interés, aunque todavía puede haber respeto y cariño. Es una etapa en la que la relación puede revisarse y, en algunos casos, reconstruirse si ambas personas así lo desean.
- Desamor: indica el final de los sentimientos amorosos y, en ocasiones, la presencia de emociones como la indiferencia, el resentimiento o el rechazo. En este momento, la relación puede verse gravemente afectada.
Diferenciar estos dos conceptos resulta fundamental para comprender el estado actual de la relación y valorar si es posible trabajar en ella o si, por el contrario, puede ser momento de aceptar el final del vínculo.
Cuando ya no se ama: ayuda de la psicología
El final de una relación amorosa puede afectar al bienestar psicológico de los miembros de la pareja, que a menudo experimentan sentimientos de culpa, rabia y tristeza. En estos casos, contar con apoyo profesional puede ser clave para superar una ruptura de forma saludable y evitar que el dolor se cronifique o dé lugar a otros problemas emocionales. ¿Cómo puede ayudar la psicología cuando se acaba el amor?
Existen diversas intervenciones posibles para abordar los desafíos en la relación de pareja. Por ejemplo, la terapia de pareja resulta especialmente útil para:
- identificar las causas subyacentes del malestar,
- iniciar un proceso de toma de conciencia y aceptación,
- promover una comunicación más eficaz entre los miembros,
- fortalecer la autoestima dentro de la relación de pareja.
Cabe señalar que el desafecto marital es una de las principales preocupaciones expresadas por las parejas que buscan este tipo de ayuda (Irum Saeed Abbasi & Alghamdi, 2017).
Por otro lado, la terapia individual puede guiar a la persona a:
- descubrir comportamientos disfuncionales en la relación,
- trabajar el vínculo entre la autoestima y el amor,
- facilitar el proceso de desprenderse de aquello que ya no aporta bienestar emocional.

Estrategias prácticas para afrontar el proceso de desenamoramiento
Afrontar el desenamoramiento en la pareja puede ser un proceso que genera malestar, aunque existen estrategias que pueden acompañar y favorecer una vivencia más saludable de este momento.
- Reconocer y aceptar las emociones: darse el permiso de sentir tristeza, frustración o miedo puede ser el primer paso para procesar el desenamoramiento. Reconocer estas emociones puede contribuir a aliviar el malestar.
- Comunicación honesta: expresar abiertamente a la pareja los cambios en los propios sentimientos puede ayudar a prevenir malentendidos y favorecer una toma de decisiones conjunta y respetuosa.
- Buscar apoyo emocional: compartir lo que se siente con personas de confianza o con un profesional puede aportar claridad y alivio.
- Cuidar de uno mismo: mantener rutinas saludables, realizar actividades que generen bienestar y dedicar tiempo al autocuidado puede ser fundamental para recuperar el equilibrio emocional.
- Reflexionar sobre las expectativas: revisar las propias expectativas sobre el amor y la pareja puede facilitar la comprensión del proceso de desenamoramiento y ayudar a identificar posibles patrones en futuras relaciones.
Estas estrategias no suelen ofrecer una recuperación inmediata, aunque pueden acompañar el proceso hacia una mayor comprensión y bienestar personal.
Ejemplo real: el proceso de desenamoramiento en una pareja
Para ilustrar cómo puede experimentarse el desenamoramiento en una relación de pareja, presentamos un caso ficticio inspirado en vivencias reales, siempre respetando la confidencialidad de las personas involucradas.
María y Javier han compartido más de diez años juntos. En los últimos meses, María ha notado que las conversaciones con Javier se han vuelto más superficiales y que disfruta pasar tiempo sola o con amistades. Aunque no existía un conflicto importante, la distancia emocional entre ambos se ha hecho más notoria. Javier, por su parte, percibía que algo había cambiado, aunque no sabía cómo abordarlo.
Después de varias semanas de reflexión, María decidió compartir sus sentimientos con Javier. Ambos reconocieron que el vínculo entre ellos había cambiado y, aunque seguían valorándose, ya no sentían el mismo amor romántico. Decidieron acudir a terapia de pareja para recibir acompañamiento profesional durante la transición y poder cerrar la relación de manera respetuosa. En estos procesos terapéuticos, es frecuente que uno de los miembros busque terminar la relación de manera segura, mientras que el otro aún espera recuperar el amor perdido, lo que puede dificultar el tratamiento (Abbasi & Alghamdi, 2017).
Este ejemplo muestra que el desenamoramiento puede ser un proceso gradual, donde la comunicación y el apoyo profesional pueden marcar una diferencia significativa en la forma de afrontarlo.
Da el primer paso hacia tu bienestar emocional
Afrontar el desenamoramiento puede ser un proceso que presenta desafíos, y es importante recordar que no tienes que transitarlo solo.
En Unobravo, nuestros psicólogos y psicólogas cuentan con experiencia para acompañarte a comprender tus emociones, tomar decisiones informadas y favorecer tu equilibrio personal. Si sientes que necesitas apoyo para afrontar lo que sientes, puedes dar un primer paso e iniciar el cuestionario para encontrar el psicólogo o psicóloga online más adecuado para ti.



