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Crecimiento personal
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Los sistemas motivacionales en las relaciones

Los sistemas motivacionales en las relaciones
Anna Maria Carratelli
Psicoterapeuta con orientación Cognitivo-Conductual
Redacción
Unobravo
Artículo revisado por nuestra redacción clínica.
Última actualización el
15.12.2025
Los sistemas motivacionales en las relaciones
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Trabajar los sistemas motivacionales es posible

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En toda relación nos guiamos por diferentes motivaciones y emociones que orientan nuestro comportamiento y nuestras expectativas, no solo respecto a nosotros mismos, sino también hacia otras personas y las relaciones. Desde la perspectiva cognitiva evolutiva, estas tendencias se denominan sistemas motivacionales.

En este artículo, exploramos qué son los sistemas motivacionales y su papel en las relaciones de pareja y en la relación terapéutica.

¿Qué sistemas motivacionales se activan en las relaciones?

Dependiendo de las demandas específicas del entorno social, las motivaciones que pueden activarse en las relaciones pueden ser diferentes. Se identifican 5 sistemas motivacionales, cada uno de los cuales se desarrolla en la infancia a partir de patrones innatos y aprendidos en respuesta a una necesidad básica, y cada uno implica afectos particulares (Lichtenberg & Kindler, 1994).

Cuando nuestras necesidades dentro de la relación son satisfechas, se desactivan y esto da lugar a nuevas motivaciones, que pueden obedecer a los siguientes sistemas.

Sistema motivacional de apego

El sistema motivacional de apego se activa tras una percepción de peligro y su objetivo es buscar cercanía y cuidados protectores. Una vez obtenida la protección, surgen emociones de confort, alegría, seguridad, confianza y se desactiva el sistema motivacional. Por el contrario, si no se consigue lo que se esperaba, pueden aparecer emociones de miedo, ira, tristeza por la pérdida, desesperación, desapego emocional.

Este sistema de apego, llevado al límite en su forma más perjudicial y combinado con otros factores como la vulnerabilidad, podría dar lugar al desarrollo de dependencia emocional y en algunas casos, trastornos más graves como el síndrome de Noé. Un trastorno de acumulación compulsiva de animales, en el que se observa un vínculo afectivo patológico junto con dificultades previas en los vínculos interpersonales.

Sistema motivacional agonístico

El sistema motivacional agonístico se activa cuando existe la percepción de competencia por un número limitado de recursos. Se desactiva cuando la otra parte, la "competidora", se da por vencida.

  • Las emociones que acompañan a este sistema motivacional son: ira, desafío, triunfo, orgullo, desprecio, superioridad (como la que se siente cuando se tiene complejo de superioridad).
  • Los obstáculos al logro pueden ser: miedo al juicio, vergüenza, humillación, tristeza, envidia.

Sistema motivacional de cuidados

El sistema motivacional de cuidados se desencadena por la oferta de cuidados tras un "grito de socorro" de alguien que se percibe en estado de peligro y vulnerabilidad. El comportamiento asistencial está motivado por el cuidado, la ternura protectora, la alegría, la culpa o la compasión.

Sistema motivacional cooperativo

El sistema motivacional cooperativo se activa cuando el otro es reconocido en su singularidad y alteridad, y percibido como un recurso para alcanzar objetivos comunes y compartidos.

  • Las emociones que acompañan a la cooperación son la alegría, compartir, lealtad, reciprocidad, empatía, confianza.
  • Los obstáculos a la cooperación pueden ser la culpa, el remordimiento, el aislamiento y la soledad, la desconfianza y el odio.

Sistema motivacional sexual

El sistema motivacional sexual se activa por variables internas del organismo, como los patrones hormonales, o por señales de seducción de otra persona. Dentro de una pareja sexual, también pueden manifestarse posteriormente otros sistemas motivacionales que enriquecen la experiencia intersubjetiva. El sistema sexual está impulsado por la atracción, el deseo, el placer, la reciprocidad erótica, y se ve obstaculizado por el miedo, el pudor, los celos.

Estas necesidades primarias, como la sexual, el hambre o la sed, son el primer nivel de necesidades (de otras como seguridad, afiliación, etc.) en la teoría jerárquica de necesidades representada en la pirámide de Maslow.

sistemas motivacionales
Foto de Anna Shvets (Pexels)

Del apego a los cuidados: pedir cuidados y saber cuidar

El apego se identifica con una demanda de cuidados y una búsqueda de protección, mientras que el cuidado se orienta por la oferta de atención y amparo, en respuesta a una petición de ayuda. Estos dos sistemas están estrechamente interconectados:

  • El apego, la búsqueda de proximidad y cuidados, orienta típicamente la motivación relacional del niño hacia la madre o hacia otra figura de apego (si hay demasiado apego, podríamos hablar de uno de los tipos de dependencia emocional).
  • El cuidado, la oferta de atención y protección, orienta en cambio las emociones y el comportamiento típicos de la figura adulta hacia el niño.

Las motivaciones que subyacen a la petición de cercanía y al ofrecimiento de cuidados son innatas y permanecen presentes en nosotros a lo largo de toda la vida, activándose también en otro tipo de relaciones. Siempre que percibimos una petición de ayuda o dificultad por parte de alguien, podemos sentirnos impulsados a ayudar y dar protección, motivados por el cariño. Cada vez que necesitemos cuidados y protección, puede que el apego nos motive a buscar consuelo.

En aquellos casos en que el progenitor haya respondido a la necesidad de apego satisfaciendo las demandas de protección, cuidado y cercanía (durante la infancia), la persona en la edad adulta tendrá una percepción de sí misma como merecedora y digna de amor, con confianza en el otro, seguridad y libertad para explorar su entorno, interiorizando la posibilidad de cuidar y cuidarse.

Habrá, por tanto, mayor curiosidad y estímulo para explorar y emprender relaciones con otras personas, incluso con otras motivaciones, considerándolas como iguales y desarrollando relaciones de reciprocidad y cooperación.

Si, por el contrario, la necesidad de consuelo y cercanía protectora no fue satisfecha en la infancia, puede desarrollarse un apego inseguro o desorganizado, en el que habrá una percepción del yo como indigno y no merecedor de amor, con una posible falta de confianza o, por el contrario, idealización de la otra persona, y con dificultades en el autocuidado.

¿Qué sistema motivacional "funciona" en la pareja?

Una misma relación de pareja puede estar guiada, en diferentes momentos, por distintas motivaciones: cuidado, apego, espíritu competitivo, sexualidad, cooperación.

En la relación de pareja, el sistema motivacional cooperativo, caracterizado por la reciprocidad, la empatía, los objetivos compartidos, el reflejo mutuo, la legitimación de las emociones del otro (reconocidas tan válidas como las propias) y, al mismo tiempo, la integración de la singularidad y la alteridad del compañero, desempeña un papel fundamental.

Cuando en una relación amorosa, una de las partes está más motivada por la búsqueda de cuidados y la solicitud de protección, se corre el riesgo de identificar a la otra persona como una figura cuidadora y “salvadora", y esto al final puede provocar problemas en la pareja.

Por el contrario, cuando una de las partes es excesivamente cariñosa con su pareja, percibiéndola como vulnerable y respondiendo a las peticiones de ayuda de forma controladora o excesivamente afectiva, puede generarse en esta una expectativa de dependencia emocional o salvación.

En el funcionamiento de la pareja, las motivaciones que más guían una relación sana son las de cooperación: atención mutua, compartir experiencias, construcción de significados comunes, exploración conjunta del mundo, libertad para expresar las propias emociones, reconocimiento de los estados mentales y motivaciones del otro, percepción de la otra parte como un igual.

Reconocer en la otra parte la capacidad de autocuidado, autorregulación, autoconocimiento y los recursos presentes en él/ella, permite que ambos miembros de la pareja tengan un rol activo y flexible en la relación. No existe la figura cuidadora y cuidada, sino un “nosotros" en el que dos personas diferentes buscan soluciones juntas. No se impone, se propone.

sistema motivacional
Foto de Pexels

Modelos teóricos de los sistemas motivacionales

El estudio de los sistemas motivacionales ha avanzado gracias a diferentes modelos teóricos que buscan comprender cómo surgen y se regulan nuestras motivaciones básicas. Uno de los enfoques más reconocidos es el del neurocientífico Jaak Panksepp, quien identificó sistemas motivacionales fundamentales a partir de investigaciones en neurociencia afectiva.

Según Panksepp, los sistemas motivacionales tienen una base biológica y se encuentran en todos los mamíferos, cumpliendo funciones adaptativas importantes para la supervivencia y el bienestar. Estos sistemas pueden activarse ante estímulos internos o externos y orientan el comportamiento hacia metas concretas, como la búsqueda de seguridad, placer o vínculos sociales.

Otros modelos, como el de la psicología evolutiva y la teoría del apego de John Bowlby (psiquiatra y psicoanalista), también han ayudado a comprender cómo los sistemas motivacionales influyen en el desarrollo emocional y en las relaciones interpersonales a lo largo de la vida.

Los siete sistemas motivacionales según Panksepp

Jaak Panksepp identificó siete sistemas motivacionales principales, cada uno asociado a ciertas emociones y comportamientos. Estos sistemas pueden organizarse en dos grandes grupos, según el tipo de emociones que predominan. Dicho de manera simplificada y comprensible, podemos nombrar:

  • Sistemas de emociones positivas:
  • Búsqueda (seeking): favorece la exploración, la curiosidad y la motivación para descubrir el entorno. Este sistema se relaciona con la dopamina y la activación de circuitos cerebrales que participan en la sensación de recompensa.
  • Cuidado(care): motiva el cuidado y la protección hacia otras personas, especialmente hacia crías o quienes pueden encontrarse en situaciones de vulnerabilidad. Se vincula a la oxitocina y a sentimientos como la ternura y la compasión.
  • Juego (play): facilita la interacción lúdica y el aprendizaje social, promoviendo la cooperación y el desarrollo de habilidades sociales.
  • Deseo sexual (lust): se relaciona con la atracción sexual y la reproducción, y está regulado por hormonas como la testosterona y la dopamina.
  • Sistemas de emociones negativas:
  • Miedo (fear): se activa ante posibles amenazas, favoreciendo conductas de huida o protección. Involucra la amígdala y la liberación de adrenalina.
  • Ira (rage): motiva la defensa y la lucha ante situaciones que pueden generar frustración o peligro, con la participación de la serotonina y la noradrenalina.
  • Pánico/Duelo (panic/grief): se relaciona con la separación y la pérdida, activa la búsqueda de consuelo y puede dar lugar a sentimientos de tristeza profunda.

Cada uno de estos sistemas cumple una función adaptativa, ayudando a responder de manera flexible a los desafíos del entorno y facilitando la regulación emocional en las relaciones.

Base neurobiológica de los sistemas motivacionales

Los sistemas motivacionales cuentan con una base neurobiológica que involucra distintas áreas del cerebro y diversos neurotransmisores. Por ejemplo:

  • El sistema de búsqueda está relacionado con la activación del sistema dopaminérgico, especialmente en el área tegmental ventral y el núcleo accumbens, que son regiones clave para la motivación, la aproximación y la recompensa.
  • El sistema de miedo implica la amígdala, que ayuda a procesar las amenazas y puede activar respuestas de huida o protección, junto con la liberación de adrenalina,  noradrenalina y cortisol.
  • El sistema de cuidado se asocia a la oxitocina, una hormona que favorece el vínculo y la empatía, y a la activación de áreas cerebrales como el hipotálamo.

Estos sistemas interactúan entre sí y con el entorno, modulando nuestras respuestas emocionales y conductuales. El desarrollo de los sistemas motivacionales y de control cognitivo depende fundamentalmente de la organización funcional y la maduración de los circuitos cerebrales subyacentes, más que de regiones cerebrales individuales (Somerville & Casey, 2010).

Comprender su base neurobiológica ha permitido desarrollar intervenciones terapéuticas orientadas a regular la activación de estos sistemas en diferentes contextos de salud mental.

Importancia clínica y social de los sistemas motivacionales

Comprender los sistemas motivacionales resulta esencial para favorecer la salud mental y el bienestar en las relaciones sociales.

Por ejemplo, cuando el sistema de pánico/tristeza se activa de forma intensa, pueden aparecer síntomas depresivos. A su vez, si el sistema de cuidado presenta dificultades, puede resultar más complejo experimentar empatía y conectar emocionalmente con otras personas. En el entorno social, la cooperación y el juego son importantes para desarrollar habilidades sociales y construir vínculos saludables.

Comprender cómo funcionan los sistemas motivacionales puede contribuir al diseño de estrategias preventivas y terapéuticas más eficaces.

Relación terapéutica y cooperación

Los sistemas motivacionales son innatos, pero no son rígidos ni inflexibles. Esto permite trabajar la autopercepción y entrenar el autocuidado. En terapia, la persona puede estar motivada inicialmente por una petición de ayuda, y por tanto de apego, que el psicólogo validará y reconocerá inicialmente, aliándose con su sufrimiento.

Dentro de la relación terapéutica, el paciente y el psicólogo trabajarán juntos para perseguir un objetivo compartido, activando el sistema cooperativo para alcanzar una meta común. De este modo, la terapia puede convertirse en una experiencia relacional correctiva. A través del reflejo empático en el otro, la persona puede flexibilizar la idea de impotencia, pasando de la percepción de peligro a la capacidad de consuelo y autocuidado.

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