¿Buscas ayuda para afrontar una adicción?
Encuentra tu psicólogo
Valorado Excelente en Trustpilot
Blog
/
Adicciones
Tiempo de lectura
5
min

La adicción a la comida

La adicción a la comida
Giulia Tenconi
Psicóloga Cognitivo-Conductual
Redacción
Unobravo
Artículo revisado por nuestra redacción clínica.
Última actualización el
3.11.2025
La adicción a la comida
Suscríbete a la newsletter
Si te ha gustado, compártelo

Afrontar una adicción es posible

Unobravo es una plataforma de psicología online que te ayuda a encontrar el psicologo más adecuado para ti a través de un cuestionario.

Encuentra tu psicólogo
  • 100 % online, flexible y seguro
  • Primera cita gratuita
  • Elegido por más de 400.000 pacientes
+9.000 psicólogos en la plataforma

A todos, en algún momento, nos puede dar por comer más de lo habitual o incluso darse el atracón; pero después echamos el freno a ese comportamiento. Esos momentos pueden ser normales cuando son ocasionales y los controlamos sin demasiados sobresaltos emocionales.

Sin embargo, para algunas personas, comer cuando tienen hambre y en las cantidades adecuadas puede resultar un comportamiento complicado. En determinadas situaciones, se puede caer en la adicción a la comida, que impulsa a comer compulsivamente, a sabiendas de que se trata de una conducta perjudicial.

¿Qué es la adicción a la comida?

Muchas personas experimentan una verdadera batalla con su propio cuerpo y su forma física. El mito de la delgadez y del cuerpo perfecto, presentado por los medios de comunicación, las redes sociales y la sociedad como el "modelo" de la persona de éxito, empuja a compararse con los demás y alimenta la insatisfacción y también el desamor personal.

Otras personas encuentran en la comida una "muleta emocional", es decir, la utilizan como un soporte en el que descargar sus insatisfacciones personales, llegando a "comerse" sus emociones. Esto puede llevar a una auténtica adicción a la comida que, como muchas otras adicciones, implica ingerir una sustancia, que en este caso es la comida.

A esto le sigue:

  • una fuerte sensación de pérdida de autocontrol;
  • un sentimiento de vergüenza;
  • sentido de culpa y de fracaso con uno mismo;
  • malestar emocional;
  • compromiso, que normalmente no se mantiene, para no volver a caer en esta espiral.

A diferencia de otros trastornos alimentarios, como la anorexia y la bulimia, no se dan conductas compensatorias como los vómitos, el uso de laxantes o la actividad física excesiva.

La adicción a la comida también se diferencia de los trastornos alimentarios porque implica el consumo de una clase específica de alimentos (a los que la persona es adicta) de manera compulsiva, imparable e incontrolable. Como suele ocurrir con las adicciones, la persona no quiere abandonar la sustancia (en este caso la comida), mientras que en quienes sufren un trastorno alimentario como la bulimia, los atracones son la consecuencia directa de restricciones alimentarias previas, de las que se deriva la pérdida de control sobre el comportamiento.

Síntomas y criterios para identificar la adicción a la comida

Reconocer la adicción a la comida puede resultar complejo, ya que sus manifestaciones a menudo se parecen a otros trastornos alimentarios o a otros hábitos poco saludables. Sin embargo, existen algunos síntomas y criterios que pueden ayudar a identificar esta situación. Es importante hacer hincapié en la conducta y no en los alimentos.

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), aunque la adicción a la comida no figura como un diagnóstico independiente, comparte algunas características con otros trastornos adictivos.

Además, la Yale Food Addiction Scale (YFAS) es una herramienta ampliamente utilizada en la investigación clínica para valorar la presencia de comportamientos adictivos relacionados con la comida. De hecho, un metaanálisis ha demostrado que la prevalencia de la adicción a la comida en la población general puede alcanzar hasta el 20 % utilizando la YFAS para su evaluación (Vasiliu, 2022).

Algunos de los síntomas que suelen aparecer con mayor frecuencia incluyen:

  • consumo compulsivo de ciertos alimentos, donde la persona puede sentir una necesidad intensa y repetida de consumir alimentos específicos, sobre todo aquellos ricos en azúcares, grasas o sal, incluso cuando no experimenta hambre física;
  • pérdida de control, que se manifiesta en la dificultad para detenerse o limitar la cantidad de comida ingerida, incluso después de intentos previos de control;
  • persistencia a pesar de las consecuencias negativas, continuando el consumo excesivo aunque esto cause malestar físico y emocional, problemas de salud o sentimientos de culpa y vergüenza;
  • deseo intenso o craving, con pensamientos recurrentes sobre la comida y una fuerte urgencia por comer que puede interferir con otras actividades cotidianas;
  • síntomas de abstinencia, que incluyen molestias emocionales o físicas al intentar reducir o dejar de consumir ciertos alimentos.

Identificar estos síntomas puede ser un primer paso para buscar ayuda y comprender que la adicción a la comida puede representar una dificultad real que merece atención y acompañamiento profesional.

Diferencia entre adicción a la comida y bulimia

La bulimia nerviosa se caracteriza por grandes atracones de comida, a los que sigue la necesidad (tan sentida por muchas personas) de una conducta eliminatoria para contrarrestar el aumento de peso. Los modos de compensación son principalmente:

  • vómitos;
  • uso masivo de laxantes;
  • sesiones de ejercicio fuertes e intensas, comunes en la vigorexia.

También en este caso, se ingieren grandes cantidades de alimentos, sobre todo lo que se considera "prohibido": dulces, grasas, o con alto contenido calórico. Por lo general, los atracones tienen lugar a solas, fuera del alcance de la mirada de otras personas cuyo juicio temen y ante las que se avergonzarían. Los atracones pueden darse a cualquier hora del día o de la noche.

Adicción a la comida y hambre emocional o nerviosa

A nivel biológico, la adicción a la comida está determinada por una alteración del mecanismo de control en el cerebro, en el hipotálamo.

En cambio, el hambre emocional o nerviosa es el tipo de hambre que se desencadena independientemente del estímulo natural (biológico) del hambre que sentimos cuando han pasado horas desde la última comida que hicimos. Esta sensación nos induce a comer más rápido de lo habitual, en grandes cantidades hasta que nos sentimos "a reventar" de saciedad, y entonces nos sentimos culpables y avergonzados. Es comer para aliviar el estrés o como recompensa luego de un día agotador.

Adicción a la comida causas hambre emocional
Andrés Ayrton - Pexels

Las causas de la adicción a la comida

Entre las causas más frecuentes de adicción a la comida y que provocan alteraciones en los procesos de equilibrio hormonal podemos encontrar, por ejemplo:

  • cambios de humor repentinos;
  • desajustes hormonales;
  • periodos de estrés;
  • baja autoestima;
  • estados emocionales desagradables, como los ataques de ansiedad.

A menudo, una vida agitada, con prisas entre el trabajo, la familia y las excesivas responsabilidades puede llevar a encontrar alivio en la comida como válvula de escape. Sin embargo, es importante prestar atención, ya que los daños de la adicción a la comida pueden llegar a ser muy graves. En estos casos, no es raro que aparezca también lo que se conoce como ansiedad por comer, un patrón en el que la necesidad de ingerir alimentos no está motivada por el hambre fisiológica, sino por una tensión emocional que busca aliviarse mediante la comida.

Acostumbrarse desde la infancia a llevar una dieta variada y saludable es un factor de protección contra la alimentación compulsiva y desordenada.

Dopamina y adicción a la comida

Recientes investigaciones científicas han demostrado que la combinación de alimentos grasos y dulces, a nivel químico, inhibe temporalmente la producción de cortisol, la hormona responsable del estrés. Además, existe evidencia consistente de que el consumo excesivo de alimentos altamente palatables (CEAP) cambia la química cerebral y puede llevar a la adicción de manera similar a las drogas (Krupa et al., 2024).

El placer derivado de estos alimentos se desencadena por la liberación de dopamina, un neurotransmisor que desempeña un papel importante en el impulso de la gratificación —la dopamina y la serotonina están implicadas en las adicciones—. La adicción a la comida basura, por ejemplo, se desencadena por el intenso placer que provoca y da al cuerpo una "recompensa" mayor que otras sustancias naturales. Este mecanismo hace que la adicción a la comida sea similar a una droga, lo que lleva al círculo vicioso de la repetición y, por tanto, al establecimiento de la adicción.

Factores biológicos y psicológicos que pueden influir en la adicción a la comida

La adicción a la comida surge de una interacción compleja entre factores biológicos y psicológicos. Comprender estos elementos puede ayudar a reducir el estigma y a encontrar estrategias de afrontamiento más eficaces. Entre los factores biológicos se incluyen:

  • Alteraciones en los neurotransmisores: las sustancias como la dopamina y la serotonina participan en los circuitos de recompensa y placer del cerebro. Cuando estos sistemas están en desequilibrio, puede aumentar la vulnerabilidad a desarrollar conductas adictivas relacionadas con la comida.
  • Predisposición genética: algunas personas pueden tener una tendencia hereditaria a experimentar placer intenso al consumir ciertos alimentos, lo que puede incrementar el riesgo de desarrollar una relación adictiva con la comida. Además, factores genéticos pueden influir en la dependencia alimentaria, modulando el deseo por carbohidratos y grasas saturadas (Vasiliu, 2022).
  • Cambios hormonales: algunos factores como el estrés crónico o las variaciones hormonales pueden influir en el apetito y en la búsqueda de alimentos que generen bienestar.

En relación con los factores psicológicos, suelen estar presentes:

  • Ansiedad y depresión: muchas personas recurren a la comida como una forma de regular emociones difíciles o aliviar el malestar emocional.
  • Baja autoestima: los sentimientos de insuficiencia o autocrítica pueden llevar a buscar consuelo en la comida.
  • Dificultad para gestionar el estrés: cuando resulta complicado afrontar situaciones estresantes, es posible que se utilice la comida como una vía de escape.

Reconocer la influencia de estos factores permite abordar la adicción a la comida desde una perspectiva más comprensiva y menos centrada en la culpa, facilitando el acceso a tratamientos adecuados.

Adicción a la comida y trastornos psicológicos

Los trastornos alimentarios suelen ir acompañados de trastornos del estado de ánimo. Es frecuente el vínculo entre la depresión y la adicción a la comida, pero también entre la adicción a la comida y la alexitimia —esa dificultad de poder identificar y comunicar las emociones que a menudo provoca una falta de reconocimiento emocional que puede llevar a manifestarse en síntomas físicos.

La emotional eating (el equivalente inglés del hambre emocional) subraya bien la estrecha relación con la gestión de nuestras emociones y puede, a largo plazo, exponer a quien la padece a graves riesgos para la salud. Aunque no provoca directamente el riesgo de morir, la adicción a la comida puede repercutir en el bienestar y provocar complicaciones.

como superar adiccion comida hambre emocional
Oleksandr Pidvalnyi - Pexels

Consecuencias físicas, psicológicas y sociales de la adicción a la comida

La adicción a la comida puede influir de manera importante en distintas áreas de la vida de una persona. Sus efectos no solo se relacionan con la salud física, sino que también pueden impactar el bienestar psicológico y las relaciones sociales. Entre las consecuencias físicas que suelen observarse se encuentran:

  • Obesidad: consumir de forma frecuente alimentos con muchas calorías puede favorecer un aumento notable de peso.
  • Diabetes tipo 2: una ingesta habitual de azúcares y grasas puede aumentar la probabilidad de desarrollar resistencia a la insulina.
  • Enfermedades cardiovasculares: el exceso de peso y una alimentación poco equilibrada pueden contribuir a la aparición de hipertensión, colesterol alto y dificultades cardíacas.

En el ámbito psicológico, la adicción a la comida puede estar asociada a:

  • Sentimientos de culpa y vergüenza: la dificultad para controlar la alimentación puede generar emociones como autocrítica y malestar.
  • Aislamiento social: el temor al juicio de otras personas puede llevar a evitar encuentros donde la comida esté presente.
  • Baja autoestima y depresión: sentirse insatisfecho con la propia imagen corporal y experimentar frustración por no lograr modificar los hábitos alimentarios puede favorecer la aparición de alteraciones en el estado de ánimo.

En el ámbito social, las dificultades pueden reflejarse en:

  • Problemas en las relaciones interpersonales: el aislamiento y la preocupación constante por la comida pueden influir en la calidad de los vínculos familiares, de pareja o de amistad.
  • Disminución del rendimiento laboral o académico: la preocupación por la comida y las consecuencias físicas pueden dificultar la concentración y la productividad.

Comprender el alcance de estas consecuencias puede ayudar a tomar conciencia sobre la importancia de buscar acompañamiento y tratamiento especializado.

Adicción a la comida: cómo combatirla

“¿Cómo se puede superar la adicción a la comida?”

Para combatir la adicción a la comida, hay algunas soluciones que es importante aplicar. En realidad, la adicción a la comida tiene síntomas que son indicativos de un profundo malestar, que debemos aprender a escuchar y observar. Cuando sentimos esa constante sensación de insatisfacción, es importante preguntarnos (aunque no sea fácil responder):

"¿De qué tengo realmente hambre?"

Asimismo, para salir de la adicción a la comida, puede ser muy útil llevar un "diario emocional de la comida", en el que marquemos los momentos en los que la necesidad de comer se hace fuerte, observando los pensamientos y emociones que sentimos. Así, podemos esforzarnos por seguir reglas de alimentación saludables e identificar actividades que puedan sustituir las sensaciones placenteras y gratificantes producidas por la comida.

Estrategias prácticas para gestionar la relación con la comida cuando aparece la adicción

Afrontar la adicción a la comida puede requerir un enfoque integral que combine el autocuidado, la gestión emocional y, en muchos casos, el acompañamiento profesional. Existen distintas estrategias que pueden favorecer el control sobre la alimentación y contribuir a mejorar la calidad de vida. Algunas recomendaciones prácticas son:

  • Identificar los desencadenantes emocionales: observar en qué momentos y situaciones surge la necesidad de comer de manera compulsiva puede ayudar a anticipar y gestionar estos impulsos.
  • Practicar la alimentación consciente (mindfulness eating): prestar atención plena al acto de comer, saboreando cada bocado y reconociendo las señales de hambre y saciedad, puede ayudar a reducir la tendencia a comer en exceso.
  • Establecer rutinas y horarios regulares de comida: mantener una estructura diaria puede facilitar evitar el picoteo constante y regular el apetito.
  • Buscar alternativas saludables para gestionar el estrés: practicar actividades como el ejercicio físico, la meditación o el contacto social pueden aportar bienestar sin recurrir a la comida.
  • Evitar la restricción excesiva: prohibir ciertos alimentos de manera estricta puede aumentar el deseo y favorecer los atracones. Es recomendable adoptar una actitud flexible y equilibrada hacia la alimentación.

Poner en práctica estas estrategias puede ser un primer paso valioso para quienes desean afrontar la adicción a la comida. Es importante recordar que cada proceso es único y que pedir ayuda representa un acto de valentía.

Terapias y enfoques eficaces para abordar la adicción a la comida

El tratamiento de la adicción a la comida suele requerir un abordaje multidisciplinar, adaptado a las necesidades de cada persona. Entre las terapias que han mostrado eficacia se encuentran:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): este enfoque ayuda a identificar y modificar los pensamientos y comportamientos que pueden estar relacionados con la comida, favoreciendo hábitos más saludables y una gestión emocional más adecuada.
  • Mindfulness y técnicas de regulación emocional: aprender a estar presente y a aceptar las emociones sin juzgarlas puede ayudar a reducir la impulsividad y la tendencia a recurrir a la comida como forma de afrontar el malestar.
  • Apoyo nutricional especializado: contar con la orientación de una persona profesional en nutrición puede facilitar la adopción de una alimentación equilibrada y adaptada a las necesidades individuales.
  • Grupos de apoyo: compartir experiencias con otras personas que atraviesan situaciones similares puede brindar contención emocional y motivación para avanzar en el proceso de cambio.

Además, existen posibles tratamientos farmacológicos para la adicción a la comida, como lorcaserina, fármacos antiepilépticos, antagonistas opioides y agentes antiadictivos, aunque se requieren ensayos clínicos adicionales para confirmar su eficacia (Vasiliu, 2022). Cada persona puede beneficiarse de diferentes combinaciones de estas estrategias, por lo que puede ser útil explorar cuál de estos enfoques se ajusta mejor a su situación particular.

Tratar la adicción a la comida con terapia

A menudo, para entender cómo recuperarse de la adicción a la comida y cuáles son los tratamientos posibles, es útil contar con el acompañamiento de un profesional de la salud mental.

Con apoyo psicológico puedes aprender a escuchar tus verdaderas necesidades para recuperar el control de tu propia existencia y salir de esa larga lucha contra la comida, redescubriendo su verdadera esencia: nutrirte. Si no sabes cómo encontrar ayuda psicológica y crees que necesitas ayuda, en Unobravo puedes encontrar psicólogos y psicólogas especializadas en adicción a la comida que pueden orientarte y acompañarte en tu proceso terapéutico.

¿Cómo podemos ayudarte?

¿Cómo podemos ayudarte?

Encontrar ayuda para cuidar de tu salud mental debería ser sencillo

Valorado Excelente en Trustpilot
Empezar a hacer terapiaExplorar la terapia online
Leer más sobre el tema

FAQ

¿Tienes más preguntas?
Hablar con un profesional podría ayudarte a resolver tus dudas.

Colaboradores

Giulia Tenconi
Profesional verificado por nuestro equipo clínico
Psicóloga Cognitivo-Conductual
No items found.

Compartir

Si te ha gustado, compártelo
Suscríbete a la newsletter
No items found.

Nuestro blog

Artículos relacionados

Artículos escritos por nuestro equipo clínico para ayudarte a orientarte entre los temas relacionados con la salud mental.

No items found.