A veces, se confunde la ilusión con el enamoramiento o con el amor; incluso hay quienes confunden sexo y amor, ¿por qué sucede esto? Es posible que algunas personas no conciban el uno sin el otro, ya que el sexo y el amor están estrechamente relacionados. Sin embargo, mientras hay quienes creen que no pueden separarse y que uno no puede existir sin el otro, también hay personas que tienen muy claro que amor y sexo pueden ir perfectamente cada uno por su lado.
Lo cierto es que pueden ir juntos o por separado. Hay relaciones en las que el sexo y el amor van de la mano, relaciones que son simplemente sexuales, relaciones en las que hay amor sin sexo, o sexo pero no amor por una de las partes (amor no correspondido). De lo que no cabe duda es de que cada persona, dependiendo del momento y de sus necesidades, es libre de buscar sexo y amor juntos o por separado.
Amor, sexo, física y química
Severo Ochoa ya lo dijo en el siglo XX: “El amor es física y química”. Pero, ¿qué pasa con el sexo?
Hay quienes solo le atribuyen al sexo la física, pero en realidad, el sexo y el amor también involucran complejas funciones químicas en nuestro cuerpo, así como la activación de áreas cerebrales específicas y neurotransmisores específicos como los detallados a continuación:
- Dopamina: influye, por ejemplo, en los estímulos relacionados con la motivación y el placer.
- Serotonina: regula el estado de ánimo, entre otras cosas.
- Noradrenalina: influye, por ejemplo, en los latidos del corazón y la sudoración.
- Endorfinas: regulan la sensación de gratificación y nos ayudan a controlar el estrés.
Hay investigaciones que han demostrado que el deseo sexual y el amor activan tanto áreas cerebrales diferentes como un conjunto común de regiones relacionadas con la integración sensorial, la expectativa de recompensa y la cognición social (Cacioppo et al., 2012). Además, se ha identificado un patrón significativo de activación en la ínsula, que va de posterior a anterior, siguiendo una progresión desde el deseo sexual hacia el amor.
Deseo
El deseo es otro elemento que contribuye a la sexualidad y el amor. El psicoanalista J. Lacan teoriza el deseo definiéndolo como una pulsión del inconsciente que atraviesa nuestra identidad y estructura psíquica y que, en cierta medida, define nuestra subjetividad.
Por lo tanto, al intentar establecer una diferencia entre el sexo y el amor, no podemos excluir el deseo como elemento presente en ambos aspectos de la vida.
La diferencia entre hacer el amor y tener sexo
Cuando hablamos de hacer el amor y tener sexo, giran en torno a ellos algunos conceptos erróneos, derivados en su mayoría de una visión romántica de las relaciones:
- El amor y el erotismo no pueden coexistir.
- En el amor la pasión y el sexo no están tan desarrollados.
- El sexo sin amor es el "verdadero" sexo.
- No se puede tener sexo con amor.
Las relaciones sexuales no surgen siempre por el mismo motivo ni tienen el mismo objetivo.
En torno a la pregunta de cuál es la diferencia entre hacer el amor y tener sexo hay mucho escrito y debatido. En resumen, podríamos decir que:
- Hacer el amor se relaciona con el deseo de tener intimidad: algo más allá de lo físico, pues implica compartir más cosas. La intimidad es la capacidad de manifestar los sentimientos de amor, ternura, de dar.
- Tener sexo va ligado a algo más físico: mantener una relación sexual es el contacto físico entre dos personas con el objetivo de dar y/o recibir placer sexual.
La diferencia puede ser más compleja, ya que dos personas pueden estar juntas y mientras una piensa que está teniendo sexo, la otra considera que está haciendo el amor. Aquí entra en juego otro elemento: los sentimientos. Mientras que hacer el amor implica que una persona siente un vínculo emocional y tiene sentimientos hacia la otra, para tener sexo basta el deseo físico y satisfacerlo.
Amor, pareja y sexualidad
Una relación amorosa inicia con el enamoramiento, caracterizado por una intensa pasión e implicación tanto física como emocional, pero después de este primer periodo, ese sentimiento evoluciona hacia formas más profundas de conexión.
Además, la monogamia social en mamíferos está asociada a la acción de hormonas como la oxitocina, que favorece la afiliación selectiva, y la vasopresina, que promueve la defensa selectiva, lo que contribuye a la formación y mantenimiento de vínculos afectivos estables (Carter & Perkeybile, 2018). Así, el amor implica una atención genuina a las necesidades del otro, trascendiendo el placer físico experimentado a través del sexo.
En una relación amorosa también existe la voluntad de planificar, de hacer evolucionar el vínculo hasta convertirlo en algo estable, duradero y basado en una interdependencia sana y recíproca. La dificultad para establecer vínculos profundos y duraderos, por otra parte, podría ser un síntoma de contra-dependencia emocional, que suele ir acompañada de sentimientos de ambivalencia hacia la pareja.
Para que una relación amorosa evolucione, la autoestima afectiva debe estar presente y cultivarse. La pareja se convierte en una "compañera de viaje", una aliada con la que vivir una relación equilibrada.
Cuando falta la autoestima y hay inseguridades, una relación se desliza hacia algo problemático y puede llevar a consecuencias muy desagradables. Es el caso de esas relaciones en las que uno de los dos miembros de la pareja ejerce, por ejemplo, la manipulación emocional y "enjaula" al otro miembro de la pareja en una relación en la que se pueden dar problemas como:
- los celos patológicos,
- las mentiras,
- el gaslighting,
- los sentimientos de culpa.
Algunas relaciones pueden incluso convertirse en relaciones tóxicas.
Asimismo, investigaciones recientes han demostrado que existe una relación negativa significativa entre la capacidad de amar y el comportamiento hipersexual; es decir, a menor capacidad de amar, mayor tendencia a la hipersexualidad (Ciocca et al., 2023), lo que puede agravar aún más la dinámica disfuncional en la pareja.
¿Y el sexo?
El sexo es un elemento importante en la pareja y una pareja puede hacer el amor o tener sexo experimentando diferentes momentos:
- momentos más físicos,
- momentos en los que la parte emocional sea mayor,
- momentos en los que haya un placer por experimentar y exaltar el erotismo.
El sexo, además de proporcionar placer, favorece la liberación de oxitocina y endorfinas, lo que promueve sentimientos y emociones, deseando la proximidad y la intimidad con la pareja. La pasión, el amor y el sexo pueden coexistir. Si bien el sexo es un pilar básico en la relación de pareja, no es el único: la comunicación, el respeto y el compromiso forman parte de toda la ecuación.
Los encuentros sexuales desligados de un compromiso y una relación estable forman parte de nuestra sociedad desde hace tiempo. Sexo y amor ya no tienen por qué ir juntos, pero eso tampoco significa renunciar a encontrar el amor en otro momento de la vida.
Estrategias para mantener la pasión y la satisfacción sexual a largo plazo
Con el paso del tiempo, es común que la intensidad inicial de la pasión cambie, pero existen estrategias que pueden ayudar a mantener viva la conexión entre amor y sexo en la pareja. La satisfacción sexual a largo plazo suele estar relacionada con la capacidad de adaptarse y de reinventar la intimidad. Algunas recomendaciones prácticas incluyen:
- Priorizar el tiempo en pareja: reservar momentos exclusivos para la intimidad, sin distracciones externas, puede fortalecer el vínculo afectivo.
- Explorar juntos nuevas experiencias: probar actividades diferentes, tanto dentro como fuera del dormitorio, puede renovar el deseo y la complicidad.
- Cuidar el bienestar emocional: el estrés, la fatiga o los conflictos no resueltos pueden influir en la vida sexual; abordarlos juntos resulta fundamental.
- Mantener la curiosidad y el juego: adoptar una actitud lúdica y estar abiertos a la novedad favorece la pasión y el disfrute compartido.
Estas estrategias, respaldadas por la evidencia científica, pueden contribuir a que el amor y el sexo continúen siendo fuentes de satisfacción y crecimiento personal dentro de la relación.
Calidad y cantidad en la vida sexual: ¿qué influye más en la satisfacción de pareja?
A menudo se considera que la frecuencia de las relaciones sexuales es el principal indicador de satisfacción en la pareja, aunque la investigación científica indica que la calidad de los encuentros sexuales puede tener un impacto aún mayor. La calidad en la vida sexual abarca aspectos como:
- Conexión emocional: sentirse cercano y comprendido durante el encuentro sexual puede fortalecer el vínculo afectivo.
- Satisfacción mutua: prestar atención al placer y bienestar de la otra persona favorece una experiencia más gratificante para ambas partes.
- Variedad y creatividad: explorar nuevas formas de intimidad puede ayudar a mantener la pasión y a evitar la rutina.
Por eso, poner el foco en la calidad de los momentos compartidos, más que en la cantidad, suele aportar más beneficios para la satisfacción y la estabilidad de la relación.
La comunicación sexual y emocional en la pareja
La calidad de la relación entre amor y sexo suele estar muy vinculada a la comunicación, tanto sexual como emocional, dentro de la pareja. Hablar de manera abierta sobre deseos, límites, expectativas y necesidades puede fortalecer el vínculo y favorecer la satisfacción de ambas personas.
Una comunicación efectiva facilita que cada persona exprese lo que le agrada, aquello que le resulta incómodo y lo que espera de la relación. Esto puede ayudar a prevenir malentendidos y posibles frustraciones. Algunos aspectos importantes para una comunicación saludable en este contexto son:
- Escucha activa: prestar atención a lo que la otra persona comparte, sin juzgar ni interrumpir, puede favorecer la confianza y la apertura.
- Expresión de emociones: compartir sentimientos y mostrar vulnerabilidad ayuda a crear un espacio seguro donde ambas personas pueden mostrarse auténticas.
- Negociación de deseos y límites: conversar sobre lo que cada persona desea o prefiere no experimentar en la intimidad facilita encontrar puntos de acuerdo y respetar las diferencias.
Fomentar este tipo de comunicación puede contribuir no solo a mejorar la vida sexual, sino también a fortalecer el amor y la complicidad en la pareja.
Amor y sexo: ¿qué es lo realmente importante?
El ámbito de la sexualidad es muy amplio e incluye diversas orientaciones (heterosexual, homosexual, demisexual, asexual, etc.), lo que nos permite comprender algo fundamental: no hay una verdad absoluta, no hay un bien o un mal. Lo importante es comprender nuestros sentimientos y saber qué es lo que realmente sentimos por una persona, ya sea una atracción física, emocional o incluso sapiosexual (la atracción hacia la inteligencia de la otra persona).
Lo mismo ocurre con el sentimiento de amor. Cuando no toma giros patológicos, el amor es una fuerza poderosa que puede cambiar nuestras vidas para mejor.
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