Overthinking: qué es, por qué sucede y cómo dejar de pensar demasiado

Overthinking: qué es, por qué sucede y cómo dejar de pensar demasiado
Monica Margiotta
Redacción
Psicóloga con orientación Cognitivo-Conductual
Unobravo
Artículo revisado por nuestra redacción clínica
PUBLICADO EL
9.9.2025
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Todos, en determinados momentos de nuestra vida —que pueden o no estar relacionados con acontecimientos concreto—, podemos encontrarnos inmersos en pensamientos y empezar a pensar demasiado en una situación, un problema o alguna cosa del pasado.

La capacidad de reflexionar es, sin duda, un aspecto fundamental de la psique humana, pero cuando el pensamiento se vuelve excesivo y repetitivo, puede suponer una dificultad. Este fenómeno se denomina overthinking, término que indica el hábito de insistir obsesivamente en pensamientos y preocupaciones, a menudo sin llegar a una solución concreta.

Pero, ¿qué es exactamente el overthinking? ¿Por qué se produce y qué consecuencias puede tener para nuestra salud mental?

En este artículo, nos centraremos en analizar el fenómeno, sus posibles causas y efectos, a la vez que ofreceremos estrategias prácticas que pueden ayudar a gestionarlo y a liberar la mente del pensamiento excesivo.

¿Qué es el overthinking?

El término overthinking puede traducirse como "pensar demasiado" o “darle vueltas a las cosas”. En concreto, se trata de una tendencia a pensar demasiado en situaciones pasadas, presentes o futuras, a menudo con un enfoque negativo. Este comportamiento puede manifestarse de dos formas principales:

  • Cavilaciones: pensamientos repetitivos sobre acontecimientos pasados, errores cometidos o situaciones que no se pueden cambiar.
  • Rumiación: pensamientos obsesivos sobre problemas futuros, escenarios hipotéticos y posibles consecuencias negativas.

Aunque reflexionar de vez en cuando sobre ciertos temas puede ser útil, pensar demasiado puede provocar estrés, ansiedad y bloqueos emocionales.

El overthinking se vuelve problemático cuando dificulta el bienestar mental e interfiere en la vida cotidiana. De hecho, pensar demasiado puede provocar:

  • Aumento de la ansiedad: la incapacidad para dejar de analizar cada detalle puede generar una sensación constante de preocupación.
  • Dificultad para tomar decisiones: el pensamiento excesivo a menudo conduce a una especie de parálisis en la toma de decisiones, lo que complica la elección de un curso de acción.
  • Fatiga mental y física: al cerebro, sobrecargado de información, le cuesta relajarse, lo que genera estrés e insomnio.

Quién suele pensar demasiado

Existen algunas características comunes entre quienes tienden a pensar demasiado. Las personas propensas a darle vueltas a las cosas pueden presentar los siguientes rasgos de personalidad:

  • Perfeccionismo: el miedo a cometer errores puede llevar a un análisis obsesivo de cada decisión.
  • Baja autoestima: las personas inseguras pueden cuestionar sus propias decisiones y acciones.
  • Alta sensibilidad emocional: las personas emocionalmente sensibles tienden a revivir mentalmente las situaciones y a analizarlas al detalle.
  • Tendencia al control: las personas que luchan contra la incertidumbre pueden caer en el pensamiento excesivo, intentando predecir todos los escenarios posibles.
qué es el overthinking
Tima Miroshnichenko -Pexels

Síntomas del overthinking

Pensar demasiado no es un simple hábito mental, ya que puede convertirse en un mecanismo debilitante que afecta al bienestar mental y físico. Cuando los pensamientos se acumulan sin cesar, pueden surgir una serie de síntomas que repercuten en la mente, el cuerpo y el comportamiento. Esto puede tener repercusiones a varios niveles:

Síntomas psicológicos

  • Ansiedad persistente y sensación de preocupación constante, incluso ante situaciones sin importancia.
  • Inseguridad al tomar decisiones, con necesidad constante de confirmación externa.
  • Miedo al fracaso o miedo a la imperfección, que lleva a darle vueltas a cualquier posible error o consecuencia negativa.
  • Dificultad para tomar decisiones, ya que se analizan todas las opciones en exceso sin estar nunca seguro de cuál es la elección correcta.
  • Pensamientos repetitivos e intrusivos, difíciles de controlar y que a menudo interfieren en el desarrollo normal de las actividades cotidianas.

Síntomas físicos

  • Tensión muscular, especialmente en la zona del cuello, los hombros y la mandíbula, debido al estado de sobreactividad mental.
  • Dolores de cabeza frecuentes, a menudo derivados del estrés y la fatiga mental.
  • Insomnio, con dificultad para conciliar el sueño o con despertares nocturnos a causa de los pensamientos que no dejan de rondar por la mente.
  • Fatiga crónica, porque el excesivo trabajo mental drena la energía y dificulta afrontar el día con lucidez.
  • Trastornos gastrointestinales, como tensión abdominal o problemas digestivos, relacionados con la conexión entre la mente y el intestino.

Síntomas comportamentales

  • Procrastinación, es decir, aplazar decisiones o actividades continuamente por miedo a cometer errores.
  • Dificultad para concentrarse, ya que la mente está sobrecargada de pensamientos y no puede concentrarse en el momento presente.
  • Evitación de situaciones estresantes, como conversaciones difíciles o decisiones importantes, por miedo a no estar a la altura de la tarea.
  • Necesidad excesiva de reafirmación, lo que lleva a pedir constantemente aprobación a los demás para aliviar la ansiedad.

Si estos síntomas se vuelven persistentes e interfieren en la calidad de vida, puede ser útil reducir la carga mental y restablecer el equilibrio entre pensamientos y emociones.

¿Por qué se produce el overthinking?

“¿Por qué pienso demasiado las cosas?”“¿Por qué le doy demasiadas vueltas a las cosas?”

El pensamiento excesivo no surge de la nada y suele ser el resultado de situaciones o estados de ánimo específicos que intensifican la tendencia a cavilar y reflexionar. Partiendo de esta premisa, comprender las razones subyacentes de este mecanismo es el primer paso para aprender a gestionarlo.

Existen varias motivaciones y estados de ánimo que favorecen el overthinking, como:

Relaciones amorosas

El amor puede ser un terreno fértil para pensar demasiado, especialmente cuando se experimentan dudas o inseguridades. Por ejemplo: se puede tener tendencia a interpretar cada palabra o comportamiento de la pareja, por temor a que haya un significado oculto. Algunos pensamientos comunes podrían ser:

  • "¿Por qué me ha contestado así?"
  • "Si no me escribe, ¿significa que no le importo?".
  • "¿Y si hago algo mal y lo alejo?".

Este círculo vicioso puede provocar estrés y tensión en la relación, lo que hace que sea difícil vivirla con ligereza y confianza.

Ansiedad e inseguridad

Las personas que sufren ansiedad tienden a sobrecargar sus mentes con pensamientos, analizando cada elección con gran detalle para tratar de evitar errores o consecuencias negativas. Sin embargo, este exceso de análisis solo conduce a una mayor sensación de inseguridad y parálisis en la toma de decisiones. La ansiedad impulsa a querer controlarlo todo, pero el efecto es exactamente el contrario: cuanto más se busca la certeza, mayor es la sensación de duda y miedo.

Perfeccionismo y miedo a equivocarse

El deseo de hacerlo todo bien puede convertirse en una obsesión, que lleva a revisar y corregir constantemente cada detalle. En estos casos, uno puede tener tendencia a pensar:

  • "Debo tomar la decisión perfecta, de lo contrario fracasaré".
  • "Si fallo, los demás me juzgarán".
  • "No puedo permitirme errores, debo estar siempre al máximo".

Este tipo de pensamiento, además de generar estrés, a menudo impide completar una tarea o tomar decisiones en un plazo razonable.

Experiencias pasadas y traumas emocionales

Los acontecimientos negativos o dolorosos vividos en el pasado pueden afectar al presente, y llevar a la persona a analizar constantemente las situaciones para tratar de evitar revivir el mismo dolor. Por ejemplo, una persona que ha sufrido una gran decepción puede cavilar continuamente para buscar señales de peligro en las nuevas experiencias.

Los pensamientos repetitivos se convierten en una especie de mecanismo de defensa, pero en lugar de proteger, sólo alimentan la ansiedad y la incertidumbre.

diferencias entre pensar demasiado, cavilar y rumiar
Nathan Cowley - Pexels

Overthinking, cavilación y rumiación: ¿cuáles son las diferencias?

Aunque los términos overthinking, cavilación y rumiación se utilizan a menudo indistintamente, en realidad indican fenómenos mentales distintos y cada uno de ellos presenta características específicas.

Overthinking o Pensar demasiado

El overthinking indica la tendencia a pensar demasiado en general, analizando cada detalle de una situación sin llegar a una conclusión o solución útil. El pensamiento excesivo puede afectar a cualquier aspecto de la vida, desde el trabajo hasta las relaciones, y a menudo conduce a la indecisión, la procrastinación y el aumento de la ansiedad.

  • Ejemplo de overthinking: "¿Quizás tendría que haber dicho algo diferente en esa conversación?
  • Efecto: Sensación de sobrecarga mental, dificultad para tomar decisiones y estrés.

Cavilar

La cavilación se centra principalmente en errores o sucesos pasados, a menudo acompañados de culpa, insatisfacción y autocrítica. Las personas que cavilan reviven mentalmente situaciones desagradables intentando encontrar respuestas o soluciones, pero sin llegar nunca a una conclusión real.

  • Ejemplo de cavilación: "Si hubiera estudiado más, habría sacado mejor nota. Lo hice todo mal".
  • Efecto: Aumento de la culpa y la frustración, baja autoestima.

Rumiar

La rumiación está más orientada al futuro y se manifiesta a través de la repetición obsesiva de pensamientos negativos sobre lo que podría ocurrir. El rumiador tiende a imaginar escenarios catastróficos, aumentando el nivel de ansiedad y preocupación.

  • Ejemplo de rumiación: "¿Y si suspendo el próximo examen? ¿Y si nunca soy lo suficientemente bueno?".
  • Efecto: ansiedad anticipatoria, miedo al futuro y dificultad para relajarse.

¿Existe alguna relación entre estos estados? Sí, el overthinking, la cavilación y la rumiación están estrechamente relacionados y pueden alimentarse mutuamente, creando un círculo vicioso de pensamientos intrusivos que aumenta el nivel de estrés y reduce la capacidad de vivir tranquilamente el presente.

Overthinking: cómo dejar de pensar demasiado

Dejar de pensar demasiado no significa eliminar por completo los pensamientos, sino aprender a gestionarlos de un modo más funcional, evitando que se apoderen de nuestra vida. A continuación compartimos algunas estrategias prácticas para romper el ciclo del pensamiento excesivo y reducir el impacto de las preocupaciones.

Practicar la atención plena y la meditación

La atención plena o mindfulness es una técnica que ayuda a permanecer en el presente, observando los pensamientos sin dejarse llevar por ellos. Las meditaciones guiadas y los ejercicios de respiración pueden ser herramientas útiles para distanciarse de los pensamientos intrusivos y reducir la ansiedad.

Ejercicio práctico: intenta concentrarte durante unos minutos únicamente en tu respiración. Cuando surja un pensamiento, reconócelo sin juzgarlo y devuelve suavemente la atención a la respiración.

Escribir los pensamientos

Escribir los pensamientos en un papel ayuda a darles una forma más concreta y a reducirlos. La escritura permite exteriorizar las preocupaciones en lugar de dejarlas vagar por la mente.

Ejercicio práctico: cada noche, dedica cinco minutos a escribir los pensamientos que te atormentan. Después pregúntate: "¿Es útil este pensamiento? ¿Me ayuda a encontrar una solución o solo me hace sentir peor?".

Aprender a vivir el presente

Pensar demasiado a menudo nos lleva a centrarnos en lo que ya ha ocurrido o en lo que podría ocurrir, desviando la atención del aquí y ahora. Aprender a devolver la atención al momento presente ayuda a reducir la cavilación.

Ejercicio práctico: elige una actividad cotidiana (como comer o caminar) e intenta realizarla con plena conciencia, centrándote en cada detalle sensorial (sabores, sonidos, sensaciones físicas).

Poner límites al tiempo para pensar

Dedicar demasiado tiempo a las preocupaciones las hace aún más pesadas, por lo que definir un límite de tiempo para pensar en un problema puede ayudar a evitar que el pensamiento se vuelva obsesivo.

Ejercicio práctico: date 10 minutos al día para pensar en tus preocupaciones. Una vez transcurrido el tiempo, desplaza intencionadamente tu atención hacia otra actividad. Este método ayuda a reducir la tendencia a cavilar durante todo el día.

Distraerse con actividades concretas

Es habitual tender a darle vueltas a las cosas cuando la mente está ociosa. Por lo tanto, dedicarse a actividades prácticas y estimulantes puede ayudar a interrumpir el flujo de pensamientos repetitivos.

Por ejemplo: el deporte, los pasatiempos creativos, escuchar música, leer un libro o pasar tiempo con los amigos pueden ser formas eficaces de desviar la atención de los pensamientos obsesivos.

Entrenar la mente para tolerar la incertidumbre

A menudo, el exceso de pensamientos está alimentado por la necesidad de certeza y control. Sin embargo, aprender a aceptar que no todo se puede predecir o controlar es clave para reducir la ansiedad.

Ejercicio práctico: intenta tomar pequeñas decisiones sin analizarlas demasiado (por ejemplo, elige un restaurante al azar sin mirar las críticas). Esto te puede ayudar a desarrollar una mayor flexibilidad mental.

Pedir ayuda psicológica

Si el overthinking se vuelve debilitante y afecta negativamente a la calidad de vida, buscar ayuda psicológica puede ser un paso importante. Un proceso terapéutico puede ayudar a identificar las causas profundas de la cavilación y proporcionar herramientas prácticas para gestionarla de forma más eficaz.

¿Cuándo pedir ayuda si le damos demasiadas vueltas a las cosas?

Pensar demasiado puede parecer un simple hábito mental, pero en el momento en que se vuelve persistente y abrumador, puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Si a menudo te sientes atrapado en un ciclo interminable de pensamientos, dándole vueltas a los mismos problemas sin llegar nunca a una solución, puedes sentirte abrumado, ansioso o incluso bloqueado a la hora de tomar decisiones.

En este caso, emprender un proceso de terapia psicológica puede marcar la diferencia. Con la ayuda de un profesional, como una psicóloga o psicólogo online, puedes explorar las causas profundas de tus pensamientos excesivos y comprender los mecanismos que los alimentan. A menudo, detrás de la tendencia a cavilar se esconden miedos, inseguridades o patrones de pensamiento disfuncionales que pueden abordarse con estrategias específicas.

El apoyo de un psicólogo ayuda a:

  • Reconocer los patrones de pensamiento y aprender a distinguirlos de una reflexión sana y constructiva.
  • Desarrollar herramientas concretas para gestionar la ansiedad y la necesidad de control, lo que reduce la carga mental que impide vivir con serenidad.
  • Entrenar la mente para que sea flexible y poder dejar así de estar atrapado en las mismas preocupaciones y encontrar soluciones más eficaces.
  • Aprender a vivir el presente sin dejarse arrastrar por el pasado o por hipotéticos escenarios futuros que alimentan inseguridades y miedos.

A menudo creemos que analizar cada detalle nos ayuda a tomar mejores decisiones, pero en realidad la sobrecarga mental puede paralizarnos y llevarnos a dudar de nosotros mismos. Con el apoyo adecuado es posible aligerar la carga mental y redescubrir el placer de vivir el momento presente. Así que, si pensar demasiado limita tu vida, no lo ignores. Acudir a un profesional puede ser el primer paso para recuperar el equilibrio y el bienestar.

Reconocer el overthinking y aprender a gestionarlo

Como hemos visto en este artículo, pensar demasiado puede definirse como una verdadera trampa capaz de comprometer el bienestar psicológico y físico de la persona que lo experimenta. Por eso, reconocerlo y aprender estrategias para gestionarlo puede ser útil para mejorar la calidad de vida.

Si crees que el pensamiento excesivo está afectando negativamente a tu vida, puedes considerar la posibilidad de pedir ayuda. Liberar tu mente del pensamiento excesivo es posible, solo hay que encontrar el método adecuado.

Bibliografía
Este contenido es de tipo divulgativo y no puede reemplazar el diagnóstico de un profesional. Artículo revisado por nuestra redacción clínica

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